Los quistes sinoviales se producen principalmente en las articulaciones de las extremidades, con mucha menos frecuencia en la zona del canal raquídeo. Los quistes sinoviales intraespinales, al igual que otras masas intraespinales, pueden causar síntomas radiculares, que pueden ser unilaterales o, en el caso de los quistes grandes, bilaterales. La principal edad de manifestación es en la 6. y 7ª década de vida.
Clínicamente, no es posible diferenciar entre una hernia discal con radiculopatía o un quiste sinovial como causa de los síntomas. En principio, cualquier otro cambio intraespinal que ocupe espacio también puede provocar síntomas radiculares [1], pero otras entidades tumorales o una estenosis espinal o de receso en los cambios degenerativos deben evaluarse de forma diferente en el curso temporal del desarrollo de los síntomas. La principal edad de manifestación es de esperar principalmente en la 6ª a 7ª década de la vida , preferentemente en el segmento L4/5 [2,3] y un ligero predominio en las mujeres. Si los quistes se localizan en la sección cervical o torácica de la columna, puede producirse una mielopatía.
Las medidas conservadoras en la terapia no son muy prometedoras; la extirpación quirúrgica del quiste se considera el método de elección. Cada vez se informa más del tratamiento mínimamente invasivo guiado por TC de los quistes sinoviales de la columna vertebral, con una tasa de fracaso publicada de entre el 50 y el 100%, lo que es visto con ojos críticos, sobre todo por los especialistas en cirugía [3,4]. La tasa de éxito quirúrgico, por otra parte, se sitúa en el 91%.
La tomografía computarizada dificulta la determinación de la extensión exacta del quiste intraespinal: El LCR y el líquido sinovial del quiste son casi isodensos, la pared del quiste no suele ser diferenciable. La sensibilidad de la TC para la detección de quistes es del 70%, en la RM es superior al 90% [2]. La mielografía por TC como procedimiento diagnóstico invasivo también ha pasado claramente a un segundo plano.
La resonancia magnética es el mejor método para detectar los quistes sinoviales. La visualización multiplanar del cambio patológico y el alto contraste de los tejidos blandos con delineación de la delicada pared del quiste y, por tanto, la posibilidad de determinar el tamaño y la extensión exactos del quiste, así como de delinear las raíces nerviosas alteradas, son ventajas inmejorables del procedimiento.
Estudio de caso
Quizá aún pueda recordar u hojear alguno de los últimos números: En la casuística sobre miositis vertebral, también se informó de una paciente de unos 60 años que había desarrollado espondiloartritis lumbar y miositis (Fig. 1). Tras una terapia antiinflamatoria, se mantuvo estable durante unos seis meses. Después, volvió a aparecer una lumboisquialgia derecha, correspondiente a una sintomatología L4. Se realizaron 2 PRT guiadas por TC con buen éxito. Después de unas vacaciones de cuatro semanas en Sudamérica con esfuerzo físico asociado, debe administrarse de nuevo una terapia antidolor guiada por TC para los síntomas recurrentes. Previamente, se realizó una resonancia magnética de la columna lumbar para descartar causas distintas a la discopatía conocida. (Fig.2). Se diagnosticó un gran quiste sinovial lumbar intraespinal en el lado derecho en el segmento L4/5, que no sólo causaba una impresión considerable del tubo dural sino que también provocaba una estenosis recesal y neuroforaminal y era la causa de los síntomas agudos.
La paciente decidió inicialmente no someterse a tratamiento quirúrgico. Se realizó una punción ambulatoria del quiste guiada por TC. Con el líquido sinovial muy viscoso, sólo se pudo aspirar poco material. No obstante, la paciente sintió una reducción completa del dolor inmediatamente después de la punción, pero ésta sólo duró unos días. Dado el tamaño del quiste, 1,2 × 0,8 cm en la exploración transversal, se prescindió inicialmente de la expansión con NaCl y la destrucción del quiste, como es posible con quistes más pequeños por medios mínimamente invasivos.
El control tomográfico por resonancia magnética del quiste una semana después de la punción sólo mostró una reducción mínima del tamaño. Se realizó una nueva punción ambulatoria guiada por TC bajo anestesia local. Con la aguja en posición intraquística, se realizó primero una ligera dilatación e irrigación con 1 ml de Volon A, seguida de la aspiración del líquido. Hubo una aspiración significativamente mejor del líquido sinovial diluido por la cortisona líquida. Se repitió la irrigación del mismo modo y se aspiró de nuevo. Inmediatamente después de la manipulación, la paciente estaba libre de síntomas. Una comprobación del tamaño del quiste unas 5 semanas después de la segunda punción mostró una clara reducción del quiste sinovial con una regresión completa continuada de los síntomas, con una disminución de la impresión del tubo dural y de la estenosis recesal a la derecha (Fig. 3).
La casuística demuestra que el tratamiento quirúrgico de un quiste sinovial sintomático no siempre es obligatorio. Si no hay complicación neurológica con paresia, puede intentarse la terapia con punción del quiste, en la que la aplicación de cortisona intraquística ha aportado obviamente una clara ventaja.
Mensajes para llevarse a casa
- Los quistes sinoviales intraespinales pueden causar síntomas radiculares, dependiendo del tamaño y la extensión.
- La principal edad de manifestación es en la 6ª y 7ª década de la vida , hay un ligero predominio en las mujeres.
- La localización preferida de los quistes sinoviales es el segmento L4/5; la resonancia magnética es sin duda el método de diagnóstico por imagen de elección para detectar los quistes.
- Según los conocimientos actuales, la resección quirúrgica de los quistes tiene una mayor tasa de éxito terapéutico que los procedimientos de punción.
Literatura:
- Jeong GK, Bendo JA: Quiste de disco intervertebral lumbar como causa de radiculopatía. Spine J 2003; 3(3): 242-246.
- Boviatsis EJ, et al: Quistes sinoviales espinales: patogenia, diagnóstico y tratamiento quirúrgico en una serie de siete casos y revisión de la literatura. Eur Spine J 2008; 17(6): 831-837.
- Rahim T, Vinas-Rios JM: Quistes sinoviales lumbares: revisión bibliográfica y resultados originales a largo plazo tras microcirugía. Ortopedia 2019; 48(10): 849-857.
- Epstein NE, Baisden J: Diagnóstico y tratamiento de los quistes sinoviales: Eficacia de la cirugía frente a la aspiración del quiste. Surg Neurol Int 2012; 3(Suppl 3): S157-166. Jeong GK, Bendo JA: Quiste de disco intervertebral lumbar como causa de radiculopatía. Spine J 2003; 3(3): 242-246.
- Reddy P, Satyanarayana S, Nanda A: Quiste sinovial de columna lumbar que se presenta como enfermedad discal: informe de un caso y revisión de la literatura. J La State Med Soc 2000; 152(11): 563-536.
PRÁCTICA GP 2020; 15(6): 34-36