Aunque muchos pacientes hipertensos realizan mediciones periódicas de la presión arterial en casa, una gran proporción de ellos -el 51% en el estudio SWISSHYPE publicado en 2011[1]- no reciben un tratamiento adecuado ni se miden la presión arterial. no alcanza los valores objetivo de tensión arterial. Por un lado, esto se debe a la falta de cumplimiento y adherencia por parte de muchos pacientes, pero a menudo también a una terapia que no está desarrollada de forma óptima.
Como ha demostrado un equipo del Instituto de Medicina Familiar de Zúrich, la tensión arterial puede reducirse con ayuda de una intervención muy sencilla y barata, a saber, la ablación de la tensión arterial.
El uso de un pasaporte de presión arterial, en una medida impresionante (sist. -14 mmHg, diast. -8 mmHg) [2, 3]. Esto se consigue, por un lado, aumentando el cumplimiento y la adherencia y, por otro, mejorando la concienciación tanto de los pacientes como de los médicos.
Para la evaluación de los pacientes con hipertensión arterial, la medición de la presión arterial en 24 horas es una medida rentable y eficaz en términos de tiempo en la práctica. Las directrices NICE recomiendan que todos los pacientes con una tensión arterial >140/90 mmHg se sometan a una primera [4]. Si la tensión arterial media en esta medición es de 135-150/85-95 mmHg, se recomienda que los pacientes sin daños en los órganos finales y que no presenten un riesgo cardiovascular elevado (esto puede determinarse, por ejemplo, con la calculadora de riesgo AGLA, www.agla.ch) adopten inicialmente sólo medidas relacionadas con el estilo de vida. Si el paciente ya presenta daños en los órganos finales y/o un mayor riesgo cardiovascular o si los valores son >150/95 mmHg, debe iniciarse la medicación además de las medidas relacionadas con el estilo de vida [4]. En el congreso de la SGIM celebrado en Basilea, el Dr. med. Thilo Burkhard, de Basilea, recomendó que los pacientes más jóvenes (<55 años) empiecen siempre principalmente con un antagonista de los receptores de angiotensina (ARA) o un inhibidor de la ECA y los pacientes de más edad con un antagonista del calcio(Fig. 1) [4].
Si la monoterapia no es suficiente, se utilizan primero los ARA-II o los ARA-II. Se combinan inhibidores de la ECA y antagonistas del calcio y sólo en un tercer paso, si es necesario, se añade un diurético [4]. Según el Dr. Burkhard, la mayoría de los pacientes necesitan una terapia combinada para alcanzar los valores objetivo de tensión arterial de forma permanente. Por ello, recomendó que en los pacientes con hipertensión de grado 2 o en presencia de daños en los órganos finales -¡además de las medidas de estilo de vida que siempre forman parte del mismo! – considerar ya inicialmente una terapia combinada. Especialmente en los pacientes que siguen necesitando tomar medicación adicional, los preparados combinados de dosis fija contribuyen a una mejora significativa de la adherencia.
Fuente: “El tratamiento de la hipertensión en la práctica general: bueno, pero ¿puede ser mejor?” Simposio satélite de A. Menarini AG, Congreso SGIM, 29-31 de mayo de 2013, Basilea
Literatura:
- Brenner R, et al: Swiss Med Wkly 2011; 141: w13169.
- Steurer-Stey C, et al: Ensayos 2010; 11: 38.
- Rosemann T: Resultados del estudio CoCo. Ponencia presentada en la Conferencia Anual SGIM 2013.
- BONITO: CG127, 2011. http://guidance.nice.org.uk/CG127