Utilizando los datos del “Biobanco del Reino Unido” longitudinal iniciado en la era prepandémica, se pudieron recoger por primera vez los hallazgos de la IRM cerebral antes y después de la COVID-19 en los mismos individuos y compararlos con un grupo de control de individuos no infectados [1]. Los resultados mostraron una disminución de la materia gris en el córtex orbitofrontal y una disminución de la masa cerebral total en los infectados por el SARS-CoV-2 entretanto. Los resultados de las pruebas cognitivas de los afectados también se deterioraron en el curso de la enfermedad. Si estos cambios son reversibles sigue siendo una cuestión abierta. Otro estudio [2] mostró una mayor tasa de demencia de novo tras la COVID-19 en comparación con otras neumonías.