Una de las decisiones más importantes que deben tomarse al inicio de un mieloma sintomático es la de la terapia adecuada. Aunque todavía no es curable, hay una serie de buenas opciones que pueden retrasar la progresión. Sobre la base de una investigación intensiva y una mejor comprensión de la fisiopatología, podrían añadirse opciones de tratamiento eficaces a la quimioterapia.
No todos los mielomas múltiples requieren terapia desde el principio. Si aún no hay signos clínicos, primero se puede vigilar y observar de cerca al paciente. Sin embargo, en cuanto se aprecian cambios óseos, por ejemplo, está indicado un tratamiento eficaz. La enfermedad sintomática está presente cuando se cumplen los criterios CRAB: C = aumento de la concentración de calcio en la sangre (hipercalcemia), R = disfunción renal (insuficiencia renal), A = anemia, B = destrucción ósea (tab. 1) . Para decidir un régimen terapéutico adecuado, la estadificación y la clasificación pronóstica son esenciales. El objetivo es mejorar los síntomas del mieloma, reducir la proteína M y controlar así la enfermedad.
Los diferentes enfoques terapéuticos se basan en la quimioterapia convencional, la quimioterapia a dosis altas con trasplante autólogo de células madre sanguíneas, así como en sustancias más novedosas como el bortezomib, la lenalidomida, la talidomida o los anticuerpos (resumen 1) . Para conseguir el mayor efecto posible contra las células tumorales durante la quimioterapia y reducir al mismo tiempo los efectos secundarios, se suelen utilizar combinaciones de fármacos citostáticos con efectos diferentes. Sin embargo, la quimioterapia a altas dosis con trasplante autólogo de células madre es el tratamiento de elección para pacientes de hasta unos 70 años de edad. El éxito también depende de la elección del tratamiento antes y después de la quimioterapia. Una combinación de las dos clases de sustancias más importantes, los inhibidores del proteasoma y los inmunomoduladores, parece prometedora para este fin.
Establecido y eficaz
La talidomida, el bortezomib y la lenalidomida ya han demostrado su eficacia en múltiples regímenes terapéuticos, aunque en la actualidad la talidomida sólo se utiliza en raras ocasiones. Como inhibidor del proteasoma, el bortezomib tiene una alta tasa de respuesta en la terapia primaria y de recaída. Entre otras cosas, bloquea la activación de determinadas vías de señalización, así como los mecanismos de reparación del ADN en la célula del mieloma, de modo que se puede vencer la resistencia de las células a los fármacos citostáticos. Como combinación triple, el bortezomib se utiliza a menudo con dexametasona y ciclofosfamida. La lenalidomida pertenece al grupo de los inmunomoduladores. Impide la liberación de sustancias proinflamatorias y aumenta la producción de sustancias antiinflamatorias.
Durante mucho tiempo, la única opción para tratar a los pacientes mayores >70 años o a los afectados por muchas comorbilidades era una terapia combinada de melfalán y prednisona. Podría lograrse una mejora significativa de la eficacia añadiendo bortezomib. Esta combinación condujo a una mejora significativa del pronóstico de los pacientes afectados en comparación con la MP. Los resultados actuales sugieren que añadir un anticuerpo a este régimen de tratamiento podría suponer una mejora adicional de los resultados del tratamiento.
Para saber más:
- https://multiples-myelom.ch/de/multiples-myelom/therapien/ (último acceso 05.08.2020)
- https://lymphome.de/multiples-myelom/therapie/ (último acceso 05.08.2020)
- www.myelom-deutschland.de/das-multiple-myelom/therapie-des-multiplen-myeloms (último acceso 05.08.2020)
- www.krebsgesellschaft.de/onko-internetportal/basis-informationen-krebs/krebsarten/multiples-myelom-plasmozytom-morbus-kahler/therapie.html (último acceso 05.08.2020)
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2020; 8(4): 16