El diagnóstico del dolor nervioso sigue siendo un reto. De acuerdo con los actuales cuestionarios estándar validados, también se utilizan, según los casos, otras aclaraciones como las pruebas sensoriales cuantitativas. Un nuevo estudio ha proporcionado ahora datos normativos sobre la espalda que pueden utilizarse para analizar y clasificar mejor el dolor neuropático en esta zona.
(ag) El dolor neuropático, definido como el resultado directo de una lesión o enfermedad en el sistema somatosensorial, es frecuente. Las causas son variadas: por ejemplo, una infección por herpes, la esclerosis múltiple o las polineuropatías pueden provocar dolor neuropático central o periférico. Los síntomas típicos incluyen ardor, hormigueo, entumecimiento, pero también dolores punzantes o déficits sensoriales como una menor percepción del frío. Sin embargo, los síntomas no son en absoluto uniformes.
Mejorar la comprensión del dolor nervioso
Las pruebas sensoriales cuantitativas (QST) desarrolladas en Alemania pretenden medir y estandarizar los cambios típicos de la sensibilidad cutánea. Se utilizan siete pruebas para comprobar la sensación de dolor y la percepción del frío, el calor, los toques agudos y finos, así como la presión y la vibración. El procedimiento dura unos 30 minutos por zona de prueba. Fue creado por la Red Alemana de Investigación del Dolor Neuropático (DFNS). El QST proporciona un perfil de sensibilidad específico para cada paciente. Con la ayuda de este perfil, se pueden extraer conclusiones sobre el daño nervioso. Por ejemplo, se puede responder si están afectadas las fibras nerviosas finas o gruesas o si la lesión se encuentra en el sistema nervioso central o periférico.
¿Cómo se pueden evaluar los resultados?
Para la mejor evaluación posible de los perfiles de QST, también precisamente de cara a una posible terapia dirigida que tenga en cuenta los mecanismos específicos del dolor, el DFNS proporciona una base de datos. Actualmente contiene datos anonimizados de unos 3.000 pacientes y más de 600 voluntarios sanos. La comparación entre los datos del paciente y del sujeto proporciona valores normales para cada punto QST en función de la edad y el sexo. Así, las respectivas respuestas a los estímulos pueden clasificarse como disfunciones o hiperfunciones patológicas. Las funciones bajas indican una lesión en el sistema somatosensorial, las funciones altas indican alodinia e hiperalgesia. Los hallazgos se sistematizan con la clasificación LoGa (Lo = “pérdida”, es decir, pérdida/síntoma negativo; Ga = “ganancia”, es decir, aumento/síntoma positivo). Con el código numérico adicional de 0-3, se pueden registrar los síntomas térmicos (1) y mecánicos (2) o sus combinaciones (3). El hallazgo de hipoestesia térmica (L1) combinada con alodinia mecánica (G2) se clasificaría así como L1G2.
La base de datos también permite dividir a los pacientes con perfiles de sensibilidad similares en grupos para los que se pueden buscar terapias específicas.
Dolor de espalda
Hasta ahora, existen valores estándar QST relacionados con la edad y el sexo para las zonas de la cara, el pie y la mano. En un nuevo estudio [1], el objetivo era recoger también valores de referencia en la zona de la espalda. Por lo tanto, deben describirse los cambios de sensibilidad típicos en pacientes con neuralgia postzosterica.
Método: Se tomaron perfiles QST de la espalda de 162 sujetos sanos. Los perfiles sensoriales de otras zonas estaban dentro del rango normal.
Resultados: El QST mostró una menor sensibilidad de la parte superior de la espalda en comparación con la mano, y una mayor sensibilidad de la parte inferior de la espalda en comparación con el pie. Sin embargo, no hubo diferencias sistemáticas entre las dos zonas dorsales.
La edad desempeñó un papel significativo en la mayoría de los parámetros, pero el sexo sólo en la medida en que el umbral de dolor bajo presión fue significativamente inferior en las mujeres que en los hombres. Para el umbral del dolor en frío, los intervalos de confianza superaron en su mayoría los “límites de seguridad”, por lo que sólo se pudieron utilizar los valores de referencia relativos (diferencia izquierda-derecha, diferencia mano-detrás). Las personas sometidas a la prueba reaccionaron con mayor sensibilidad al dolor por presión.
Ejemplo de uso para la neuralgia postzosterica
Con los datos obtenidos, la hipersensibilidad, el dolor y las molestias en la espalda también pueden clasificarse ahora en valores dentro y fuera de la norma.
En la segunda parte del estudio, se comprobó directamente en la práctica la aplicabilidad de los nuevos valores estándar. Los valores se compararon con los datos de QST de más de 70 pacientes con neuralgia postzosterica. Esta dolencia suele afectar a la espalda. Curiosamente, el análisis reveló patrones de sensibilidad que diferían de los observados en neuropatías de otras causas: En comparación con los nuevos valores de referencia obtenidos, los pacientes mostraron déficits térmicos y táctiles y alodinia dinámico-mecánica, en su mayoría sin un umbral de dolor mecánico reducido.
En el futuro, los nuevos datos o valores estándar permitirán analizar con precisión los cambios en la sensibilidad de una amplia gama de enfermedades dolorosas de la espalda (postoracotomía, dolor de espalda crónico), que también podrán utilizarse de forma óptima para la terapia.
Literatura:
- Pfau DB, et al.: Pruebas sensoriales cuantitativas en la Red Alemana de Investigación sobre el Dolor Neuropático (DFNS): datos de referencia para el tronco y aplicación en pacientes con neuralgia postherpética crónica. Dolor 2014 mayo; 155(5): 1002-1015.