El ajo, Allium sativum L., es una planta conocida desde la antigüedad. El enfoque del uso médico de los preparados de ajo se ha desplazado recientemente de las aplicaciones neuroprotectoras a las indicaciones relacionadas con los lípidos séricos y los factores de riesgo de la cardiopatía coronaria.
El ajo, Allium sativum L., es una especia y planta medicinal de la familia de las liliáceas (Fig. 1) que se utiliza desde la antigüedad. Su hogar original está en Asia central y meridional y llegó a Europa en la antigüedad.
El Talmud y De materia medica de Dioscórides ya describen el efecto positivo del ajo. Utilizadas tanto como especia en la cocina como con fines medicinales, las cebollas siempre se han llamado dientes de ajo (Fig. 2). En la cocina se exprimen frescas, en medicina se secan y se pulverizan o se utilizan como extracto.
El ajo también estuvo asociado a la superstición durante siglos. Los dientes de ajo atados entre sí se llevaban como talismanes para protegerse de enfermedades contagiosas y se colgaban para ahuyentar a vampiros y fantasmas.
Ingredientes
El ajo fresco contiene entre un 0,5 y un 1% de aliina, un aminoácido que se convierte en alicina no estable cuando se destruyen las estructuras celulares (Fig. 3). A partir de la alicina se forman di- y trisulfuros, que son los responsables del típico olor a ajo. Sin embargo, éste no procede del estómago tras comer ajo, sino que se libera en el aire que respiramos a través de los alvéolos. Se supone que la leche o la clorofila neutralizan algunos de los compuestos de azufre del aire que respiramos. Sin embargo, algunos de los di- y trisulfuros también se excretan a través de la piel.
El término “ajo negro envejecido”, especialmente popular en EE.UU., se refiere a un ajo procesado originario de Asia. Los dientes de ajo se exponen a altas temperaturas durante 30 días. El ajo se vuelve oscuro y tiene un sabor agradable. En los estudios presentados a continuación, se utilizó en parte este “ajo negro envejecido”.
Eficacia
En el pasado, los preparados de ajo se utilizaban muy a menudo para mejorar el rendimiento cerebral, como la memoria y la concentración, así como contra las dolencias cardiacas. Los preparados correspondientes eran a menudo combinaciones de ajo y espino. Hacia finales del siglo pasado comenzó la marcha triunfal del Ginkgo biloba, que pronto se impuso a los preparados a base de ajo para la prevención de los trastornos cognitivos.
Los conocimientos científicos sobre las propiedades antiarterioscleróticas de los preparados de ajo se adquirieron en estudios farmacológicos con animales. En 2007 se presentó un resumen de los mismos en la XXII Conferencia Suiza sobre Fitoterapia celebrada en Baden [1]. Sin embargo, existen otros posibles usos del ajo, algunos de los cuales han sido confirmados clínicamente. Esto incluye, por ejemplo, el efecto positivo sobre los lípidos sanguíneos. En los últimos años se han publicado varios estudios clínicos que abordaban este tema:
Estudios de lípidos
ECA 2008: En 2008, Sobenin et al. publicaron un ECA . un estudio aleatorizado, controlado con placebo y a doble ciego sobre la influencia del ajo en los lípidos [2]. En este estudio, 42 hombres de entre 35 y 70 años con hipercolesterolemia leve tomaron 600 mg de ajo en polvo al día durante 12 semanas. El colesterol total disminuyó significativamente en el grupo de verum en comparación con los valores iniciales y el placebo. (Línea de base: p=0,004, Placebo: p=0,005). La disminución de LDL y el aumento de HDL también alcanzaron significación.
Metaanálisis 2009: También se publicaron metaanálisis, dos con un resultado positivo [3,4] y uno con un resultado negativo [5].
En el metaanálisis de 2009 [3], los autores buscaron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que investigaran la influencia del ajo sobre el colesterol total, los triglicéridos, las LDL y las HDL. Se evaluaron 29 estudios identificados y mostraron que el ajo reducía significativamente el colesterol total y los triglicéridos, pero no tenía ningún efecto sobre el LDL y el HDL. Según los autores, hubo una heterogeneidad estadística moderada en la evaluación.
Metaanálisis 2013: Otro metaanálisis publicado en 2013 [4] llegó a un resultado similar, pero ligeramente diferenciado: esta vez los autores evaluaron 39 estudios y determinaron en sujetos con un nivel de colesterol total de >200 mg/dl y una ingesta de ajo de >2 meses, una reducción del colesterol total de 17± 6 mg/dl (8%) y una reducción del LDL de 9±6 mg/dl. Los autores señalaron el hecho de que esta reducción del 8% del colesterol total en personas de 50 años reduce el riesgo de eventos coronarios en un 38%. Este metaanálisis, en contraste con el de 2009, no encontró ninguna mejora en los niveles de triglicéridos.
Metaanálisis negativo de 2009: En el mismo año que el metaanálisis de Reinhard et al. [3], apareció otro metaanálisis [5] con un resultado negativo. Koo y Aziz evaluaron 13 estudios, pero no pudieron encontrar ninguna mejora en los niveles de lípidos séricos mediante la ingesta de ajo. Llama la atención que sólo se evaluaran 13 estudios en este metaanálisis, mientras que en el otro metaanálisis publicado el mismo año se evaluaron 29 estudios con un resultado positivo. También en este caso se observó una heterogeneidad de moderada a alta entre los distintos estudios.
ECA 2014: En 2014 se publicó otro estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo [6], en el que 55 sujetos con hipercolesterolemia leve recibieron 3 g de ajo en polvo (n=28) o placebo (n=27) dos veces al día durante 12 semanas. Este estudio volvió a aportar nuevos resultados: No se encontraron concentraciones diferentes de colesterol total, triglicéridos y LDL en los lípidos séricos entre los grupos de verum y placebo. Por el contrario, los investigadores descubrieron que el nivel de HDL aumentó en el grupo verum, y también hallaron una disminución significativa de la concentración de alipoproteína B, así como un aumento significativo de la proporción de LDL y alipoproteína.
Propiedades cardioprotectoras
Por último, en los últimos años también se han publicado dos revisiones y un ECA sobre las propiedades cardioprotectoras del ajo [7–9]. Éstos atribuyen al ajo propiedades positivas tanto en la hipertensión como en los factores de riesgo de cardiopatía coronaria. Sin embargo, debido a la heterogeneidad de los estudios evaluados, los autores hacen referencia a la necesidad de realizar más estudios.
Resumen
El ajo, Allium sativum L., es una planta conocida y descrita desde la antigüedad, cuyo bulbo se utiliza tanto en cocina como en medicina y que también se asociaba a la superstición en épocas anteriores.
El uso médico de los preparados y polvos de ajo ha pasado en los últimos 20-30 años de las aplicaciones neuroprotectoras para mejorar la memoria a centrarse en indicaciones relacionadas con los lípidos séricos y otros factores de riesgo de cardiopatía coronaria, incl. la diabetes. Hipertensión.
Desde un punto de vista crítico con respecto a las aplicaciones de la medicina complementaria, cabe señalar la heterogeneidad de los estudios presentados. Por ejemplo, en los estudios sobre los lípidos séricos, se constató una mejora de otros valores en cada individuo de .
Otro problema reside en el hecho de que, aunque en Suiza se comercializan varios preparados que contienen una cantidad definida de ajo (recuadro), sólo uno está disponible como monopreparado (cápsulas de ajo Vogel). Ninguno de los preparativos es reembolsado por el seguro básico, sólo por el seguro complementario en cada caso.
Es responsabilidad del médico tratante recomendar probar la terapia con ajo en caso de lípidos séricos moderadamente desviados de la norma o hipertensión antes de prescribir estatinas y/o antihipertensivos.
Literatura:
- Schulz V: Ajo – alcachofa – cúrcuma y metabolismo lipídico: ponencia presentada en la 22ª Conferencia Suiza de Fitoterapia, Baden, 29.11.2007, publicada en Fitoterapia 2008 (1/2); 8: 19-22.
- Sobenin LA, et al: Efectos hipolipemiantes de los comprimidos de ajo en polvo de liberación prolongada en un estudio aleatorizado doble ciego controlado con placebo. J Atheroscler Thromb 2008; 15(6): 334-338.
- Reinhard KM, et al.: El impacto del ajo en los parámetros lipídicos; una revisión sistemática y metaanálisis. Nutr Res Rev 2009; 22(1): 39-48.
- Ried K, et al: Efecto del ajo sobre los lípidos séricos: un metaanálisis actualizado. Nutr Rev 2013; 71(5): 282-299.
- Koo YS, Aziz Z: Suplementos de ajo y colesterol sérico: un metaanálisis. J Clin Pharm Ther 2009; 34(2): 133-145.
- Jung ES, et al.: Reducción de los parámetros lipídicos sanguíneos mediante un suplemento de 12 semanas de ajo negro envejecido: un ensayo de control aleatorizado. Nutrición 2014; 30(9): 1034-1039.
- Schwinghackl L, et al.: Una revisión general de la ingesta de ajo y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Fitomedicina 2016; 23(11): 1127-1133.
- Varshnev R, Budoff MJ: Ajo y enfermedad cardiaca. J Nutr 2016; 146(2): 416S-421S.
- Ried K, et al.: El efecto del extracto de ajo envejecido sobre la presión arterial y otros factores de riesgo cardiovascular en hipertensos no controlados: el ensayo AGE at Heart. Integr Blood Press Control 2016; 9: 9-21.
PRÁCTICA GP 2018; 13(1): 6-7