Las alteraciones del sueño son uno de los criterios diagnósticos cardinales de la ansiedad subumbral y los trastornos de ansiedad generalizada. Se calcula que más de dos tercios de todos los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada padecen insomnio. Pero el sueño intranquilo o insatisfactorio no sólo tiene un impacto significativo en la enfermedad principal, sino también en la calidad de vida. Por lo tanto, el tratamiento eficaz de la comorbilidad es una prioridad absoluta.
Las dificultades para conciliar el sueño o dormir toda la noche o los despertares tempranos resultan familiares a casi todos los adultos. Sin embargo, si estos trastornos persisten, la falta de sueño puede ser bastante debilitante. Los científicos han demostrado que los pacientes con trastornos de ansiedad en particular corren un gran riesgo de desarrollar insomnio comórbido; cuanto mayores son los pacientes, mayor es la probabilidad [1]. En particular, el retraso en el inicio del sueño y el aumento o adelanto de los despertares se encuentran entre los síntomas más comunes [2]. Además, los estudios de laboratorio del sueño han demostrado que no sólo se reduce significativamente el tiempo total de sueño, sino también la eficiencia del sueño [3]. Además, en lo que respecta al trastorno de ansiedad en sí, los pacientes con insomnio comórbido están en desventaja, ya que tienen una evolución menos favorable y un peor pronóstico que los pacientes sin trastorno del sueño [4]. Por lo tanto, el tratamiento eficaz del insomnio es también un objetivo importante en la gestión terapéutica de los trastornos de ansiedad. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores de la recaptación de serotonina-norepinefrina (IRSN) y la pregabalina se recomiendan como tratamiento farmacológico de primera línea. Otra posibilidad es la fitoterapia con lavanda. Sus propiedades calmantes e inductoras del sueño son conocidas desde hace siglos. El aceite de Lavandula angustifolia (Silexan®), por ejemplo, provoca, entre otras cosas, una fuerte inhibición de los canales de calcio dependientes de voltaje en las sinapsis y las neuronas primarias del hipocampo, lo que conduce a una atenuación de la reacción exuberante del sistema nervioso central. Además, reduce significativamente el potencial de unión 5-HT1A en varios circuitos cerebrales, lo que provoca un aumento de los niveles extracelulares de serotonina. Esto explica el efecto ansiolítico de la hierba medicinal [5].
Necesidad de intervención también en el trastorno de ansiedad subsindrómico
Lo que a menudo se pasa por alto es el hecho de que los problemas no sólo aparecen con un trastorno de ansiedad generalizado, sino que ya es necesario actuar con un trastorno de ansiedad subsindrómico. En este caso, los pacientes presentan varios síntomas clínicamente relevantes, pero no cumplen el espectro diagnóstico de un trastorno de ansiedad generalizada. En un análisis de mediación post hoc, se examinó con más detalle el alcance del efecto positivo del aceite de lavanda sobre las alteraciones del sueño y la reducción de los síntomas de ansiedad [6]. La base fue un estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego de grupos de impacto con 212 pacientes que recibieron el fitofármaco o un placebo durante diez semanas. La ansiedad y las alteraciones del sueño se comprobaron con la Escala de ansiedad de Hamilton (HAMA) y el Índice de calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI), respectivamente. En comparación con el placebo, el aceite redujo significativamente la puntuación total del HAMA (p<0,001) y el PSQI (p=0,002) al cabo de diez semanas. Ya podían observarse diferencias clínicamente significativas en los grupos de tratamiento después de dos y seis semanas, respectivamente. Esto demostró que el 98,4% del efecto total sobre la alteración del sueño podía explicarse por el efecto sobre los síntomas de ansiedad, mientras que sólo el 1,6% se debía a un efecto directo. Esto indica que el efecto se debe casi exclusivamente al efecto ansiolítico y no a la sedación.
Literatura:
- Holsboer-Trachsler E, Prieto R: Efectos de la pregabalina sobre el sueño en el trastorno de ansiedad generalizada. Revista internacional de neuropsicofarmacología 2013; 16(4): 925-936.
- Bélanger L, Morin CM, Langlois F, Ladouceur R: Insomnio y trastorno de ansiedad generalizada: efectos de la terapia cognitivo-conductual para el gad sobre los síntomas del insomnio. J. Anxiety Disord. 2004; 18(4): 561-571.
- Papadimitriou GN, Kerkhofs M, Kempenaers C, Mendlewicz J: Estudios EEG del sueño en pacientes con trastorno de ansiedad generalizada. Psiquiatra. Res. 1988; 26 (2): 183-190.
- Cox RC, Olatunji BO: Una revisión sistemática de las alteraciones del sueño en la ansiedad y los trastornos relacionados. J Anxiety Disord 2016; 37: 104-129.
- Möller HJ, Volz HP, Dienel A, et al.: Eficacia de Silexan en la ansiedad subumbral: metaanálisis de ensayos aleatorizados controlados con placebo. Eur. Arco. Psiquiatría Clin. Neurosci. 2019; 269(2): 183-193.
- Seifritz E, Schläfke S, Holsboer-Trachsler E: Los efectos beneficiosos de Silexan sobre el sueño están mediados por su efecto ansiolítico. Revista de Investigación Psiquiátrica 2019; 115: 69-74.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2020; 18(4): 19