¿Cómo afecta el consumo regular de alcohol de más de 100 g/semana a la mortalidad total y al riesgo de secuelas cardiovasculares? Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge ha registrado el comportamiento en materia de consumo de alcohol de 600.000 personas de 19 países – y recomienda una corrección de los límites de consumo de alcohol.
Pregunta: ¿Cómo afecta el consumo regular de alcohol de más de 100 g/semana (aproximadamente dos litros de cerveza o una botella de vino) a la mortalidad total y al riesgo de secuelas cardiovasculares?
Antecedentes: A nivel internacional, existen límites muy diferentes en cuanto al consumo de riesgo de alcohol. En EE.UU., Canadá y Suecia, por ejemplo, los límites máximos para los hombres se definen en las recomendaciones como 196 g/semana (para las mujeres como 98 g/semana). En Italia, Portugal y España, estos límites son aproximadamente un 50% más altos. Además, sigue habiendo desacuerdo sobre si el consumo moderado de alcohol reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y por qué (“paradoja francesa”).
Pacientes y metodología: Bajo la dirección de Angela Wood y John Danesh, de la Universidad de Cambridge, se registraron los hábitos de consumo de alcohol de casi 600.000 personas de 19 países de todo el mundo. Se trata de países con una renta media elevada. Los datos del estudio proceden de 83 estudios prospectivos que reclutaron sujetos entre 1964 y 2014. En el estudio se controlaron la ocupación, el nivel educativo, el consumo de tabaco y la edad. Se formaron y compararon un total de ocho subgrupos con diferente consumo de alcohol.
Resultados: El aumento del consumo de alcohol incrementa la mortalidad por todas las causas. Ya a partir de unos 100 g de consumo de alcohol a la semana, aumenta el riesgo de mortalidad en hombres y mujeres. Existe un claro efecto dependiente de la dosis: el consumo de más de 200 g/semana acorta la esperanza de vida entre uno y dos años. Si el consumo supera los 350 g/semana, la esperanza de vida disminuye hasta cinco años. Además, se demostró que el riesgo de infarto disminuye con un consumo moderado. Sin embargo, aumenta el riesgo de otras enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca mortal, la hipertensión, los aneurismas y los derrames cerebrales.
Conclusiones de los autores: estos resultados sugieren que el umbral de consumo de alcohol de bajo riesgo está por debajo de 100 g/semana. Si se supera este límite, se produce un aumento lineal de la mortalidad total. Así pues, las recomendaciones actuales sobre el consumo de alcohol de bajo riesgo en muchos países deben corregirse a la baja.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2018; 16(3): 40