El burnout es una reacción de estrés asociada al trabajo que conduce a un estado emocional negativo persistente a nivel psicológico y somático. Los médicos corren un riesgo especial de caer en un estado de agotamiento debido a diversos factores. Para mantener en equilibrio las demandas y los recursos de afrontamiento, es importante reconocer a tiempo los factores estresantes y aplicar estrategias de afrontamiento eficaces.
Las condiciones que favorecen el desarrollo del burnout son, además de una elevada carga de trabajo, la falta de reconocimiento y los conflictos en el equipo. Los perfeccionistas con grandes exigencias sobre su propio rendimiento y expectativas excesivas corren un riesgo especial de agotamiento. El Dr. med. sabe lo importante que es tener un buen equilibrio entre el trabajo y la vida privada en la profesión médica. Anastasia Gudakovskaja, médico generalista en Viena, a partir de su propia experiencia [1]. Según una encuesta, los médicos del panel trabajan hasta 60 horas a la semana, algunos incluso más, y a menudo las condiciones generales no son las ideales.
Identificar los factores de riesgo del burnout
Si las exigencias y los recursos para hacerles frente son desproporcionados durante un periodo de tiempo prolongado, esto puede tener consecuencias psicosociales. El burnout (cuadro) se caracteriza principalmente por el agotamiento, acompañado de estrés crónico, reducción de la eficacia y la motivación, y el desarrollo de comportamientos disfuncionales en el lugar de trabajo [2,3]. A nivel somático, el burnout se caracteriza por una perturbación del mecanismo regulador neuroendocrino, que puede manifestarse en síntomas vegetativos [3]. Esta afección se desarrolla gradualmente y puede pasar desapercibida para el afectado durante mucho tiempo. El instrumento de encuesta más utilizado es el Inventario de Burnout de Maslach (Resumen 1) .
Vigilar el equilibrio entre trabajo y vida privada
Numerosos estudios demuestran que los médicos corren un riesgo especial de sufrir agotamiento y depresión, y está científicamente demostrado que existe una relación directa entre el estado de salud de los médicos y la calidad de la asistencia. “Los médicos que se sienten sanos y en forma proporcionan una atención sanitaria mejor y de mayor calidad”, afirma la Dra. Gudakovskaya [1]. El equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede describirse como “el equilibrio entre el gasto de energía para el rendimiento para la sociedad y la ganancia de energía mediante el uso del rendimiento de la sociedad y la regeneración personal”. En una encuesta realizada entre médicos sobre lo que entienden por un buen equilibrio entre trabajo y vida privada, el espectro de respuestas osciló entre “nunca me he ocupado de esto antes” y “proporción equilibrada de trabajo y tiempo libre, sintiéndome subjetivamente satisfecho” o “ser capaz de conciliar las necesidades privadas con el trabajo con facilidad, dependiendo de las preferencias personales” [1]. El ponente considera que esta última es una definición muy acertada, aunque hay que tener en cuenta que el equilibrio entre vida laboral y familiar también tiene connotaciones diferentes según la situación vital (por ejemplo, familia con hijos frente a solteros) [1]. Las herramientas y rutinas para un trabajo agradable son muy relevantes. Alrededor del 20-50% de los pacientes de las consultas de medicina general sufren dolencias funcionales y, en general, la prevalencia de las enfermedades crónicas va en aumento. Según una reciente encuesta sanitaria realizada en Alemania y Austria, más de un tercio de la población está afectada, informa el ponente [1]. Los más comunes son los problemas de espalda, seguidos de la hipertensión y el dolor crónico de cuello. Osteoartritis y depresión. Los médicos entrevistados temen que la carga de trabajo aumente en los próximos años debido al incremento del número de pacientes. Tratar a “pacientes difíciles”, como pacientes con dolor crónico exigentes, maleducados o agresivos o pacientes con enfermedades psiquiátricas, requiere un nivel de energía especialmente alto.
Utilizar estrategias de afrontamiento
La interacción médico-paciente y las estrategias generales de afrontamiento son muy relevantes en la práctica diaria.
Regulación de las emociones: El estrés emocional puede tener un efecto negativo en el nivel energético y motivacional y provocar un deterioro de la capacidad de concentración. Como médico, uno debe ser consciente de que la emoción es la expresión de una necesidad o de una evaluación. Ser capaz de interpretar adecuadamente las emociones es un factor importante. Por ejemplo, la ira es un indicador de que uno percibe la necesidad de un cambio, de que algo le molesta y de que se siente abrumado, afirma la Dra. Gudakovskaja, que añade que comunicar los sentimientos puede ser muy útil [1]. En cuanto a la interacción médico-paciente, es muy importante captar a los pacientes en el plano emocional, dijo. Mostrar compasión y comprensión es fundamental, por ejemplo diciendo “A mí también me gustaría que encontrara alivio, pero para ello necesito tener una visión general de sus quejas” o “Noto que está al límite de su paciencia”, o “Siento su angustia”. Sólo entonces sigue la comunicación en el plano cognitivo, por ejemplo mediante preguntas “W” como “¿Qué ha asumido ya? Además de la escucha activa, la paciencia, la franqueza y la empatía, son recursos importantes para tratar con pacientes difíciles la capacidad de no remitir a uno mismo los problemas y conflictos de la otra persona y la percepción intuitiva de lo que no se dice.
Gestión de las expectativas: Como médico, cada día se enfrenta a múltiples exigencias y limitaciones. La motivación y la empatía pueden disminuir con el tiempo. El ponente quiere concienciar de que las expectativas autoimpuestas y externas y las exigencias relacionadas en el entorno profesional y privado no deben ser desproporcionadas en relación con el propio equilibrio energético y las estrategias de afrontamiento aprendidas durante un periodo de tiempo más largo (es decir, de meses a años) [1]. “Es muy importante examinar con sensibilidad las propias expectativas de rendimiento, las expectativas y creencias infladas y el propio perfeccionismo”, afirma la Dra. Gudakovskaya. Los médicos suelen soportar los síntomas durante más tiempo que la media, lo que a menudo tiene que ver con el miedo a perder su imagen. Subraya que es importante ser consciente de los propios síntomas.
Demarcación: “Para lograr un buen equilibrio entre trabajo y vida privada y un buen equilibrio energético, necesitamos establecer límites personales”, explica el ponente [1]. Debe sentir dónde están sus límites y también ser capaz de comunicarlos abiertamente. Entre las posibles formas de delimitación figuran no estar disponible para los pacientes fuera del horario de consulta, no leer los correos electrónicos profesionales en casa y evitar las distracciones. La delegación de tareas administrativas y una estricta separación de las obligaciones privadas y el tiempo de trabajo son muy recomendables, dijo. Por supuesto, también es importante garantizar la satisfacción de las necesidades físicas y psicológicas básicas y contrarrestar los trastornos del estado de ánimo. También hay que respetar los límites de los propios conocimientos. Es una ventaja como médico ser capaz de admitir cuando no se sabe algo, explica la Dra. Gudakovskaya. En tales casos, aconseja el intercambio con colegas y, si es necesario, la remisión del paciente a un especialista. Cuando se trata con pacientes exigentes, insatisfechos, agresivos y psiquiátricamente llamativos, la demarcación es importante como autoprotección. Una vez más, debe considerarse la posibilidad de derivar a los pacientes a especialistas.
Gestión del estrés: “La gestión personal del estrés es muy importante”, subraya el ponente. Es importante identificar e influir específicamente en los factores personales de estrés y tensión [5]. La idea básica es que un estado de agotamiento puede prevenirse. Acompañar el entrenamiento o la formación en comunicación puede ser útil, afirma la Dra. Gudakovskaja [1]. Con la ayuda de medidas específicas, se pueden aprender estrategias para hacer frente al estrés y una forma adecuada de afrontar las tensiones de la vida laboral cotidiana. La atención plena es un aspecto importante. Es lo contrario de la multitarea, centrándose en la percepción clara y sin prejuicios de lo que ocurre en el momento presente [1]. Las sensaciones corporales, los pensamientos y los sentimientos, simplemente se consideran y se aceptan tal como son. Esta capacidad se pierde a menudo en la exigente vida cotidiana [5].
Literatura:
- “Disfrutar plenamente y con tranquilidad de su profesión de médico generalista – El equilibrio vital del médico generalista como base para una atención óptima al paciente”, Dr.med. Anastasia Gudakovskaja, 6 Highlights in 60 minutes, WebUp, 30.09.2022, Forum für Medizinische Fortbildung (D).
- CIE-11, https://icd.who.int/browse11/l-m/en#/http://id.who.int/icd/entity/129180281, (última consulta: 11.10.2022)
- “Burnout – a guide from the ifa”, Instituto de Medicina del Trabajo, www.arbeitsmedizin.ch/fileadmin/data/downloads/Burnout__Leitfaden.pdf, (última consulta: 11.10.2022)
- Maslach C, Jackson SE, Leiter MP: Maslach Burnout Inventory Manual (3ª ed.). 1996, Palo Alto: Consulting Psychologists Press
- “Depresión”, Prof. Dr. Dr. Martin E. Keck, www.psych.mpg.de/2354388/depression_patienten_broschuere_keck.pdf, (última consulta: 11.10.2022)
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2022; 10(5): 38-39
PRÁCTICA GP 2022; 17(10): 60-61
CARDIOVASC 2022; 21(4): 50-51