Tras un diagnóstico de cáncer, los afectados no sólo se enfrentan a enormes retos físicos: la psique también sufre. La mayoría de los pacientes se sienten casi abrumados por sus emociones y pensamientos. Lo que a menudo se pasa por alto después de un tratamiento exitoso es que, a pesar de toda la alegría y el alivio, la preocupación de una recidiva permanece. Aquí es donde la psicooncología es necesaria, tanto en la situación aguda como a largo plazo, para contrarrestar la ansiedad y la depresión.
Un diagnóstico de cáncer es lo primero que tira de la manta a los pacientes. El mayor temor es sin duda el de morir. Además, comienza una época de grandes retos y tensiones. La terapia es agotadora y a menudo está cargada de efectos secundarios. Pero incluso después de un tratamiento exitoso, no todo es miel sobre hojuelas. Esto se debe, entre otras cosas, a las posibles consecuencias de la terapia, como discapacidad o hipofisitis, disfunción tiroidea o síndrome de neurotoxicidad asociado a células efectoras inmunitarias. Además, siempre existe el riesgo de recidiva. Es comprensible que el 17% de los supervivientes sigan sufriendo depresión y ansiedad cinco años después del diagnóstico y el 9% después de diez años. A menudo se producen distintas reacciones de estrés en distintos momentos del tratamiento. La psicooncología pretende superar estos retos psicológicos de una enfermedad maligna tanto en la crisis aguda como a largo plazo [1].
Aunque las enfermedades mentales están saliendo cada vez más de la zona tabú, muchos enfermos no abordan sus miedos por decisión propia. Especialmente las personas mayores, los hombres y los pacientes con un mal estado general no pocas veces incluso rechazan la ayuda psicológica. No obstante, los psicólogos recomiendan preguntar regularmente a los pacientes cómo se sienten y exponer folletos en la sala de espera. Este procedimiento puede complementarse con el muy sencillo pero significativo “termómetro de la angustia” [2]. Este cribado facilita la selección del curso de acción adecuado. Los servicios abarcan desde hospitales de agudos, rehabilitación, paliativos y ambulatorios. En ellos, las terapias conductuales clásicas o las psicológicas en profundidad se combinan con enfoques de orientación oncológica. Además, la psicooncología también incluye a los familiares y al entorno social.
Literatura:
- www.leitlinienprogramm-onkologie.de/fileadmin/user_upload/Downloads/Leitlinien/Psychoonkologie/
Version_2/LL_Psicooncologia_Larga version_2.01_
Consulta-Version.pdf (última consulta 14.02.2023) - www.campus-pharmazie.de/2020/08/06/fuer-krebspatienten-das-nccn-distress-thermometer (fecha de acceso: 14.02.2023)
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2023; 11(1): 40