Los típicos síntomas de dolor o la presencia de sangre en la orina suelen indicar una enfermedad de cálculos. Hay muchas causas posibles. Pueden utilizarse procedimientos de imagen como la ecografía o la tomografía computerizada para detectar cálculos en la vejiga o la uretra.
Algunas de las concreciones de la vejiga urinaria pueden tener su origen en los riñones. El lugar de origen primario es la propia vejiga urinaria, especialmente en los casos de trastornos del vaciado vesical [1]. Los hombres se ven afectados con más frecuencia que las mujeres.
En los países en desarrollo, la malnutrición es una causa común de la formación primaria de cálculos en la vejiga urinaria [2]. La deshidratación favorece la formación de cálculos. En los países occidentales, los cálculos vesicales secundarios son el tipo más común y representan alrededor del 5% de todas las urolitiasis. La estasis urinaria, las infecciones urinarias recurrentes, los cuerpos extraños y la mucosa intestinal en el tracto urinario son factores de riesgo para la formación de cálculos. La hiperplasia benigna de próstata (HBP) o los trastornos neurogénicos del vaciado de la vejiga con formación de orina residual son las causas más frecuentes de cistolitiasis, y representan alrededor del 75% de los casos. Las infecciones del tracto urinario y el sondaje prolongado pueden provocar cálculos en la vejiga. Por ejemplo, los pacientes con lesiones medulares y sondaje permanente tienen un riesgo 9 veces mayor de formación de concreciones en la vejiga urinaria [4,5].
Los síntomas de la cistolitiasis suelen caracterizarse por cistitis recurrente y disuria, alguria, polaquiuria y flujo de orina interrumpido o retención urinaria. Las concreciones pequeñas pueden ser asintomáticas. Los cólicos y la hematuria son típicos en los cálculos de mayor tamaño [3]. El dolor puede ir acompañado de náuseas y vómitos.
Sin más profilaxis, suelen producirse recidivas de la formación de cálculos. Deben evitarse los alimentos que contengan ácido oxálico. Beber mucho líquido y hacer ejercicio es útil.
Al igual que en la nefrolitiasis, las opciones terapéuticas incluyen la LEOC, la litotricia percutánea o la sección alta, en función del tamaño y el número de cálculos. Es posible la secreción espontánea de cálculos pequeños [1]. Si hay indicios de urosepsis como consecuencia de una cistolitiasis, el tratamiento quirúrgico es la terapia primaria.
La detección radiológica de los cálculos vesicales se ve dificultada por la superposición con el aire y el contenido intestinales.
Sonográficamente, las concreciones vesicales muestran un reflejo de color claro. Si la vejiga está completamente llena, también pueden detectarse pequeños concreciones [5]. Dependiendo del tamaño del cálculo, también puede reconocerse una sombra acústica dorsal. La movilidad de los cálculos puede comprobarse recolocando al paciente.
Las concreciones calcificadas pueden detectarse muy bien mediante tomografía computerizada y su tamaño puede determinarse con precisión.
La detección de concreciones puede ser problemática con la resonancia magn ética. Las pequeñas concreciones calcificadas pueden enmascararse si no hay señal, las más grandes pueden delimitarse. El elevado contraste de los tejidos blandos permite visualizar los cambios inflamatorios acompañantes en la pared de la vejiga.
Estudios de caso
En el ejemplo de caso 1 (Fig. 1A a C), una paciente de 47 años se quejaba de dolor persistente al orinar y trastornos del vaciado de la vejiga urinaria. Ocasionalmente también había alguria. El TAC mostró un gran concremento calcificado en la vejiga y divertículos a ambos lados.
El caso 2 (Fig. 2A y B) muestra un engrosamiento circular de la pared de la vejiga urinaria en un paciente de 84 años con una hipertrofia prostática considerable (6 cm de diámetro), que puede deberse a una inflamación o ser el resultado de una hipertrofia muscular reactiva de la pared de la vejiga durante la disfunción miccional. El TAC reveló tres concreciones intravesicales calcificadas, principalmente secundarias a la obstrucción del vaciado vesical.
Mensajes para llevar a casa
- Los cálculos en la vejiga urinaria son más frecuentes en los hombres que en las mujeres.
- Se distingue entre formación primaria y secundaria de cálculos intravesicales.
- Los cálculos vesicales pequeños pueden ser asintomáticos, pero los más grandes pueden causar molestias considerables con dolor, trastornos de la micción, retención urinaria y urosepsis.
- Según el tamaño de los cálculos y el cuadro clínico, pueden ser necesarios tratamientos de LEOC, mínimamente invasivos y quirúrgicos.
- Las pruebas de imagen se obtienen principalmente mediante ecografía o tomografía computerizada.
Literatura:
- Seitz KH, et al: Ecografía clínica y diagnóstico diferencial ecográfico. 2008. DOI: 10.1055/b-0034-80159
- Manski D: Cálculos en la vejiga urinaria: causas, diagnóstico y terapia, www.urologielehrbuch.de/harnblasensteine.html,(última consulta: 23 de octubre de 2023)
- Matzik S: Cálculos en la vejiga: causas, síntomas, tratamiento.
www.netdoktor.de/krankheiten/blasensteine,(último acceso 23/10/2023) - Schwartz BF, Stoller ML: El cálculo vesical. Urol Clin Noth Am 2000; 27: 333-346.
- Becht EW, Hutschenreiter G, Klose K (eds.): Urologische Diagnostik mit bildgebenden Verfahren. Georg Thieme Verlag Stuttgart, Nueva York: 1988: pp. 123.
PRÁCTICA GP 2023; 18(11): 50-51
Foto de portada: Nevit Dilmen, Wikipedia