Con el cambio demográfico y el aumento de la edad media de los pacientes cardiológicos, la disfunción cognitiva postoperatoria (DCPO) tras una operación de corazón es cada vez más importante en términos clínicos. Si se produce, los pacientes suelen padecer pérdida de memoria, problemas de concentración y un procesamiento más lento de la información durante meses, síntomas que pueden perjudicar considerablemente los resultados de la rehabilitación y la calidad de vida. En su exhaustiva revisión, Tabari et al [1] resumen el estado actual de la investigación sobre dos sedantes clave: El midazolam, una benzodiacepina de larga tradición, y la dexmedetomidina (DEX), un agente α2-adrenérgico más reciente y altamente selectivo que muestra prometedoras propiedades neuroprotectoras.
También podría interesarte
- De los perfiles genómicos a las terapias dirigidas
Avances en la terapia del cáncer de mama en la era del diagnóstico molecular
- Panorama actual de las pruebas, los mecanismos y las implicaciones clínicas
Apolipoproteína E y síntomas neuropsiquiátricos en los trastornos neurocognitivos
- Síndromes pulmonares raros
Uña amarilla y síndrome de Swyer-James
- Enfermedad de Parkinson
Gestión individual de la terapia para un resultado optimizado – una actualización
- Diabetes autoinmune latente en adultos (LADA)
Parece de tipo 2, pero es de tipo 1
- Tratamiento del vitíligo
Centrarse en la perspectiva del paciente y la actividad de la enfermedad
- Enfermedades respiratorias prevenibles mediante vacunación
VRS y neumococos: recomendaciones para los grupos de riesgo
- Ritmo circadiano en el asma