Para evitar la iniciativa del GP, el consejero federal Berset elaboró un plan maestro bajo una gran presión política. Esto retoma medidas que son en gran medida indiscutibles. La promoción de la medicina de familia en las universidades es sin duda una medida necesaria que encuentra mayoría en todos los campos políticos. Los cantones deben encontrar la manera de aumentar su contribución a los costes adicionales de los cantones universitarios. El ajuste de los aranceles de los laboratorios tampoco requiere un golpe maestro político. La lista de análisis puede ser adaptada por el FOPH bajo su propia autoridad.
¿Qué hay de los 200 millones que se van a poner en las nóminas de los médicos de cabecera como aumento salarial? Para poder abonar esta cantidad, el plan maestro prevé enseñarles las cuerdas a los médicos y a las compañías de seguros sanitarios. Los seis funcionarios recién contratados deberán determinar en el futuro qué tarifas son adecuadas y cuáles no.
Algunos especialistas deben ser despojados de algo aquí y allá y distribuidos entre los médicos generalistas. Esto hace que la fijación de tarifas esté sujeta a la arbitrariedad estatal y que las tarifas se conviertan en un juguete político. Sin embargo, se sabe que las soluciones políticas tienen poco que ver con la lógica, ¡porque si fueran lógicas no se llamarían políticas!
La FMH, H+ y la MTK llevan trabajando intensamente en la revisión general de TARMED desde principios de 2012. Siguen una hoja de ruta fija con finalización a finales de 2015. Ya se han revisado varios capítulos junto con las sociedades médicas y es evidente que un ajuste empresarial de las posiciones dará lugar a cambios considerables en la estructura tarifaria, corrigiéndola también a la baja cuando proceda. Con la revisión general de la estructura tarifaria de TARMED, se producirá una redistribución “automática” de los volúmenes de puntos fiscales debido a los ajustes en la gestión empresarial y la tecnología médica, y por tanto una mejora del trabajo y las actividades de los proveedores de atención primaria.
La intervención magistral del BAG sería el principio del fin de la negociación colectiva basada en la asociación. La desafortunada protección arancelaria se enriquecería así con un dictado arancelario estatal.
Dejemos pasar los seductores 200 millones y pongamos nuestra fe en las negociaciones de los socios negociadores.
Cordialmente, suyo
Dr. Josef Widler
PRÁCTICA GP 2013; 8(11): 1