En vista del desarrollo demográfico, la importancia de las enfermedades cutáneas en los pacientes geriátricos está aumentando en la práctica diaria. Un estudio realizado por un equipo de investigación alemán analizó los datos de pacientes mayores de 65 años que habían sido hospitalizados en una clínica dermatológica. Resultó que las neoplasias malignas de la piel y los melanomas cutáneos malignos fueron los motivos más frecuentes de hospitalización.
En Europa Occidental, se prevé que el número de pacientes ancianos (≥65 años) y muy ancianos (≥90 años) aumente a medida que la “generación del baby boom” alcance la edad geriátrica. Sin embargo, aún existen grandes lagunas en los conocimientos sobre este grupo de pacientes cada vez más importante. En un estudio monocéntrico retrospectivo, se recogieron datos de pacientes hospitalizados mayores de 65 años que habían sido ingresados en el Departamento de Dermatología del Hospital Universitario de Friburgo (D) en el periodo 2009-2017 [1].

Durante este periodo se confirmaron un total de 10’009 hospitalizaciones geriátricas, de las cuales 5346 pacientes fueron hospitalizados una vez y 1148 pacientes dos veces o más. Los diagnósticos dermatológicos codificados con mayor frecuencia (Tab. 1) incluían las neoplasias malignas de la piel (carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas, carcinoma de células de Merkel; CIE-10, C44) el melanoma maligno de la piel (CIE-10, C43) y las varices de las extremidades inferiores (CIE-10, I83). Los datos de este estudio se publicaron en la revista Archives of Dermatological Research 2022.

Gradiente de edad de las neoplasias malignas de la piel
El análisis de subgrupos mostró que el número de pacientes tratados por cáncer de piel no melanocítico (CPNM) y carcinoma de células de Merkel (CCM) aumentaba significativamente con la edad: 31% frente a 60,1% en pacientes de 65-74 años frente a mayores de 95 años (p<0,01). La observación de que los tres diagnósticos más comunes en los hombres son CPNM de diferentes localizaciones confirma su mayor riesgo de neoplasias cutáneas [2,3]. Entre las posibles razones se encuentran los factores ocupacionales, la exposición a los rayos UV y la protección solar [4–7]. Las pacientes también fueron hospitalizadas con frecuencia por problemas venosos con ulceración o dermatitis. En la cohorte 95+, se observó un cambio hacia enfermedades asociadas a una reducción significativa de la calidad de vida si no se tratan, como el aumento progresivo del CPNM o la enfermedad penfigoidea asociada a infecciones, dolor y hemorragias, mientras que se registraron menos pacientes con enfermedades inflamatorias como la dermatitis atópica. La cirugía de Mohs, los apósitos y los tratamientos dermatológicos multimodales fueron los procedimientos terapéuticos codificados con mayor frecuencia.
Literatura:
- Ansorge C, Miocic JM & Schauer F: Arch Dermatol Res 2022; 314: 427-437.
- Hauschild A, et al: JDDG 2013; 11(s3): 10-15.
- Stratigos A, et al: Eur J Cancer 2015; 51(14): 1989-2007.
- Clark LN, et al: J Am Acad Dermatol 2007; 56(5): 768-773.
- Subramaniam P, et al: Aust JAMA Dermatol 2017; 153(2): 175-182.
- Chevalier V, et al: Br J Dermatol 2014; 171(3): 595-601.
- Görig T, et al: JEADV 2018; 32(2): 225-235.
PRÁCTICA DERMATOLÓGICA 2023; 33(1): 34