La EPOC es una enfermedad antigua, pero sólo se definió de la forma en que la entendemos hoy en día mediante los criterios GOLD, relativamente recientes. La definición no se basa en los criterios de bronquitis crónica de la OMS, es decir, “tos y expectoración diarias durante al menos tres meses en cada uno de los dos años consecutivos”.
La definición se basa ahora en un criterio espirométrico (índice de Tiffeneau = FEV1/FVC <70%) y en los antecedentes de que el paciente ha estado expuesto a agentes nocivos inhalados.
Esta definición subraya lo importante que es hoy en día en la consulta del médico de cabecera que se pueda realizar una espirometría. Si no se dispone de espirómetro, el paciente debe ser enviado ya a un especialista para su diagnóstico.
El diagnóstico precoz de la EPOC sólo es posible si los fumadores subjetivamente aún asintomáticos se someten a una espirometría de cribado a los 40 años, que permita objetivar el envejecimiento pulmonar prematuro en los casos patológicos.
La espirometría también es indispensable para la terapia del asma: Las directrices internacionales GINA del asma estipulan que el grado de control actual del asma se determina durante un contacto médico. Los criterios de control del asma incluyen preguntas específicas sobre los síntomas, así como sobre el FEV1 actual.
Por lo tanto, ¡los espirómetros son una parte indispensable de una consulta médica moderna!
Al igual que ocurre con el asma, en la actualidad existen diferentes cuadros clínicos que se engloban bajo el diagnóstico de EPOC: EPOC con síntomas bronquíticos, con enfisema, con exacerbaciones frecuentes y con un componente asmático. Al reconocer los fenotipos específicos de la EPOC, la terapia se vuelve más selectiva y específica para cada fenotipo. Esto deja obsoleta la antigua estrategia de comercialización de “preparados combinados inhalados (esteroide tópico y betaestimulador de acción prolongada) para todos los pacientes con asma y EPOC”: ¡en muchos casos, la terapia debe ser más diferenciada!
Dr. Thomas Rothe