La diabetes mellitus y la obesidad se conocen desde hace tiempo como factores de riesgo cardiovascular. También tienen un efecto negativo en las pacientes con cáncer de mama: En comparación con las pacientes metabólicamente sanas y de peso normal, el riesgo de recidiva tras la quimioterapia neoadyuvante es mayor, al igual que el riesgo de muerte en las mujeres diabéticas.
(ka) Los nuevos datos proceden de un análisis de un total de 10.727 pacientes con cáncer de mama. 8872 de ellas fueron tratadas en el marco de estudios del Grupo Alemán de Mama, 1855 en el marco de estudios del Grupo Internacional EORTC/Mama (BIG), informó la doctora Caterina Fontanella, Udine, Italia [1]. Sólo la mitad de estas mujeres tenían un peso normal, el 30% tenían sobrepeso y el 20% incluso obesidad.
Con el aumento del peso corporal, la tasa a 5 años de supervivencia libre de metástasis a distancia disminuía linealmente. Esto fue así tanto para las mujeres con tumores de los subtipos Luminal A/B (n=3977) como para las mujeres con cáncer de mama triple negativo (TNBC; n=1570). En el primer grupo, el empeoramiento del pronóstico en las mujeres con sobrepeso se debe probablemente al aumento del nivel de aromatasa en el tejido adiposo. Esto aumenta la síntesis de estrógenos, que estimulan el crecimiento de las células del cáncer de mama. En las mujeres con TNBC, los peores resultados de la terapia podrían deberse, por un lado, al aumento del nivel de citocinas proinflamatorias en la obesidad, explicó la Dra. Fontanella. “Por otro lado, hay que tener en cuenta que los pacientes obesos probablemente reciben una dosis demasiado baja de quimioterapia. Esto se debe a que las dosis de fármacos citostáticos suelen calcularse sobre una superficie corporal (BSA) de 2 m². En las mujeres obesas, sin embargo, puede suponerse un KOF mayor”.
Caso especial HER2 negativo
Sólo en las pacientes con cáncer de mama HER2 negativo (n=2418) no se pudo determinar ningún efecto negativo de la obesidad en el resultado del tratamiento. Según la Dra. Fontanella, esto se debe probablemente al marcado efecto antitumoral de la terapia anti-HER2.
La diabetes tipo 2 como comorbilidad
En la segunda evaluación, la Dra. Fontanella y sus colegas investigaron la prevalencia de la diabetes de tipo 2 en las participantes de los ensayos GeparQuatro y GeparQuinto en el momento del diagnóstico del cáncer de mama y el impacto de esta comorbilidad en el resultado del tratamiento. En esta cohorte, 112 pacientes (2,8%) tenían diabetes de tipo 2; sólo un tercio recibió tratamiento antidiabético. Las mujeres diabéticas tenían más edad que las no diabéticas (61 frente a 49 años), eran más a menudo obesas (52 frente a 18%) y padecían con más frecuencia más de dos enfermedades concomitantes (51 frente a 12%). Las pacientes diabéticas también tenían más probabilidades que las no diabéticas de tener ya un tumor localmente avanzado (28 frente a 14%) y más de tres ganglios linfáticos afectados (14 frente a 5%) en el momento del diagnóstico. Además, la supervivencia libre de metástasis a distancia y la supervivencia global fueron significativamente más cortas en las pacientes diabéticas que en las mujeres metabólicamente sanas (p<0,001 y p=0,001, respectivamente). Su riesgo de recidiva aumentó significativamente en un factor de 2 (p<0,001).
Hiperinsulinemia como causa
Según la Dra. Fontanella, la causa del mayor estadio tumoral y de los peores resultados de la terapia en las mujeres diabéticas podría ser la hiperinsulinemia, ya que el aumento del nivel de insulina estimula el crecimiento de las células tumorales. Por lo tanto, un control estricto de la glucemia es esencial en esta población para mejorar los resultados del tratamiento.
Fuente: Conferencia europea sobre el cáncer de mama (EBCC) 9, 19-21 de marzo de 2014, Glasgow
Literatura:
- Fontanelle C, et al: EBCC 9; Abstr. O-417.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2014; 2(4): 21-22