Los efectos de la fibrosis quística (FQ), como la disfunción pancreática, los electrolitos elevados en el sudor y la infertilidad masculina, pueden tener un efecto acumulativo a lo largo del tiempo que supone una gran carga terapéutica. Junto con el sufrimiento causado por la enfermedad, esto puede afectar a la actividad física de los afectados. En un artículo de revisión, las correlaciones se pusieron bajo el microscopio.
Los beneficios inmediatos y a largo plazo de la actividad física regular para las personas con buena salud general han sido ampliamente demostrados. Y para las personas con fibrosis quística, las investigaciones también sugieren que existen beneficios específicos para la salud, tales como
- Deterioro más lento de la función pulmonar
- Menos estancias hospitalarias
- Mejora de la calidad de vida (CdV) y del estado nutricional
- Mejorar el pronóstico tanto en niños como en adultos con fibrosis quística.
Los niveles más altos de actividad física intensa (KA), denominados de moderada a intensa (MIKA) e intensa (IKA), mejoran la protección de la salud a largo plazo en comparación con los niveles relativamente bajos, escriben la Dra. Manon Kinaupenne de la Universidad de Gante y sus colegas [1]. De hecho, con una disminución general del KA, se observa un aumento de los casos de enfermedad grave.
En 2020, la OMS publicó nuevas directrices KA para la población general, pero hasta la fecha no existen criterios de este tipo específicos para las personas con fibrosis quística. La ERR (Revisión Respiratoria Europea) revisó la bibliografía sobre los niveles de KA en personas con FQ en comparación con sus pares sanos e identificó los correlatos generales y específicos de la enfermedad de los niveles de KA en pacientes con FQ para desarrollar futuras intervenciones para este grupo.
El entrenamiento intensivo mejora la función pulmonar
La revisión halló que la actividad física ligera (LKA) y la cantidad total de actividad física en personas con FQ era comparable a la de la población sana, aunque el tiempo dedicado a la M(I)KA era menos frecuente, y específicamente en los pacientes con FQ más jóvenes. Los beneficios de la KA se manifiestan en términos de calidad de vida, función pulmonar, rendimiento físico máximo y densidad mineral ósea, entre otros.
Debido a la limitada capacidad aeróbica, se depende más del metabolismo anaeróbico durante la actividad física. Como resultado, hay una mayor producción de lactato y dióxido de carbono, lo que estresa el sistema de ventilación. El malestar asociado probablemente disuade a algunos de los pacientes más jóvenes con FQ de pasar a una actividad más intensa. Algunos estudios apoyan la suposición de que las personas más jóvenes con FQ tienen en general una forma física aeróbica inferior en comparación con sus compañeros sanos. Una confirmación adicional de esta tesis procede del descenso relativamente precoz de la MICA en pacientes preclínicos con enfermedades obstructivas crónicas. Lo que está claro, sin embargo, es que ninguno de los dos grupos (sanos o no) alcanza los 60 minutos diarios de actividad física recomendados.
Los estudios centrados tanto en la población sana como en individuos enfermos han demostrado que los periodos prolongados de M(I)KA alterada son precursores de una aparición más temprana de obesidad y enfermedades no transmisibles en la edad adulta (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares y metabólicas).
Con el desarrollo de los moduladores del CFTR**, el 80% de los pacientes con FQ tienen la opción de este tipo de terapia, que mejora la función pulmonar; se ha observado que el último de estos moduladores mejora el FEV1 en un 15%. También resultan prometedores en otras áreas, pero se necesita más investigación; los datos sobre cómo afectan los moduladores del CFTR al rendimiento físico también son limitados en la actualidad. Saber que el 20% de los pacientes no son aptos para estos moduladores podría impulsar el desarrollo de intervenciones de KA que podrían integrarse como parte de un régimen de tratamiento más específico para cada paciente.
** CFTR = Regulador de la conductancia transmembrana
Correlación positiva también entre KA y calidad de vida
La calidad de vida de las personas con FQ suele describirse como pobre, y existen algunas pruebas de una asociación positiva entre el KA y la calidad de vida en esta población. Sin embargo, debido a los limitados datos disponibles y a la calidad de los datos existentes, hay más preguntas que respuestas a la hora de hacer recomendaciones sobre los momentos ideales para una posible rutina KA. Los autores escriben que se necesitan más estudios para averiguar si el tiempo y la rutina desempeñan un papel y si ciertas recomendaciones deben ser específicas para cada sexo o no.
Un signo de progresión de la enfermedad es la reducción de la función pulmonar, que a su vez se asocia a una reducción de los niveles de M(I)KA; esto refleja los resultados observados en otros grupos con enfermedades respiratorias crónicas. El deterioro de la función pulmonar aumenta el riesgo de exacerbación pulmonar, lo que tiene el esperado efecto dominó sobre el KA.
Los investigadores concluyen que es necesario seguir investigando sobre la cuestión de la terapia. Algunos puntos que se consideran especialmente relevantes para seguir investigando en la revisión son la cuestión de qué factores intrapersonales modificables determinan los valores de KA de los pacientes con FQ y cómo difieren de los de la población sana, así como la cuestión de hasta qué punto influye la terapia con moduladores de CFTR.
Literatura:
- Kinaupenne M, De Craemer M, Schaballie H, et al: European Respiratory Review 2022; 31: 220010; doi: 10.1183/16000617.0010-2022.
InFo NEUMOLOGÍA Y ALERGOLOGÍA 2023; 5(2): 20