Actualmente, una dieta sin gluten es la terapia más eficaz para la enfermedad celíaca. Se ha avanzado en la investigación de una terapia con anticuerpos, pero aún no se ha logrado ningún avance definitivo. Si se trata de otra forma de intolerancia al gluten, a menudo se toleran ciertas cantidades de alimentos que contienen gluten.
La celiaquía es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino delgado que se desarrolla como resultado de una respuesta inmunitaria mal dirigida a la proteína del gluten y tiene características tanto de una alergia como de una enfermedad autoinmunitaria. El consumo de cereales que contienen gluten (por ejemplo, trigo, espelta, avena, cebada o centeno) provoca la destrucción de las vellosidades intestinales en los individuos afectados, seguida de una mala digestión y complicaciones sistémicas.
¿Es realmente celíaca?
Existen diferentes formas de intolerancia al gluten (Visión general 1). El espectro de posibles síntomas de la enfermedad celíaca va desde el dolor abdominal y la diarrea crónica hasta la pérdida de peso, la fatiga y la depresión. Los trastornos del crecimiento también pueden darse en niños. Los factores de riesgo son la enfermedad celíaca en parientes cercanos y otras enfermedades autoinmunes (por ejemplo, diabetes de tipo 1 o tiroiditis autoinmune). El diagnóstico se realiza mediante la detección de anticuerpos IgA específicos de la enfermedad celíaca contra el endomisio o el antígeno relevante transglutaminasa tisular que contiene y mediante una biopsia del intestino delgado [1]. Los análisis de sangre rápidos y las pruebas de anticuerpos fecales no se recomiendan debido a una sensibilidad y especificidad insuficientes.
La alergia al trigo mediada por IgE, desencadenada por diferentes componentes proteínicos (por ejemplo, gluten, albúmina o globulina de trigo), debe distinguirse de la enfermedad celíaca. La anafilaxia inducida por ejercicio dependiente del trigo (WDEIA) es una forma especial relativamente nueva. Las molestias tras el consumo de trigo en combinación con factores desencadenantes como el deporte, el alcohol o los medicamentos pueden llegar hasta el shock anafiláctico potencialmente mortal.
Mucho más común que estas afecciones médicas claramente definidas es la llamada sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) [1,6]. Se calcula que hasta una décima parte de la población centroeuropea la padece [1]. Aún no está claro qué ingrediente del trigo desencadena las molestias gastrointestinales y a veces también sistémicas. Además del gluten, los posibles desencadenantes son los fructanos, los inhibidores de la amilasa-tripsina (ATI) y los denominados FODMAP (oligo-, di- y monosacáridos fermentables, así como polioles) (recuadro ) [2]. También hay pruebas de que el microbioma intestinal de los afectados presenta peculiaridades características. Sin embargo, las pruebas empíricas a este respecto siguen siendo limitadas.
¿Terapia con anticuerpos a la vista?
En el caso de la enfermedad celíaca demostrada, actualmente se requiere una dieta sin gluten de por vida; en el caso de la sospecha de sensibilidad al gluten, se puede conseguir alivio evitando el trigo y otros alimentos con un alto contenido en gluten. Los cereales alternativos incluyen el mijo, el maíz, el arroz, el amaranto y la quinoa. Sin embargo, existen resultados de investigación prometedores en el campo de las opciones farmacoterapéuticas. Un equipo dirigido por el profesor Stephen Miller, del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago (Northwestern), desarrolló con su equipo nanopartículas biodegradables para enseñar al sistema inmunitario a tolerar el gluten [3]. Esto ocurre a través de un recubrimiento de gliadina, de modo que el propio sistema de defensa del organismo no percibe la proteína del gluten como un invasor, sino como un desecho celular y se deshace de él con la ayuda de los macrófagos. Dado que el antígeno del gluten fue presentado al sistema inmunitario por los fagocitos como una sustancia inocua, las reacciones inmunitarias se producen posteriormente en menor medida si el gluten entra en el organismo sin una capa protectora. Las pruebas han demostrado que la respuesta inmunitaria en el intestino se reduce significativamente. Los resultados de los ensayos de fase II se presentaron en la Semana Europea de Gastroenterología celebrada el año pasado en Barcelona [5].
Literatura:
- Wildenrath C: Alergia e intolerancia. Cuando la comida le sienta mal. Pharmazeutische Zeitung, 08.09.2019, www.pharmazeutische-zeitung.de
- Dieterich W, et al: Clin Nutr 2019; 38: 697-707.
- Escuela de Medicina Feinberg, https://news.northwestern.edu
- Lang M: Enfermedad celíaca: ¿qué es y cuáles son las soluciones? www.zentrum-der-gesundheit.de/zoeliakie.html
- Semana de Gastroenterología de la UEG, www.ueg.eu
- Reese I: Allergo J Int 2018; 27: 147-51
- Paschke A: Alergias alimentarias. Ernährungs-Umschau 2010(1): 36-41.
PRÁCTICA GP 2020; 15(4): 26