En la Conferencia Europea sobre el Ictus de este año, celebrada en Niza, se presentaron actualizaciones del Ensayo Escandinavo sobre el Ictus Agudo con Candesartán (SCAST). Los resultados proceden, entre otros, de un seguimiento a largo plazo presentado por la doctora Astrid G. Hornslien, de Oslo.
(ag) La presión arterial elevada es frecuente en el ictus agudo y se asocia a peores resultados a corto y largo plazo. Por ello, quisieron investigar si la administración de un bloqueante de los receptores de angiotensina sería beneficiosa para los pacientes con ictus agudo y presión arterial elevada.
El SCAST, un ensayo internacional aleatorizado y controlado con placebo [1], no logró demostrar un beneficio del tratamiento de la presión arterial con candesartán en la fase aguda del ictus después de seis meses. El análisis secundario preespecificado que se presenta ahora debería aclarar si esto también es cierto en el seguimiento ampliado.
Se incluyó en el estudio a un total de 2029 pacientes con ictus isquémico o hemorrágico agudo y presión arterial sistólica elevada (≥140 mmHg). Recibieron candesartán o placebo (con un aumento de la dosis de 4 mg el primer día a 16 mg del tercer al séptimo día) durante siete días. Para los 757 pacientes suecos y daneses que participaron en el estudio, se habían recogido ya datos de los registros hospitalarios y de defunción nacionales para averiguar el tiempo transcurrido hasta un nuevo ictus (hemorrágico, isquémico), hasta los infartos de miocardio o las muertes relacionadas con enfermedades vasculares. Este seguimiento incluyó
tres años desde el momento de su inclusión en el estudio.
Tampoco hay beneficios adicionales en el seguimiento a largo plazo
De los 757 pacientes incluidos, 733 (97%) fueron evaluados para el seguimiento. En consecuencia, aquí se disponía de datos suficientes para generar resultados. Los siguientes resultados son relevantes:
- No hubo diferencias significativas entre los dos brazos del estudio (placebo y candesartán) en el riesgo de infarto de miocardio o muerte vascular (p=0,98 para ambos).
- Tampoco hubo un aumento significativo del riesgo de ictus recurrente en el grupo placebo (p=0,70).
Según la doctora Astrid G. Hornslien, de Oslo, el tratamiento con candesartán no se asoció, por tanto, a un menor riesgo de sufrir un acontecimiento vascular, ni siquiera durante los tres años de seguimiento.
¿Necesitan los pacientes menos cuidados?
La Dra. Hornslien presentó otros resultados de este estudio en una sesión de pósteres en la CES. En esta ocasión, se examinaron los efectos sobre las actividades cotidianas y la intensidad de los cuidados al cabo de seis meses. Las actividades de la vida diaria se clasificaron según el índice de Barthel en “dependencia” (≤55 puntos), “independencia asistida” (60-90) e “independencia” (≥95). La intensidad de los cuidados se dividió en las siguientes categorías: “Vive en casa sin ayuda pública”, “Vive en casa con ayuda pública o en una institución para su rehabilitación” y “Vive en una institución durante un largo periodo de tiempo o para siempre”.
Resultados: No hubo diferencias significativas ni en la supervivencia diaria ni en la intensidad de los cuidados (p=0,44 y p=0,69, respectivamente). En los dominios individuales de la vida diaria como vestirse, movilidad, comer, etc., se encontró incluso una tendencia negativa para el candesartán, es decir, obtuvo peores resultados en comparación con el grupo de control.
Por lo tanto, según la Dra. Hornslien, tampoco se puede demostrar ningún beneficio de la reducción de la presión arterial en estas dos áreas, lo que concuerda con los principales resultados del estudio. Por lo tanto, no hay indicación para una terapia estándar con candesartán en la fase aguda de un ictus.
Fuente: 23ª Conferencia Europea sobre el Ictus, 6-9 de mayo de 2014, Niza.
Literatura:
- Sandset EC, et al: The angiotensin-receptor blocker candesartan for treatment of acute stroke (SCAST): a randomised, placebo-controlled, double-blind trial. Lancet 2011 Feb 26; 377(9767): 741-750.
ESPECIAL DEL CONGRESO 2014; 5(2): 20-22