El carcinoma de células renales suele ser uno de los tumores malignos más raros en adultos. Sin embargo, en términos de opciones de tratamiento farmacológico, esta entidad tumoral ha experimentado cambios más rápidos en los últimos años que casi cualquier otra enfermedad maligna. Mientras tanto, la atención se centra no sólo en la terapia dirigida para el carcinoma avanzado de células renales, sino también en los tratamientos combinados.
El cáncer de riñón es el tercer cáncer urológico más frecuente. Cada año, casi 1.000 personas desarrollan en Suiza un tumor renal maligno [1]. Esto corresponde aproximadamente al 2% de todos los tumores malignos sólidos. [2,3]Histológicamente, la mayoría de los tumores son carcinomas renales de células claras, que -dependiendo del subtipo- tienen un pronóstico ligeramente mejor que el cáncer renal de células no claras .
En la fase avanzada, sin embargo, el pronóstico es desfavorable para la mayoría de los afectados: tres cuartas partes de ellos tienen un riesgo de medio a alto de que la enfermedad no se detenga [4]. Sin embargo, el panorama terapéutico del carcinoma de células renales metastásico ha cambiado significativamente como resultado de numerosas nuevas aprobaciones. A las terapias dirigidas se unieron los inhibidores del punto de control inmunitario, que ahora también pueden utilizarse en combinación [5].
Tratamiento curativo posible en una fase temprana
No obstante, la terapia causal más eficaz y la única curativa es y sigue siendo la cirugía. Puede realizarse una nefrectomía radical o parcial. En la nefrectomía parcial se preserva tanto tejido renal funcionante como sea posible, ya que la insuficiencia renal postoperatoria es un factor pronóstico negativo. Sin embargo, su éxito en el estadio T2 depende de una cuidadosa selección de pacientes y de la pericia quirúrgica. Además, en fases avanzadas, la cirugía sólo suele ser aconsejable en combinación con otras medidas de tratamiento. Entonces se utilizan principalmente terapias combinadas dirigidas.
Gestión selectiva del tratamiento
La terapia dirigida con inhibidores de la tirosina quinasa, inhibidores de mTOR o anticuerpos se ha establecido en los últimos años. La inhibición del VEGFR (receptor del factor de crecimiento endotelial vascular) en particular es la opción estándar para los pacientes con un pronóstico favorable cuyos tumores no han podido operarse o en los que se han formado metástasis [6] (Tabla 1) .
El primer inhibidor del punto de control, dirigido contra la proteína de superficie PD-1, se aprobó entonces como terapia de segunda línea tras el fracaso de una terapia anterior. El bloqueo dual de los puntos de control inmunitarios también es posible ahora en un uso más temprano. Se aprobó la terapia combinada del inhibidor del punto de control nivolumab con el anticuerpo ipilimumab dirigido contra CTLA-4. En comparación con la terapia dirigida, el bloqueo dual de puntos de control muestra ventajas en pacientes con un riesgo basal intermedio o desfavorable.
Después de 18 meses, el 75% de los afectados seguían vivos y no se alcanzó la mediana de supervivencia global durante el periodo de observación del estudio. En el 9% de los tratados con inmunoterapia, la enfermedad respondió completamente al tratamiento, lo que significa que el tumor dejó de ser detectable inicialmente tras la terapia [4]. Sin embargo, la posibilidad de una respuesta óptima y una remisión duradera con las nuevas terapias va acompañada de una alta tasa de efectos secundarios. Su tratamiento requiere un equipo de tratamiento interdisciplinar bien coordinado [5].
Las terapias combinadas mejoran el pronóstico
Otra forma de tratamiento inmuno-oncológico del cáncer de riñón consiste en combinar las sustancias dirigidas de eficacia probada con los inhibidores de los puntos de control. Actualmente se dispone de combinaciones de, por ejemplo, el inhibidor de la tirosina quinasa axitinib con pembrolizumab (anticuerpo anti-PD-1) o axitinib con el anticuerpo anti-PD-L1 avelumab. El pembrolizumab junto con el lenvatinib y el nivolumab en combinación con el cabozantinib también pueden utilizarse en el carcinoma de células renales avanzado o con metástasis. Si no se pueden utilizar terapias combinadas, se puede recurrir a la monoterapia con cabozantinib o sunitinib, entre otros.
Literatura:
- www.krebsliga.ch/ueber-krebs/zahlen-fakten/-dl-/fileadmin/downloads/sheets/zahlen-krebs-in-der-schweiz.pdf (fecha de acceso: 23/04/2024)
- www.onkopedia.com/de/onkopedia/guidelines/nierenzellkarzinom-hypernephrom/@@guideline/html/index.html (fecha de acceso: 23/04/2024)
- www.krebsgesellschaft.de/basis-informationen-krebs/krebsarten/nierenkrebs.html (fecha de acceso: 23/04/2024)
- Motzer RJ, Nizar M, Tannier MD, et al: Nivolumab más ipilimumab frente a sunitinib en el carcinoma avanzado de células renales. N Engl J Med 2018; 378: 1277-1290
- Zschäbitz S, Ivanyi P, Delecluse S. Revolución en la terapia sistémica del carcinoma metastásico de células renales. El Nefrólogo 2020; 15: 12-19
- Ivanyi P, Grünwald V: Terapia sistémica del carcinoma de células renales. Oncologist 2019; 25: 517-522
- Heng DYC, Xie W, Regan MM, et al: Validación externa y comparación con otros modelos del modelo pronóstico del Consorcio Internacional de la Base de Datos del Carcinoma Metastásico de Células Renales: un estudio basado en la población. Lancet Oncol 2013; 14: 141-148.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2024; 12(2): 34