Hasta ahora, cuando los estudios epidemiológicos investigaban la relación entre obesidad y neoplasia colorrectal, solían utilizar el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia abdominal. Estos dos parámetros no distinguen entre la grasa adiposa visceral y la subcutánea, lo que podría resultar problemático, ya que se considera que el tejido adiposo visceral, en particular, es el principal responsable de los trastornos hormonales y metabólicos y de la carcinogénesis colorrectal.
Se ha publicado un estudio en los Anales de Oncología que investigaba la asociación entre el tejido adiposo visceral y los adenomas colorrectales [1]. ¿Tiene este tejido valor como factor de riesgo independiente junto con el IMC, el perímetro abdominal y la grasa subcutánea?
La cuestión se abordó con un metaanálisis que incluyó doce estudios observacionales (es decir, estudios de casos y controles, estudios de cohortes o estudios transversales). Todos ellos trataban de la conexión entre la grasa visceral y los adenomas. A partir de ahí, los autores calcularon el cociente de probabilidades.
Se muestra una conexión clara
En general, se descubrió que cada aumento de 25 cm2 en el volumen de tejido adiposo visceral aumentaba el riesgo de adenomas colorrectales en un 13% (OR 1,13; IC del 95%: 1,05-1,21; 6 estudios; 2776 casos). Se encontró un aumento considerable del riesgo del 98% cuando se comparó el volumen de 150 cm2 con el de 30 cm2 (1,98; IC del 95%: 1,75-2,24). La asociación positiva entre el tejido adiposo visceral y los adenomas siguió siendo significativa incluso cuando se incluyeron en el cálculo el IMC, la circunferencia abdominal y la grasa subcutánea. Por el contrario, se observó que el tejido visceral como mediador atenuaba sustancialmente la asociación entre los tres factores restantes y los adenomas.
También interesante: en todos los estudios examinados, la asociación entre el tejido adiposo visceral y los adenomas avanzados fue significativamente más fuerte que la asociación con las formas no avanzadas.
Determinar el IMC y el perímetro abdominal
Los autores concluyen que el tejido visceral puede ser el mediador clave que explique la asociación observada entre el IMC, el perímetro abdominal y los adenomas. Si, a pesar de todo, se quiere trabajar con estos factores en la práctica clínica (el estudio directo de la masa grasa visceral mediante TAC o IRM, por ejemplo, requiere mucho tiempo y es costoso), se deberían utilizar ambos porque juntos reflejan mejor el tejido adiposo visceral y pueden identificar así a los individuos con un mayor riesgo de neoplasia colorrectal.
Literatura:
- Keum N, et al.: Adiposidad visceral y adenomas colorrectales: Metaanálisis dosis-respuesta de estudios observacionales. Ann Oncol 2014. doi: 10.1093/annonc/mdu563. Publicado por primera vez en Internet: 5 de diciembre de 2014.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2015; 3(3-4): 2