Para el tratamiento del prurigo nodular, existen más bien pocas opciones terapéuticas aprobadas disponibles en la actualidad. Se necesitan nuevas opciones de tratamiento eficaces y bien toleradas. Actualmente se está probando clínicamente el uso del inhibidor de la IL31 nemolizumab en diversas enfermedades pruriginosas de la piel, incluido el prurigo nodular. El balance hasta ahora es positivo.
El prurigo nodular es una enfermedad cutánea crónica rara y poco estudiada que se caracteriza por pápulas hiperqueratósicas y muy pruriginosas, que a menudo conducen a un ciclo de picor-rascado (revisión 1) . Como consecuencia, pueden aparecer trastornos del sueño y dolencias psicológicas [1]. Esta angustiosa enfermedad de la piel afecta sobre todo a personas mayores de 50 años. Aparte de los corticosteroides y las cremas tópicas, actualmente no existen opciones de tratamiento aprobadas para la indicación prurigo nodularis; sería deseable disponer de nuevas opciones terapéuticas.
El nemolizumab como faro de esperanza
En un ensayo clínico de fase II publicado en el New England Journal of Medicine el año pasado, el nemolizumab demostró ser muy eficaz para reducir el prurito en pacientes con prurigo nodular de moderado a grave y picor intenso [2]. Además del prurigo nodular, también se está investigando el uso de este anticuerpo anti-IL31 en otras enfermedades cutáneas asociadas al picor, como la dermatitis atópica [3]. La IL31, al igual que la IL4 y la IL13, es una citocina producida por las células Th2 y desempeña un importante papel fisiopatológico en diversas enfermedades cutáneas pruriginosas [4]. El nemolizumab es actualmente el único anticuerpo anti-IL31 que ha completado con éxito grandes ensayos clínicos avanzados.
En un ensayo aleatorizado doble ciego de fase II controlado con placebo de 12 semanas de duración, 70 participantes del estudio con prurigo nodular moderado a grave y al menos 20 o más nódulos o prurigo nodular grave, definido como una puntuación media diaria de prurito de 7/10 (10 = intensidad máxima imaginable del picor), fueron asignados aleatoriamente a los dos brazos del estudio nemolizumab frente a placebo. Los sujetos en la condición verum recibieron tres inyecciones subcutáneas de nemolizumab 0,5 mg/kg de peso corporal al inicio, en la semana 4 y en la semana 8.
Rápida reducción de los síntomas
En los participantes en el estudio tratados con nemolizumab (n=34), se logró una reducción del picor* del 53,0% 4 semanas después del inicio, en comparación con una reducción del 20,2% en el grupo placebo (n=36) (p<0,001). Así pues, el estudio cumplió el criterio de valoración primario. Tras 12 semanas, el grupo de nemolizumab mostró una reducción media del número de lesiones de 12,6 frente a 6,1 en el grupo placebo. En la última medición de seguimiento en la semana 18 después del inicio, es decir, 10 semanas después de la administración de la última dosis de nemolizumab, la reducción media del número de lesiones fue de 13,3 en el brazo de tratamiento y de 7,5 en el brazo de placebo. En general, el nemolizumab fue bien tolerado. Se notificaron síntomas gastrointestinales, dolor abdominal y diarrea en un 21% con nemolizumab y en un 14% con placebo, y síntomas musculoesqueléticos en un 18% y un 14%, respectivamente.
* Escala de valoración numérica del prurito (Pruritus-NRS)
En general, la conclusión es positiva. Aunque los autores del estudio esperaban que el anticuerpo anti-IL31 fuera eficaz para reducir los síntomas del prurigo nodular, les sorprendió el rápido inicio de la eficacia del nemolizumab. Actualmente se está llevando a cabo un ensayo de fase III para investigar la eficacia y la seguridad del nemolizumab en pacientes con prurigo nodular ([5] ClinicalTrials.gov, NCT04501679).
Literatura:
- Zeidler C, et al: Prurigo crónico de tipo nodular: una revisión. Acta Derm Venereol 2018; 98: 173-179.
- Ständer S, et al: Ensayo de nemolizumab en el prurigo nodular de moderado a grave. N Engl J Med 2020; 382: 706-716.
- Kabashima K, Irie H: La interleucina-31 como diana clínica para el tratamiento del prurito. Front Med (Lausana) 2021; 8: 638325.
- Bieber T, et al: Nuevas terapias basadas en la fisiopatología de la dermatitis atópica. JDDG 2019 17; 11: 1150-1163.
- ClinicalTrials.gov, NCT04501679 (última consulta: 30.30.2021).
- Sonkoly E, et al: IL-31: un nuevo vínculo entre las células T y el prurito en la inflamación atópica de la piel. J Allergy Clin Immunol 2006; 117: 411-417.
PRÁCTICA DERMATOLÓGICA 2021; 31(2): 24