Los pacientes con esquizofrenia dependen del tratamiento con medicación antipsicótica durante el resto de sus vidas. Sin embargo, la adherencia a menudo deja mucho que desear. Muchos enfermos sufren una reducción de su calidad de vida debido a las fases de aumento de los síntomas activos. Esto suele deberse a la falta de adherencia a la medicación. Los antipsicóticos inyectables de acción prolongada tienen el potencial de mejorar la adherencia al tratamiento y el control de los síntomas.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave caracterizado por síntomas positivos y negativos, desorganización y deterioro cognitivo, que afecta al autocuidado y a las relaciones interpersonales [1]. Es una de las 15 principales causas de discapacidad en todo el mundo [2]. El tratamiento y la gestión de la enfermedad requieren una gestión multimodal, como el apoyo social, las terapias psicológicas y la psicoeducación. Sin embargo, está bien establecido que la esquizofrenia está causada por niveles alterados de los neurotransmisores dopamina y glutamato en el cerebro y la farmacoterapia, principalmente con antipsicóticos, sigue siendo uno de los pilares en el tratamiento de la esquizofrenia para aliviar los síntomas, mantener el funcionamiento y mejorar la calidad de vida [3]. El problema: Los pacientes con esquizofrenia suelen padecer anosognosia, es decir, una falta de percepción de la naturaleza de los síntomas y de las dificultades asociadas a la enfermedad [4]. Por lo tanto, la eficacia del tratamiento se ve a menudo comprometida por la falta de adherencia y cumplimiento.
Progresión de fase y gestión de la terapia
La esquizofrenia progresa por fases, que pueden variar de un paciente a otro. En la fase prodomal se manifiestan síntomas tempranos como trastornos de la concentración, alteraciones de la percepción, trastornos del sueño y de la conducción y desconfianza. Suele afectar a adultos jóvenes cuyo entorno interpreta erróneamente los síntomas como un desarrollo normal durante la pubertad. Sin embargo, el deterioro del rendimiento y las consecuencias sociales negativas son considerables. Durante la fase aguda, los síntomas positivos cobran protagonismo. Debido a los delirios y las alucinaciones, los afectados sufren un deterioro tan grave de su percepción que a menudo es inevitable la hospitalización. Una vez que la fase aguda ha remitido, sigue la fase de estabilización o mantenimiento. Alrededor de un tercio de los afectados vuelven a estar completamente libres de síntomas y pueden llevar una vida normal. Otro tercio se ve limitado por los síntomas negativos, que pueden provocar un retraimiento social y una menor capacidad de recuperación en la vida cotidiana. En un tercio de los afectados, esta afección es tan grave que dependen permanentemente de ayuda externa para hacer frente a la vida cotidiana.
El objetivo en la fase aguda es reducir rápidamente los síntomas tan angustiosos y prevenir las autolesiones o el daño a terceros. Con la ayuda de la medicación disponible, esto puede lograrse a menudo en cuestión de días o semanas. Todas las directrices coinciden en que debe iniciarse un antipsicótico cuando aparecen síntomas psicóticos en el contexto de la esquizofrenia [6]. Para los pacientes con un primer episodio, se recomienda la selección de un antipsicótico de segunda generación. Posteriormente, debe llevarse a cabo una profilaxis de las recaídas basada en fármacos.
Preparados de acción prolongada para una mejor adherencia
Se ha demostrado que los antipsicóticos inyectables de acción prolongada (LAI) pueden mejorar la adherencia al tratamiento [7]. Los LAI se siguen utilizando con bastante cautela en la práctica actual. El palmitato de paliperidona es un antipsicótico de acción prolongada que ya está disponible en una formulación de 6 meses. Los estudios clínicos han demostrado que el 92,5% de los pacientes tratados estaban libres de recaídas al cabo de 12 meses [7]. Los resultados iniciales de un estudio pragmático, prospectivo, multicéntrico y de imagen especular, de cuatro años de duración, respaldan los datos clínicos: La tasa de retención tras 6 meses de tratamiento fue del 94%. Además, se demostró que la preferencia de los pacientes y los médicos por los LAI con intervalos de dosificación más largos fue la razón principal de la introducción/el cambio a la formulación de 6 meses, lo que dio lugar a una larga duración del tratamiento.
Literatura:
- Owen MJ, Sawa A, Mortensen PB: Esquizofrenia. Lancet 2016; 388: 86-97.
- Colaboradores de Incidencia y Prevalencia de Enfermedades y Lesiones del GBD 2016. Incidencia, prevalencia y años vividos con discapacidad a nivel mundial, regional y nacional de 328 enfermedades y lesiones para 195 países, 1990-2016: un análisis sistemático para el Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad 2016. Lancet 2017; 390: 1211-1259. Fe de erratas en: Lancet 2017; 390: e38.
- Buck SA, Quincy Erickson-Oberg M, Logan RW, et al: Relevancia de las interacciones entre la neurotransmisión de dopamina y glutamato en la esquizofrenia. Mol Psychiatry 2022; 27: 3583-3591.
- Little JD: En la esquizofrenia, ¿es más útil entender la falta de capacidad y la falta de insight como anosognosia? Australas Psychiatry 2021; 29: 346-348.
- www.rki.de/DE/Content/Gesundheitsmonitoring/Gesundheitsberichterstattung/GBEDownloadsT/Schizophrenie.pdf?__blob=publicationFile (última consulta: 17/11/2024).
- https://smf.swisshealthweb.ch/de/article/doi/smf.2018.03303 (última consulta: 17/11/2024).
- García-Carmona JA, et al: Datos preliminares de un estudio especular y multicéntrico de 4 años de duración en pacientes que inician el tratamiento con palmitato de paliperidona, un antipsicótico inyectable de acción prolongada de 6 meses de duración: el estudio Paliperidona 2 por año. Ther Adv Psychopharmacol. 2023 Dic 26;13:20451253231220907.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2024; 22(6): 26