La queratosis actínica es ya uno de los cuadros clínicos más frecuentes en oncología dermatológica. Sin embargo, debido al aumento de la esperanza de vida, cabe suponer un mayor incremento del número de pacientes afectados. Por primera vez, se ha publicado una directriz S3 que hace recomendaciones para el diagnóstico y la terapia.
Basándose en la directriz S2k sobre el carcinoma de células escamosas y en la directriz S1 sobre la queratosis actínica (QA), la Sociedad Dermatológica Alemana (DDG), el Grupo de Trabajo de Oncología Dermatológica (ADO) y la Sociedad Alemana contra el Cáncer (DKG) han desarrollado la nueva directriz S3 “Queratosis actínica y carcinoma de células escamosas de la piel”. La directriz, publicada en verano, se basa en los resultados de una búsqueda y revisión sistemática de la literatura hasta 2018 y refleja las recomendaciones basadas en pruebas y en el consenso del panel interdisciplinar.
Diagnóstico clínico
El diagnóstico de la QA se realiza básicamente mediante un examen clínico y la inspección de la zona afectada. Si es necesario, también se realizan dermatoscopia, microscopia láser confocal y tomografía de coherencia óptica. Debe realizarse una biopsia si el aspecto no está claro, si es necesario un diagnóstico diferencial (por ejemplo, enfermedad de Bowen) o si el paciente es resistente a la terapia. La situación de los datos para los factores pronósticos, es decir, la predicción de qué lesión de QA se desarrollará cómo y con qué rapidez y se convertirá en un carcinoma de células escamosas, aún no es suficiente. Se necesita más investigación en este sentido para poder hacer afirmaciones claras. Por ello, a falta de alternativas, en la actualidad se sigue utilizando la clasificación de Olsen.
Tratamiento precoz y coherente indicado
Dado que la progresión no puede predecirse, la terapia debe administrarse de forma precoz y constante. Existen varias opciones en función del número y la distribución de las lesiones, así como de factores relacionados con el paciente como la edad, la preferencia de tratamiento, las comorbilidades y los riesgos. Debe prestarse especial atención a la cancillería sobre el terreno. Según la directriz, se trata de una zona de la piel con varias QA, rodeada de lesiones cutáneas visibles relacionadas con los rayos UV. Para ello, una destrucción exclusiva de lesiones únicas visibles no sería suficiente (tab. 1). Además de las monoterapias, también se utilizan combinaciones de tratamientos. Sin embargo, aún no se han investigado sistemáticamente. Por lo tanto, existen posibles conceptos aislados, pero sigue faltando un algoritmo. Se recomienda el uso de productos de protección UV como medida preventiva y complemento sensato de todos los conceptos terapéuticos.
Para saber más:
- www.awmf.org/uploads/tx-szleitlinien/032-022OLI_S3_Aktinische_Keratosen-Plattenepithelkarzinom-PEK_2019-07.pdf
InFo ONcOLOGíA & HEMATOLOGíA 2019; 7(6): 22