Las personas que sufren dolencias reumáticas suelen tener dificultades para realizar los movimientos cotidianos en casa o en el trabajo. En este caso, las ayudas cotidianas pueden ser un gran alivio. Proporcionan apoyo cuando la fuerza ya no es suficiente o el dolor dificulta las actividades. Monika Oberholzer, dipl. Terapeuta ocupacional y asesora especializada en ayudas cotidianas de la Liga Suiza contra el Reumatismo, explica cómo utilizar los pequeños ayudantes.
Las ayudas cotidianas parecen estar de moda, ahora puede encontrarlas en los estantes de los principales distribuidores y no deja de toparse con ellas en las revistas de salud. ¿Qué tiene este desarrollo y estos pequeños ayudantes?
Monika Oberholzer: Básicamente, cada vez hay más personas mayores y multimórbidas en nuestra sociedad que dependen de ayudas u objetos auxiliares en su vida cotidiana que les permitan seguir siendo lo más independientes posible hasta una edad avanzada.
Las ayudas cotidianas, que pueden solicitarse a la Liga Suiza contra el Reumatismo, alivian a las personas con dolencias reumáticas u otras restricciones físicas de movimiento (dolor de espalda, TEP de cadera) en diversos ámbitos de la vida diaria. Suelen entrar en juego cuando el dolor o la falta de fuerza están en primer plano. Sin embargo, también pueden utilizarse muy bien para los síndromes por uso excesivo o la tensión muscular como complemento del tratamiento ocupacional y fisioterapéutico. En mi opinión, los pacientes a los que se les acaba de diagnosticar una enfermedad reumática inflamatoria deberían recibir desde el principio instrucciones sobre protección articular y ayudas para la vida diaria por parte de un terapeuta ocupacional.
¿Para qué ámbitos son especialmente útiles las ayudas cotidianas?
La oferta abarca desde artículos para la higiene personal, la cocina, la alimentación y el hogar, hasta artículos de socorro para la oficina u otros momentos de ocio (Fig. 1).
Especialmente en la cocina, se puede hacer mucho para proteger las articulaciones. A la hora de preparar las comidas, por ejemplo, los abrelatas eléctricos o los dispositivos de liberación de vacío para tapas de rosca son un alivio. Además, algunas dolencias provocan dificultades a la hora de vestirse. Si ya no hay fuerza o movilidad suficiente para abotonarse una camisa, por ejemplo, el extractor de botones resulta muy útil: con el lazo de alambre, el botón puede introducirse fácilmente en la abertura. En la osteoporosis, las fracturas óseas son una consecuencia temida. Aquí, una pinza puede reducir posiblemente el riesgo de caída. El reumatismo de partes blandas requiere empuñaduras blandas y gruesas para limitar el dolor. Dado que en la terapia ocupacional queremos encontrar soluciones individuales, también ocurre que adaptamos utensilios familiares o ayudas cotidianas a las nuevas circunstancias con material especial.
¿En qué se diferencia comprar una ayuda cotidiana a la Liga contra el Reumatismo de comprarla usted mismo a un mayorista?
A diferencia de los grandes distribuidores, la Liga contra el Reumatismo ofrece asesoramiento telefónico individualizado a cargo de especialistas. Es importante asesorar al cliente sobre su problema y recomendarle el mejor producto para sus necesidades.
No existe una situación de asesoramiento en el distribuidor mayorista. En general, sin embargo, la oferta puede contribuir a la concienciación sobre las ayudas cotidianas. En el mejor de los casos, esto conducirá a que las personas sanas también hagan un uso preventivo de estos pequeños ayudantes. La protección conjunta debe comenzar lo antes posible. La Liga Suiza contra el Reumatismo llama la atención sobre estas medidas preventivas con semanas de acción, temas anuales y campañas como “Lueg dine Händ”.
¿Cómo funciona concretamente una instrucción de apoyo diario?
El paciente debe ser remitido por el médico. Mediante la evaluación, el terapeuta ocupacional obtiene una visión general de las posibilidades de movimiento y el dolor del cliente, por un lado, pero también de sus circunstancias vitales y sus dificultades en la vida cotidiana, por otro. En primer lugar, se pasa un cuestionario con el paciente, en el que éste marca dónde tiene problemas en la vida cotidiana. Es importante que el propio paciente diga qué áreas le parecen relevantes, así también habrá una buena motivación inicial. En las clínicas, y a veces también en las consultas de terapia ocupacional, hay, por ejemplo, una cocina donde se puede trabajar con objetos de cocina. Para los pacientes, el entrenamiento concreto con un objeto de uso diario o una ayuda cotidiana es mucho más motivador y comprensible que pasar por secuencias de movimiento abstractas. En última instancia, esto es exactamente lo que significa la terapia ocupacional: el paciente debe ser capaz de funcionar en su vida cotidiana individual.
La optimización de la terapia ocupacional en el lugar de trabajo es algo más difícil. Aquí se le pide al paciente que describa su entorno de trabajo o que intente hacerse una idea lo más concreta posible del mismo mediante fotos. En los trabajos de oficina, por ejemplo, a menudo son las malas posturas las que provocan problemas de cuello y espalda. Aquí se utilizan ayudas cotidianas como reposapiés o soportes para portátiles que garantizan una postura más ergonómica. Para una evaluación ergonómica verdaderamente profesional que tenga lugar en el propio lugar de trabajo, existen expertos formados.
¿Qué medidas toma la terapia ocupacional más allá de la instrucción de ayudas para la vida diaria?
Si nos quedamos en la zona de oficinas: Se trata de mostrar al paciente cómo puede mejorar su postura con medidas sencillas. En general, se aconseja a los oficinistas que no se sienten siempre en la misma postura. Además, debe estirarse y estirarse una y otra vez, crear caminos de trabajo como el que va de la impresora al ordenador o de la cafetera al asiento. En principio, aconsejamos a todos los pacientes que se muevan, ya sea en el hueco de la escalera o de camino al trabajo. En la terapia ocupacional se intenta, junto con la persona afectada, estructurar la vida cotidiana de esta manera. Además, la terapia ocupacional también trata a pacientes que han sufrido un derrame cerebral, a clientes que han sido operados de la mano y realiza evaluaciones a domicilio para ancianos en geriatría. Por nombrar una parte de la oferta.
¿Cómo puede incluirse en la terapia ocupacional el entorno social de la persona afectada?
A veces se invita a los cónyuges a las sesiones de terapia para mostrarles cómo pueden apoyar al paciente en su vida diaria, por ejemplo en la higiene personal, vistiéndose o comiendo. Sin embargo, no se trata sólo de dar instrucciones para los cuidados, sino también de comunicar a los familiares qué movimientos puede seguir realizando el paciente por sí mismo o entrenarse para ello. Personalmente, creo que es importante que los cónyuges no se conviertan de repente en cuidadores, sino que mantengan su papel principal en la relación y sigan aprendiendo a apoyar a la persona enferma.
¿Cómo es la cooperación interdisciplinar con instituciones residenciales como residencias de ancianos o asilos?
Cuando un paciente pasa de la clínica a una institución asistencial, el terapeuta ocupacional intenta que la salida de la terapia sea lo más armoniosa posible en colaboración con la institución. En concreto, esto puede incluir instruir a los cuidadores a domicilio sobre las zonas en las que el paciente debe seguir ejercitándose o las dificultades ergonómicas que existen en relación con su espacio vital. Por ejemplo, según la CIF, se resume el estado de movilidad del paciente, se muestran las actividades y participaciones de las que es capaz y se hacen recomendaciones sobre los cuidados posteriores.
¿Cómo consigo las ayudas para la vida diaria?
Pueden solicitarse a la Liga Suiza contra el Reumatismo por teléfono, correo electrónico o tienda web. Además, se ofrece asesoramiento telefónico. También existen diversas publicaciones sobre el tema, como el folleto de protección de las articulaciones o el catálogo de ayudas cotidianas.
Entrevista: Andreas Grossmann
PRÁCTICA GP 2013; 8(8): 4-5