Una paciente de 28 años presenta síntomas persistentes de reflujo que aparecen por primera vez tras la interrupción del tratamiento con IBP.
Antecedentes: Una paciente de 28 años experimentó ardor gástrico y dolor torácico ocasional por primera vez tras interrumpir el tratamiento profiláctico con inhibidores de la bomba de protones (IBP). Hace seis meses, la paciente sufrió un accidente de esquí con fractura compuesta del codo izquierdo. Fue necesaria una intervención quirúrgica para estabilizar la fractura. Para reducir el dolor y la inflamación, a la paciente se le recetaron 400 mg de ibuprofeno tres veces al día. Además, recibió terapia profiláctica IBP con 40 mg diarios de pantoprazol como “protección estomacal”. No hubo complicaciones y la paciente no presentaba molestias abdominales. Unas semanas después de la lesión, la paciente dejó toda la medicación. Poco después, experimentó ardor de estómago intermitente y dolor torácico. Los síntomas de reflujo mejoraron tras volver a tomar regularmente pantoprazol. Los repetidos intentos de suspender la medicación IBP no tuvieron éxito.
Historia y diagnóstico: La paciente no tenía antecedentes de enfermedades digestivas ni de otro tipo y no padecía sobrepeso. No fumaba, bebía poco alcohol y no tomaba ninguna otra medicación. Las pruebas de laboratorio no presentaron observaciones. Se realizó una endoscopia para aclarar los síntomas persistentes. No había signos de esofagitis por reflujo, hernia de hiato o úlcera péptica. También podría excluirse una infección por Helicobacter pylori.
Terapia: En lugar de suspender el fármaco inmediatamente, se aconsejó a la paciente que redujera lentamente la dosis del fármaco inhibidor de la acidez. Primero se redujo la dosis de 20 mg a 10 mg diarios de pantoprazol y después a una vez al día cada 2-3 días durante un mes. Además, a la paciente se le recetaron 5 ml del preparado antiácido de alginato líquido Gaviscon® después de las comidas y, posteriormente, sólo cuando aparecieran los síntomas. Con este tratamiento, estuvo completamente libre de síntomas en un mes. El pantoprazol pudo suspenderse sin problemas tras sólo dos semanas de terapia con alginato. Un mes después, la paciente sólo tenía que tomar alginato en contadas ocasiones.
Comentario del Prof. Dr. med. Mark Fox: El caso muestra de forma impresionante el llamado efecto de rebote ácido tras la interrupción del tratamiento con IBP. Por ejemplo, los estudios clínicos demuestran que al menos uno de cada cuatro voluntarios sanos a los que se han administrado fármacos inhibidores de la acidez padece ardor de estómago u otros síntomas de reflujo una vez finalizada la terapia. Este efecto se debe a un gran aumento del nivel de gastrina en la sangre como resultado de la terapia con IBP. Esta hormona estimula la secreción de ácido, lo que puede provocar los síntomas debidos a la hiperacidez tras dejar de tomar el fármaco. Este rebote ácido puede durar varias semanas. La prescripción de Gaviscon® puede facilitar la reducción de la dosis y, en última instancia, la interrupción del tratamiento con IBP.
Además, cabe mencionar que no se recomienda la prescripción rutinaria de antiácidos en pacientes que requieran un tratamiento a corto plazo con ibuprofeno u otros antiinflamatorios y analgésicos no esteroideos. Esta práctica es una de las razones de la sobreprescripción generalizada de IBP en la comunidad profesional.
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