El “ojo rojo” es un síntoma frecuente en la consulta del médico generalista. Las causas subyacentes pueden ser muy diversas. Dependiendo del cuadro clínico, es posible el tratamiento por el médico de cabecera o es necesaria la derivación al oftalmólogo. En Medidays, a principios de septiembre, se utilizaron ejemplos prácticos para explicar en qué casos está indicada una remisión de este tipo.
El “ojo rojo” es un síntoma frecuente en la consulta del médico generalista. Las causas subyacentes pueden ser muy diversas. Dependiendo del cuadro clínico, es posible el tratamiento por el médico generalista o es necesaria la derivación al oftalmólogo (Tab. 1 ). Especialmente en el caso de dolencias oculares en el contexto de enfermedades sistémicas, la cooperación interdisciplinar es algo muy importante. En cuanto al diagnóstico, es importante distinguir entre el hiposfagma (hemorragia bajo la conjuntiva) y los ojos rojos debidos a un vaso dilatado, y en el caso de estos últimos, es importante aclarar si los síntomas son infecciosos o no infecciosos.
Los casos que pueden ser atendidos por el médico de cabecera son, por ejemplo, cuando se trata de un ojo rojo debido a una hiposfagmia con hallazgos por lo demás anodinos (indoloro, agudeza visual normal). Los sustitutos lagrimales (por ejemplo, colirios con ácido hialurónico) y una pomada ocular nutritiva deberían ser suficientes como terapia. Sin embargo, si hay indicios de infección, debe remitirse al oftalmólogo. La queratoconjuntivitis infecciosa puede estar causada por patógenos víricos, bacterianos, micóticos o parasitarios. El historial médico puede dar una indicación de conjuntivitis vírica: normalmente, un ojo se afecta primero y el otro también lo hace con cierto retraso. Si la etiología no está clara, la Dra. med. Karin Küper, médico jefe de la Clínica Oftalmológica del Hospital Universitario de Zúrich, desaconseja la administración “a ciegas” de esteroides locales y recomienda remitir al paciente a un oftalmólogo. Señala que, por ejemplo, en caso de cambios purulentos masivos, es muy importante un examen por parte del oftalmólogo para poder diagnosticar y tratar la infección a tiempo de evitar la fusión de la córnea (posible en cuestión de horas en caso de secreciones purulentas).
Uno de los criterios de decisión más importantes para una derivación al oftalmólogo es la presencia de afectación corneal, según el Prof. Dr. Dr. med. Jens Funk, subdirector clínico y médico jefe de la Clínica Oftalmológica del Hospital Universitario de Zúrich. En caso de queratitis o queratoconjuntivitis (tab. 2), debe remitirse a un oftalmólogo lo antes posible. Una característica diagnóstica en este caso es que la imagen refleja de la córnea no es lisa, sino rasgada. La queratitis por Pseudomonas con queratitis lítica, por ejemplo, es un caso en el que debe remitirse a un oftalmólogo lo antes posible. Lo mismo se aplica si se sospecha una infección fúngica (por ejemplo, queratitis por Fusarium).
Diagnóstico diferencial: Enfermedades con afectación ocular
Para identificar los factores etiológicos, es crucial realizar una anamnesis cuidadosa en la consulta del médico general [1]. Entre otros factores, los antecedentes de uso de lentes de contacto y las estancias en zonas con condiciones higiénicas precarias pueden aportar información sobre las posibles causas de infección. El curso de los síntomas también puede dar pistas sobre la naturaleza del problema subyacente (por ejemplo, infecciones fúngicas: curso prolongado; infecciones víricas: primero se ve afectado un ojo y después, con cierto retraso, el otro).
“Las enfermedades oculares alérgicas constituyen un gran capítulo”, afirma el Dr. Küper. La prevalencia es muy alta en el mundo occidental, un 40%. En caso de rinoconjuntivitis alérgica aguda, puede tratarse local y sistémicamente con estabilizadores de mastocitos, antihistamínicos o preparados de “doble acción” (por ejemplo, olopatadina, ketotifeno). Si aparece dolor en el curso posterior o no hay mejoría, es aconsejable remitir al paciente al oftalmólogo. La remisión a un oftalmólogo está especialmente indicada en casos crónicos, usuarios de lentes de contacto, pacientes atópicos, niños y pacientes con dolor.
El síndrome de la sicca es una de las afecciones más frecuentes en oftalmología. La queratoconjuntivitis sicca se caracteriza por una reducción de la producción de lágrimas. “Uno de cada cinco pacientes en la consulta de un oftalmólogo tiene ojo seco”, afirma el Dr. Küper. Como tratamiento por parte del médico general, en estos casos con enfermedad rosácea demostrada o blefaritis posterior crónica con meibomstasis, puede administrarse una terapia sistémica con tetraciclinas durante un periodo de dos a tres meses. En caso de resistencia a la terapia o dolor, está indicada la derivación a un oftalmólogo.
Otras enfermedades en las que suelen producirse daños oculares:
- Enfermedad de injerto contra huésped (en el 50-80% de los casos hay afectación ocular)
- Ulceración corneal periférica (como problema corneal aislado frente a en el contexto de una enfermedad sistémica).
- Penfigoide ocular (grupo heterogéneo de enfermedades autoinmunes con afectación ocular en el 60-77% de los casos).
- Síndrome de Steven-Johnson (una reacción mucosa inducida principalmente por fármacos con afectación ocular en el 69-82% de los casos).
- Inflamación intraocular – uveítis (50% de los casos idiopática, 50% de los casos en el contexto de diversas enfermedades. En caso de dolor y reducción de la agudeza visual: remisión inmediata a un oftalmólogo).
- Fístula arteriovenosa del seno cavernoso
- Tumores conjuntivales (benignos y malignos).
Daños oculares causados por las tecnologías modernas: ¿son perjudiciales los juegos de ordenador y los punteros láser?
Existen resultados controvertidos sobre la cuestión de si los juegos de ordenador tienen un efecto perjudicial sobre los ojos. Por ejemplo, hay estudios que han demostrado que los juegos de ordenador pueden provocar un aumento del desarrollo de la miopía [2] y de la inestabilidad de la película lagrimal [3]. Por otro lado, también hay juegos de ordenador que se utilizan con fines terapéuticos, por ejemplo, para daños cerebrales con déficit del campo visual.
Según el Prof. Dr. med. Funk, los punteros láser no son peligrosos per se si los fabricantes respetan los límites prescritos. Por desgracia, a menudo no es así e incluso una exposición de 0,25 seg de un puntero láser de 10 milivatios en lugar del límite superior prescrito de 1 milivatio de potencia puede provocar daños anatómicos permanentes. Existen modelos en el mercado con hasta 2000 milivatios de potencia.
Daños oculares por las drogas psicotrópicas y el yoga
Hay casos en los que el topipramato (anticonvulsivo) puede provocar un ataque de glaucoma, que es un efecto secundario poco frecuente de este medicamento. Para reducir este riesgo, debe realizarse una medición de la presión ocular antes y después de recetar psicofármacos, además de un cuidadoso historial médico. Además, es importante informar a los pacientes sobre los posibles riesgos y efectos secundarios de los psicofármacos (por ejemplo, dolor, náuseas, vómitos, deterioro de la visión). Ciertos ejercicios de yoga (por ejemplo, cabeza abajo) también pueden ser peligrosos para los pacientes con glaucoma, ya que aumenta el riesgo de que se produzca un cambio en la presión de la cámara ocular.
Fuente: Medidays Zúrich, 4-8 de septiembre de 2017, Zúrich
Literatura:
- Frings A, Gerling G, Schargus M: Ojo rojo: guía para no especialistas. Deutsches Ärzteblatt 2017; 114 (17): 302-312.
- Deng L, Gwiazda J, Thorn F: Refracciones y actividades visuales de los niños durante el curso escolar y el verano. Optometría y Ciencias de la Visión 2010; 87(6): 406-413.
- Cardona G, et al: Frecuencia de parpadeo, amplitud de parpadeo e integridad de la película lagrimal durante tareas terminales de visualización dinámica. Investigación ocular actual 2011; 36 (3): 190-197.
PRÁCTICA GP 2017; 12(10): 39-41