Un nuevo metaanálisis examina la relación entre las enfermedades de transmisión sexual y el cáncer de próstata. Llega a resultados interesantes: La gonorrea, en particular, parece estar asociada a un mayor riesgo de cáncer de próstata. ¿Qué puede significar esto para la prevención?
(ag) Aunque desde hace años se realiza una intensa búsqueda de factores de riesgo modificables en el campo del cáncer de próstata, hasta ahora apenas se han obtenido resultados consistentes. Dada la gran relevancia de esta afección, es importante que se avance en este campo: El cáncer de próstata es el carcinoma más frecuente en los hombres y es la sexta causa de muerte por cáncer en todo el mundo.
Varios estudios se han centrado en la posible relación entre las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el cáncer de próstata. Un nuevo metaanálisis va en la misma dirección e investiga la asociación entre el cáncer de próstata y la infección por
- Neisseria gonorrhoeae
- Treponema pallidum (Lues)
- Clamidia tracomatis
- Trichomonas vaginalis
- Ureaplasma urealyticum
- Mycoplasma hominis
- Herpes simple tipo 1 y 2
- Virus del herpes humano 8
- Citomegalovirus.
Aumento significativo del riesgo de gonorrea
Los estudios pertinentes se recopilaron mediante una revisión bibliográfica sistemática. El riesgo relativo resumido (SRR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% mostraron la asociación entre la ITS y el cáncer de próstata.
Se incluyeron 47 estudios publicados entre 1971 y 2011. De hecho, los hombres que declararon haber tenido una ITS en algún momento tenían más probabilidades de desarrollar también cáncer de próstata (SRR 1,49; IC del 95%: 1,19-1,92). Se encontró un riesgo significativamente mayor de cáncer de próstata principalmente en los hombres que habían tenido gonorrea (SRR 1,20; IC del 95%: 1,05-1,37); para el resto de ITS, no hubo ninguna asociación significativa en el análisis individual. Sin embargo, los autores señalan que esto no significa que otras infecciones y agentes patógenos no puedan desempeñar también un papel en este sentido. Porque: en parte, no se realizaron evaluaciones de riesgo debido a que el número de estudios era demasiado pequeño, en parte, los niveles de significación apenas se alcanzaron. Por lo tanto, es necesario seguir investigando.
Ampliar los esfuerzos de prevención
Las infecciones repetidas o incluso a largo plazo de la próstata pueden tener un efecto cancerígeno. ¿Debería guiarse la prevención futura por este hallazgo? Los autores concluyen que, debido a la elevada incidencia tanto del cáncer de próstata como de la ITS en todo el mundo, los esfuerzos en este campo pueden tener sentido. Previniendo las ITS y aumentando la concienciación, es posible que se evite un número considerable de casos de cáncer asociado.
Fuente: Caini S, et al.: Sexually transmitted infections and prostate cancer risk: A systematic review and meta-analysis. Epidemiología del cáncer 2014; 38(4): 329-338.
InFo Oncología y Hematología 2014; 2(7): 4