En los países occidentales, la ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico) afecta a cerca del 20% de la población. Normalmente, la vía conduce al gastroenterólogo, pero dado que la vía alimentaria y la vía aérea se cruzan a nivel de la laringe, el reflujo también puede interesar a los neumólogos.
Existen diferentes grados de gravedad y efectos de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y también diferentes puntos de vista sobre el diagnóstico y la terapia, sobre todo en función de dónde se produzca exactamente el reflujo. Las consecuencias de una enfermedad son clásicamente la esofagitis por reflujo o la enfermedad por reflujo no erosiva, recordó el Dr. Macé Schuurmans, del Departamento de Neumología del Hospital Universitario de Zúrich [1].
Sintomáticamente, existen síndromes esofágicos y síndromes extraesofágicos. Los síndromes esofágicos se subdividen a su vez en síndromes sintomáticos (síndromes típicos de reflujo, síndromes de dolor torácico por reflujo) y síndromes con lesiones esofágicas (esofagitis por reflujo, estenosis por reflujo, esófago de Barrett, adenocarcinoma). Los síndromes extraesofágicos pueden dividirse en asociaciones establecidas (tos de reflujo, laringitis, asma y erosiones dentales) y asociaciones sospechosas (sinusitis, fibrosis pulmonar, faringitis, otitis media recurrente).
Síntomas de reflujo, etc.
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IBP como terapia estándar
El reflujo puede estar causado por una insuficiencia del esfínter esofágico inferior, principalmente congénita, o por influencias inhibidoras sobre el esfínter como la cafeína, el alcohol o los alimentos grasos. La desregulación autonómica, la gastroparesia o la diabetes también pueden favorecer el reflujo. También hay aspectos físicos como la obesidad, la ropa que aprieta o un cinturón apretado. Y por último, pero no por ello menos importante, hay pacientes anatómicamente susceptibles debido, por ejemplo, a una hernia de hiato o a una esclerosis sistémica.
Los diagnósticos de reflujo de los gastroenterólogos son la manometría esofágica, la pH-metría esofágica o, a veces, la pH-metría con cápsula sin catéter. Los colegas hablan entonces sobre todo de reflujo gastroesofágico, mientras que los foniatras y los neumólogos hablan a veces de reflujo laringofaríngeo, “porque sube a un piso más alto” (Fig. 1). En consecuencia, el diagnóstico también se realiza de forma diferente, es decir, con pH-metría faríngea.
La terapia contra el reflujo es bien conocida, el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) se considera estándar: pantoprazol, omeprazol, esomeprazol y otros, que suelen tomarse media hora antes de comer, durante un periodo de tiempo suficientemente largo. Esto significa que si un paciente no responde después de 4 semanas, una ampliación a 8 semanas es bastante aconsejable. Si sigue sin haber respuesta, puede pensar en cambiar de producto o hacer una medición del pH en el curso para ver si el IBP que está utilizando también está teniendo un efecto favorable sobre el pH. El Dr. Schuurmans no quiso dejar de mencionar la fundoplicatura de Nissen como opción quirúrgica para el tratamiento del reflujo.
Medidas antirreflujo no específicas
Una medida no medicamentosa recomendada para combatir el reflujo es elevar la cama por la cabecera: Para una cama de 2 metros de longitud, el extremo de la cabeza debe ser al menos 15 cm más alto que el de los pies. La mayoría de la gente piensa en inclinar hacia arriba sólo la sección de la cabeza. Sin embargo, esto provoca una torcedura en el cuerpo, posiblemente asociada a problemas respiratorios y dolor de espalda, por ejemplo al tumbarse boca abajo. Según el Dr. Schuurmans, es más aconsejable colocar un bloque de madera bajo los pies de la cama en el cabecero, por ejemplo, o alternativamente entre el somier y su superficie de apoyo. El experto nombró otras medidas:
- Intervalo comida-descanso de al menos 2 horas (para que el estómago no esté demasiado lleno y no se produzcan entonces regurgitaciones).
- No tome bebidas con cafeína después de las 18.00 horas (incluidas, por ejemplo, las bebidas energéticas o el té helado).
- Evitar los alimentos grasos a altas horas de la noche
- Pérdida de peso (¡mucho peso presiona el estómago!)
Además de la clásica inhibición ácida suficientemente prolongada, el Dr. Schuurmans recomendó que se tuvieran en cuenta también los factores influyentes, especialmente las medidas antirreflujo no específicas antes mencionadas. Sin embargo, no está claro cuál de estas intervenciones no farmacológicas tiene mayor influencia, porque a menudo se combinan o no se utilizan en absoluto en los estudios.
Fuente:
- FomF WebUp Neumología, 7.12.2020.
InFo NEUMOLOGÍA Y ALERGOLOGÍA 2021; 3(1): 33