¿Capturar las huellas dactilares antes de entrar en un país extranjero? ¿Desbloquear rápidamente su smartphone mediante la tecnología de huella dactilar? Lo que ayer parecía evidente puede convertirse en imposible para los enfermos de cáncer en muy poco tiempo. Aunque la pérdida de la huella dactilar no es uno de los efectos secundarios peligrosos de las terapias oncológicas, puede acarrear problemas en la vida cotidiana.
Markus K., de 53 años, padece un cáncer de recto avanzado con metástasis hepáticas y pulmonares. Sometido a quimioterapia con capecitabina/oxaliplatino, su estado se estabiliza hasta tal punto que desea visitar por última vez a su hermana en Estados Unidos. Pero entonces se produce el choque: se le deniega la entrada porque la calidad de sus huellas dactilares es insuficiente. Sólo después de consultar con los oncólogos tratantes y de muchas frustraciones, Markus K. consigue entrar en EE.UU. a pesar del deterioro de su salud. Muere seis meses después.
Markus K. no es un caso aislado; la razón de la desaparición de sus líneas papilares es la terapia con capecitabina. Sin embargo, otros agentes quimioterapéuticos y ciertos fármacos oncológicos dirigidos también pueden provocar una pérdida de la huella dactilar (o: matoglifos venosos). Aparte de algunos informes de casos, sólo existen unos pocos estudios sistemáticos sobre este fenómeno, y éstos arrojan resultados bastante inesperados.
No existe una asociación clara con el síndrome mano-pie
En contra de la suposición anterior de que la pérdida de las líneas papilares debe considerarse una consecuencia directa del síndrome mano-pie y, por tanto, un efecto secundario conocido de la quimioterapia, diversos estudios recientes concluyen que la huella dactilar puede desaparecer incluso sin signos clínicos[1–3]. Así, en los estudios correspondientes se observaron cambios en la huella dactilar de diversos grados en casi el 70% de los pacientes que recibían terapia con capecitabina y en cerca del 55% de los pacientes que recibían tratamiento con paclitaxel – sin asociación con la aparición del síndrome mano-pie [1,2]. Mientras que algunos participantes en el estudio desarrollaron un síndrome mano-pie clínicamente claro sin cambios graves en las huellas dactilares, otros desarrollaron cambios claros en las líneas papilares – sin síntomas del síndrome mano-pie como disestesia, hinchazón, enrojecimiento o ampollas. El tratamiento con sunitinib también provocó una disminución significativa de la calidad de la huella dactilar en un paciente de un estudio sin quejas subjetivas [3]. A diferencia del síndrome mano-pie, ni la dosis ni la duración de la terapia parecen tener una influencia clara en las líneas papilares. Los efectos que otras sustancias que pueden desencadenar el síndrome mano-pie tienen sobre la huella dactilar no pueden evaluarse sobre la base del estado actual de los estudios. Estos agentes incluyen, por ejemplo, la doxorrubicina, el docetaxel, la citarabina y el 5-fluorouracilo, así como los inhibidores de la quinasa de molécula pequeña como el axitinib, el dabrafenib y el sunitinib [4]. En cualquier caso, no se puede descartar un deterioro de la calidad de las huellas dactilares.
En resumen: hasta ahora no está muy claro a quién afecta la incómoda condición de la flebotomía inducida por fármacos. Por lo tanto, es aún más importante informar a los pacientes potencialmente afectados en una fase temprana, especialmente a los que están siendo tratados con capecitabina o paclitaxel. Sólo así podrá interceptar la frustración, solicitar el pasaporte biométrico incluso antes de la terapia y cambiar el bloqueo del teléfono móvil por el reconocimiento facial. Dado que la disminución de la calidad de la huella dactilar sólo figura actualmente en la información para expertos sobre la capecitabina -e incluso allí sólo como consecuencia del síndrome mano-pie-, los facultativos tienen aquí un papel aún más importante que desempeñar [5]. El médico también es importante para tratar el poco conocido efecto adverso del fármaco de la pérdida de la línea papilar. Así, los planes de viaje correspondientes pueden simplificarse considerablemente con un certificado médico.
Las buenas noticias
Aparte del curso a menudo asintomático de la huella dactilar que se desvanece, hay otra buena noticia. Aunque no existe una correlación clara con el síndrome mano-pie clínicamente manifiesto, la pérdida de líneas papilares tras la interrupción de la terapia se comporta de forma similar: es reversible a las pocas semanas de finalizar el tratamiento y los daños permanentes son poco frecuentes [3]. Sin embargo, interrumpir un tratamiento eficaz debido a una flebotomía asintomática parece excesivo, otra razón para una educación exhaustiva del paciente.
Literatura:
- Yaghobi Joybari A, et al: Cambios en la huella dactilar inducidos por la capecitabina. J Clin Pharm Ther. 2019; 44(5): 780-787.
- Azadeh P, et al: Cambios en la huella dactilar de pacientes con cáncer tratados con paclitaxel. J Cancer Res Clin Oncol. 2017; 143(4): 693-701.
- van Doorn L, et al: La capecitabina y el riesgo de pérdida de la huella dactilar. JAMA Oncología. 2017; 3(1): 122-3.
- Heyn G: Terapia oncológica: prevención selectiva del daño cutáneo. Periódico farmacéutico. 2019. www.pharmazeutische-zeitung.de/hautschaeden-gezielt-vorbeugen.
- Información sobre medicamentos de Swissmedic: www.swissmedicinfo.ch (última consulta: 09.11.2021).
InFo ONcOLOGíA y HEMATOLOGíA