El simposio internacional bienal sobre síndromes mielodisplásicos (SMD) se celebró en Washington, EE.UU., a principios de mayo. Entre otras cosas, se trataron los factores de riesgo del SMD. Se han presentado varios estudios en los que se han investigado las correlaciones entre los factores genéticos y el desarrollo de la enfermedad. se habían estudiado las influencias ambientales y los SMD.
Un estudio nacional francés se interesó por la relación entre los SMD y otras enfermedades inflamatorias y autoinmunes (SAID) [1]. La población del estudio estaba formada por 123 pacientes que padecían un SAID definido (vasculitis, lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide) y SMD según criterios internacionales. Estos individuos fueron comparados en cuanto a características y progresión de la enfermedad con 665 pacientes que tenían SMD, pero ninguna otra afección inflamatoria o relacionada con la enfermedad. enfermedad autoinmune estaba presente.
Los pacientes con SMD y SAID eran de media más jóvenes y con mayor frecuencia hombres que los pacientes con SMD sin SAID. El SMD se diagnosticó al mismo tiempo que el SAID en el 31% (n=38) de los pacientes; el SAID se detectó antes que el SMD en el 37% (n=46) y más tarde que el SMD en el 32% (n=39). La única correlación significativa de SAID y SMD fue entre la vasculitis sistémica y la LMMC. Cuatro de cada seis pacientes con enfermedad de Behçet presentaban trisomía 8; esta correlación era mucho más rara en pacientes con otros SAID (cuatro de cada 79).
No hubo diferencias en la incidencia de progresión de la enfermedad a leucemia aguda ni en las tasas de supervivencia entre los dos grupos de pacientes estudiados.
Benceno y riesgo de SMD
Un análisis reciente de estudios de casos y controles en la industria petrolera sugirió que las exposiciones repetidas al benceno pueden aumentar el riesgo de SMD [2]. El benceno es un compuesto orgánico líquido y un componente de la gasolina; se ha demostrado el efecto cancerígeno del benceno. La posible asociación entre la exposición a niveles bajos de benceno y los SMD se investigó en un estudio del Reino Unido. Los participantes fueron unos 16.500 hombres que habían estado empleados durante un mínimo de doce meses en uno de los 476 centros de distribución de gasolina (gasolineras) entre 1946 y 1974. Afortunadamente, las tasas de enfermedad y muerte relacionadas con los SMD no fueron más elevadas en los hombres estudiados que en la población general. La duración del empleo, el periodo de empleo y el tipo de empleo (trabajador o supervisor) tampoco influyeron en la frecuencia del SMD. Los autores concluyen que la exposición repetida a dosis bajas de benceno no aumenta el riesgo de SMD.
Tasas de supervivencia con transfusiones frecuentes
El registro EUMDS recoge prospectivamente datos de pacientes con SMD de bajo riesgo de 17 países. La mayoría de estos pacientes no mueren por la progresión de la enfermedad a leucemia aguda, sino por complicaciones derivadas de la supresión de la médula ósea. El pronóstico de los pacientes con SMD que reciben transfusiones de concentrados de hematíes es peor que el de los pacientes con SMD que no reciben transfusiones. Los autores del estudio querían averiguar si la intensidad de las transfusiones de sangre podía ser un factor pronóstico independiente para la supervivencia de los pacientes con SMD [3]. Para ello, se examinó una población de estudio de algo menos de 1.000 pacientes que habían sobrevivido al primer año tras el diagnóstico de SMD y que tenían buenas posibilidades de un seguimiento posterior de un año. Entre otras cosas, se registró la intensidad de las transfusiones de sangre de estos pacientes.
Durante los cinco años de seguimiento, murieron 272 pacientes: 58 tras la progresión de la enfermedad y 214 sin progresión. En otros 34 pacientes, aún vivos, la enfermedad había progresado a leucemia aguda. En general, la tasa de supervivencia fue del 57%. Entre los 806 pacientes que habían recibido transfusiones de sangre, los recuentos bajos de plaquetas se asociaron a transfusiones de sangre más frecuentes en los seis meses siguientes, y las transfusiones más frecuentes se correlacionaron con un pronóstico menos favorable, así como con un descenso más rápido de los recuentos de plaquetas. El mejor pronóstico en términos de supervivencia así como de progresión de la enfermedad fue para aquellos pacientes sin transfusiones de sangre.
Fuente:13º Simposio Internacional sobre Síndromes Mielodisplásicos, Washington, EE.UU., 29 de abril-2 de mayo de 2015.
Literatura:
- Mekinian A, et al: Enfermedades inflamatorias y autoinmunes sistémicas (SAID) asociadas a los SMD: un estudio retrospectivo multicéntrico francés; presentación oral 35.
- Sorahan T: Incidencia del SMD en los trabajadores de la distribución petrolífera del Reino Unido; presentación oral 41.
- De Swart L, et al: Impacto pronóstico de la intensidad transfusional en la supervivencia y la trombocitopenia en pacientes con SMD de bajo riesgo recién diagnosticados que participan en el registro europeo de leucemianet SMD (EUMDS); presentación oral 51.
InFo ONCOLOGÍA Y HEMATOLOGÍA 2015; 3(6): 26-27