Los trastornos digestivos como el estreñimiento y la diarrea están a la cabeza de las enfermedades de la civilización. Si pueden descartarse enfermedades graves, como las enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, como causa de los síntomas, los preparados suaves pueden proporcionar una ayuda específica.
Las ilustraciones y los escritos médicos indican que la gente ya luchaba contra las disfunciones gastrointestinales en el antiguo Egipto y en la Edad Media. Mientras tanto, el estreñimiento y la diarrea se han convertido en enfermedades de la civilización, especialmente en los países industrializados occidentales. La ingesta insuficiente de fibra o las infecciones víricas son las principales responsables de la reducción o el aumento de la frecuencia de las deposiciones.
Ya nada funciona
Los expertos estiman que hasta el 60% de la población de nuestros grados ha sufrido estreñimiento alguna vez. Se caracteriza porque las heces permanecen demasiado tiempo en el intestino y/o la consistencia de las heces es demasiado alta, el volumen de las heces es demasiado bajo y hay problemas de asentamiento. La frecuencia del vaciado varía de una persona a otra y puede oscilar entre tres veces al día y cada dos o tres días. En general, sin embargo, el intestino debe vaciarse tres veces por semana. El estreñimiento puede aparecer de forma aguda, por ejemplo durante un viaje o por cambios hormonales, así como de forma crónica (Tab. 1). Una ingesta adecuada de fibra dietética y líquidos, así como el ejercicio regular, pueden prevenir dicha disfunción.
Los pacientes suelen tratar los síntomas por sí mismos con laxantes de venta libre. Sin embargo, existe el riesgo de que el intestino reaccione de forma contraproducente con el tiempo, provocando una carencia de potasio. Esto puede desencadenar un círculo francamente vicioso. Los laxantes vienen en diferentes preparados. Los efectos secundarios más frecuentes son los calambres intestinales y la diarrea.
Laxantes osmóticos: (polietilenglicol) al unir agua a la estructura molecular, aumenta la cantidad de heces y estimula el movimiento intestinal. Además, las heces se vuelven más fluidas y más fáciles de excretar. Debido a su eficacia y tolerabilidad bien documentadas, se administran principalmente macrogoles en pediatría. También están disponibles sin electrolitos añadidos.
Laxantes salinos: (sulfato de magnesio, sulfato de sodio) no deben utilizarse en caso de debilidad renal o cardíaca, hipertensión o edema.
Laxantes estimulantes: (bisacodilo, picosulfato sódico, senósidos) favorecen el paso de agua y sales al intestino, pero aumentan el riesgo de hipopotasemia.
Prucaloprida: aumenta el movimiento del colon, acelera el tránsito intestinal y favorece el vaciado intestinal. Se utiliza para el estreñimiento crónico cuando otros preparados no responden.
¿Cuándo es mucho demasiado?
Si la frecuencia de las deposiciones aumenta mucho, se eliminan al menos tres heces no formadas en 24 horas, éstas son blandas o finas y el peso de las heces aumenta, se habla de diarrea. Esto suele ir acompañado de calambres abdominales o flatulencias. Las infecciones víricas o bacterianas suelen ser las responsables. Pero el estrés, una intolerancia alimentaria o la ingesta de antibióticos también pueden provocar diarrea. Si pueden descartarse enfermedades graves como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, en primer lugar debe compensarse la pérdida de líquidos y electrolitos. Las soluciones de rehidratación oral pueden ser necesarias en casos de diarrea grave, especialmente en bebés, niños pequeños y ancianos.
Los fármacos antidiarreicos ofrecen una ayuda eficaz para controlar rápida y específicamente los síntomas y evitar una mayor pérdida de líquidos y electrolitos.
Inhibidor de la motilidad: (loperamida) amortigua el peristaltismo intestinal. El efecto se instala rápidamente. Sin embargo, existe el riesgo de estreñimiento y si la causa es infecciosa, los agentes patógenos se excretan con retraso. Los niños menores de dos años y las mujeres embarazadas no deben tomar el principio activo. También está contraindicado en la diarrea inducida por antibióticos.
Adsorbentes: (carbón activado) tiene una gran superficie y una alta capacidad de unión para los patógenos. Se recomienda precaución al tomar el fármaco al mismo tiempo que otros medicamentos, ya que su eficacia puede verse inhibida.
Inhibidor de la encefalinasa: (Racecadotril) bloquea la enzima encefalinasa y contrarresta así la liberación excesiva de líquidos y electrolitos.
Levadura medicinal: (S. boulardii) fija los gérmenes y favorece su eliminación del intestino. Además, se refuerza la regeneración del microbioma sin perjudicar la motilidad.
PRÁCTICA GP 2019; 14(8): 29