El melanoma metastásico es muy difícil de tratar, en parte porque las células del melanoma desarrollan rápidamente una resistencia a los nuevos agentes terapéuticos específicos. Nuevas opciones pretenden remediar esta situación y mejorar la supervivencia de los afectados.
El melanoma metastásico es un tumor maligno muy agresivo cuya terapia ha supuesto siempre un gran reto . Mientras tanto, tras décadas de intensa investigación, los científicos han desarrollado tratamientos que mejoran las posibilidades de supervivencia de estos pacientes. La investigación se centró en las vías de transducción de señales que favorecen la supervivencia de las células cancerosas, así como la quimiorresistencia, el crecimiento y la diafonía con el sistema inmunitario.
Las terapias más prometedoras desarrolladas en este ámbito incluyen el ipilimumab (anticuerpo monoclonal que actúa como antagonista de CTLA-4 para aumentar la actividad de las células T en el tumor) y los inhibidores selectivos de BRAF como el vemurafenib, que inhibe la proliferación de las células tumorales en pacientes con mutación activadora de BRAF.
Nanoterapéuticos: los portadores mejoran la eficacia y la seguridad
Así pues, aunque estos tratamientos son responsables de grandes avances en el campo del melanoma metastásico, no sólo aportan beneficios, sino también nuevos problemas. Además de los efectos secundarios, cabe mencionar aquí la resistencia con recaída posterior. Dado que las terapias mencionadas sólo actúan en un punto de todo el proceso tumoral, el tumor se vuelve resistente con relativa rapidez.Es precisamente esta laguna la que quieren colmar ahora las nanoterapias, que supuestamente transportan toxinas de forma selectiva al interior de las células tumorales y sólo las liberan allí. Un ejemplo es Abraxane® en la terapia del cáncer de mama: contiene paclitaxel unido a nanopartículas de albúmina de suero humano de 130 nm de tamaño aproximadamente. La presencia de albúmina favorece el transporte de paclitaxel a través de las células endoteliales, lo que puede aumentar la acumulación de paclitaxel en la zona tumoral y mejorar la seguridad. Actualmente, esta opción terapéutica también se está investigando en el melanoma maligno. Otros enfoques, por ejemplo en el área del receptor de melanocortina-1 (MC1R), tuvieron un éxito parcial en experimentos con animales. Las nanopartículas también tienen la ventaja de que pueden utilizarse potencialmente como herramientas de diagnóstico.
Fuente: Bombelli FB, et al: The scope of nanoparticle therapies for future metastatic melanoma treatment. Lancet Oncol 2014 Ene; 15(1): e22-32.