La Encuesta sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE) es
una de las mayores encuestas europeas realizadas a personas de 50 años o más. Veinte países participan en el estudio, entre ellos Suiza. Los investigadores de la Universidad de Lausana analizaron el conjunto de datos con respecto a la alfabetización sanitaria en el grupo de edad de 58-75+, entre otras cosas.
En las modernas sociedades de la información, la alfabetización sanitaria se considera una habilidad importante para mantener la salud y hacer frente a la enfermedad [1]. Según Santana et al. En 2021, la alfabetización sanitaria se entiende como “el grado en que las personas son capaces de encontrar, comprender y utilizar la información y los servicios para tomar decisiones y acciones relacionadas con la salud para sí mismas y para los demás” [2]. La alfabetización sanitaria influye en la forma en que las personas perciben sus problemas de salud, se comunican con los profesionales sanitarios y toman decisiones médicas [3]. En la alfabetización sanitaria pueden distinguirse cuatro etapas de procesamiento de la información: Encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información [6]. Además de los cuatro pasos del procesamiento de la información, pueden distinguirse las tres áreas siguientes de la alfabetización sanitaria: Gestión de enfermedades, prevención de enfermedades y promoción de la salud.
Los conocimientos sanitarios son muy importantes para las personas mayores
En materia de salud, la población se enfrenta a numerosos retos [6]. La transformación digital impregna no sólo la vida y la salud de cada individuo, sino todo el sistema sanitario. Esto requiere cada vez más que cada uno asuma un papel activo y la responsabilidad de su propia salud y la de los demás. Además, a muchos les preocupa que haya más autodeterminación y codeterminación en esta cuestión. Para poder realizar las tareas asociadas y tratar adecuadamente la información sanitaria, todo individuo necesita una alfabetización sanitaria suficiente.
En la tercera edad, las personas tienen más probabilidades de verse afectadas por enfermedades crónicas y restricciones sanitarias en general, por lo que la alfabetización sanitaria tiene una relevancia especial. El estudio internacional “Encuesta sobre Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa” (SHARE) es una encuesta longitudinal multidisciplinar de personas mayores de 50 años en Europa. Para evaluar la alfabetización sanitaria se utilizó la versión corta de la Encuesta Europea de Alfabetización Sanitaria (HLS-EU-Q16) [4,5]. Este cuestionario mide las dificultades de una persona, evaluadas subjetivamente, para hacer frente a las tareas y requisitos de información relacionados con la salud, en los ámbitos de la atención sanitaria, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud [6] (Fig. 1).

Encuesta oleada SHARE 2019/2020 Suiza
Para analizar la alfabetización sanitaria y su asociación con determinadas características personales de los adultos mayores en Suiza, se utilizaron los datos de 1625 participantes en la oleada de la encuesta SHARE 2019/2020. Se formaron tres grupos de edad (58-64 años, 65-74 años, 75+ años). La proporción de mujeres en la muestra era del 50%, la edad media era de 73,4 años (DE: 8,5) y la mayoría de los encuestados tenían entre 58 y 64 años. Casi tres cuartas partes de los encuestados tenían pareja y el 63% habían cursado estudios secundarios. El 70% de los participantes en el estudio residían en la Suiza germanófona y el 59% en una zona rural. La mayoría de los encuestados gozaban de buena salud según su autoinforme, y sólo el 16% declaró tener una salud “mala” o sólo “bastante” buena.
Los resultados de la encuesta de un vistazo
La figura 1 muestra la proporción ponderada de respuestas para cada ítem encuestado en la HLS-EU-Q16, agrupadas por sector sanitario [4].
Asistencia sanitaria: En general, menos del 35% de los encuestados calificaron uno de los siete puntos de atención sanitaria como muy o bastante difícil. Sólo el 2,3% (0,6% = “muy difícil”, 1,7% = “bastante difícil”) declaró tener dificultades para entender las instrucciones de los médicos o farmacéuticos sobre cómo tomar un medicamento recetado, el 3,4% declaró tener dificultades para seguir las instrucciones de los médicos o farmacéuticos, el 6,6% para entender lo que dicen los médicos, el 8,4%, averiguar dónde obtener ayuda profesional cuando se está enfermo, 9,6%, encontrar información sobre tratamientos para enfermedades que afectan a la persona, 13,9%, utilizar la información del médico para tomar decisiones, y 34,3%, juzgar cuándo es necesario obtener una segunda opinión de otro médico.
Prevención de enfermedades: Menos del 46% de los encuestados declararon tener dificultades con alguno de los cinco puntos sobre prevención de enfermedades. La proporción de quienes consideraron “muy difícil” o “bastante difícil” comprender las advertencias sanitarias sobre comportamientos como el tabaquismo, la inactividad física y el consumo excesivo de alcohol fue del 2,7%. La dificultad para comprender la necesidad del cribado fue señalada por el 6,2%. Con un porcentaje del 24,5%, un número comparativamente elevado de participantes en el estudio manifestó tener dificultades para encontrar información sobre cómo afrontar problemas de salud mental como el estrés o la depresión. Al 37,9% le resulta difícil deducir cómo protegerse de las enfermedades a partir de la información que aparece en los medios de comunicación y el 45,6% afirma que le resulta difícil juzgar si la información sobre los riesgos para la salud que aparece en los medios de comunicación es fiable.
Promoción de la salud: A menos del 25% le resultó “muy difícil” o “bastante difícil” tratar diferentes tipos de temas/aspectos relacionados con la promoción de la salud. Una minoría del 10,4% de los encuestados tuvo dificultades para evaluar qué comportamientos cotidianos estaban relacionados con su propia salud, el 12,1% tuvo dificultades para comprender los consejos sobre salud de familiares o amigos, el 12,4% tuvo dificultades para conocer actividades beneficiosas para el bienestar mental y el 24,4% tuvo dificultades para comprender la información sobre estilos de vida saludables en los medios de comunicación.

Conclusiones y perspectivas
Los análisis multivariables mostraron que una menor alfabetización sanitaria se correlacionaba con las siguientes características: sexo masculino, bajo nivel educativo, dificultades para ganarse la vida, mala autoevaluación de la salud. A la mayoría de los adultos mayores de Suiza les resultó fácil navegar por el sistema sanitario y utilizar la información adecuada relacionada con la salud. Los aspectos relacionados con la salud en los que los encuestados vieron más dificultades fueron: hacer frente a los problemas de salud mental, obtener una segunda opinión de otro médico, protegerse de la enfermedad basándose en la información de los medios de comunicación, evaluar la fiabilidad de la información sobre los riesgos para la salud en los medios de comunicación y comprender la información sobre cómo influir positivamente en el propio estado de salud.
La “brecha de género” podría deberse al papel tradicional de la mujer como cuidadora, que sigue vigente hoy en día y contribuye a que las mujeres adquieran más conocimientos y habilidades relacionados con la salud [7]. La correlación positiva entre el nivel educativo y la alfabetización sanitaria no es sorprendente en la medida en que la educación fomenta las aptitudes medidas en la escala de alfabetización sanitaria [8]. Para los adultos mayores, mantener y desarrollar un nivel adecuado de alfabetización sanitaria depende principalmente de si participan o no en actividades de aprendizaje permanente como la educación formal, la práctica de la lectura, el uso de Internet y las actividades sociales o de voluntariado [4].
Investigaciones anteriores han demostrado que proporcionar información sanitaria no suele ser suficiente para mejorar la alfabetización sanitaria [4]. Dependiendo de la situación, se necesita ayuda sobre cómo reducir las situaciones estresantes y reforzar los factores de protección. Los campos de acción para la promoción de la alfabetización sanitaria de las personas en situaciones vitales difíciles incluyen no sólo el apoyo rápido en situaciones de emergencia, sino también dar orientación y perspectivas, apoyo en el trato con las autoridades, ayuda para establecer/mantener relaciones de apoyo, así como la promoción de la alfabetización mediática [9].
Literatura:
- Jordan S, Hoebel: Alfabetización sanitaria de los adultos en Alemania. Bundesgesundheitsbl 2015; 58: 942-950.
- Santana S, et al: Actualización de la alfabetización sanitaria para Healthy People 2030: Definición de su importancia para una nueva década en la salud pública. J Public Health Manag Pract 2021; 27 Suppl 6: S258-264.
- Ladin K, et al: ¿Atención al final de la vida? No voy a preocuparme por eso todavía. Lagunas en la alfabetización sanitaria y planificación del final de la vida entre los pacientes ancianos en diálisis. Gerontólogo 2018; 58(2): 290-299.
- Meier, et al.: Alfabetización sanitaria entre los adultos mayores en Suiza: pruebas transversales de un estudio observacional basado en la población y representativo a nivel nacional. Swiss Med Wkly 2022; 152: w30158.
- Sørensen K, et al.: Medición de la alfabetización sanitaria en poblaciones: Iluminando el proceso de diseño y desarrollo del Cuestionario Europeo de Alfabetización Sanitaria (HLS-EU-Q) BMC Public Health 2013; 13: 948.
- De Gani SM, et al: Encuesta sobre alfabetización sanitaria en Suiza 2019-2021, Informe final, 14.09.2021.
- Colombo F, et al: Help Wanted?: Providing and Paying for Long-Term care [Internet]. OCDE; 2011,
www.oecd-ilibrary.org/social-issues-migration-health/help-wanted_9789264097759-en,(última consulta: 15.01.2023) - Sørensen K, Van den Broucke S, Fullam J, Doyle G, Pelikan J, et al; (HLS-EU) Consortium Health Literacy Project European. Alfabetización sanitaria y salud pública: revisión sistemática e integración de definiciones y modelos. BMC Salud Pública 2012; 12(1): 80.
- Wieber F, et al: Gesundheitskompetenz in herausfordernden Kontexten. Informe final, ZHAW, 02/2022.
PRÁCTICA GP 2023; 18(1): 36-37
InFo NEUROLOGíA Y PSIQUIATRÍA 2023; 21(1): 38-39.