La demencia vascular fue el tema de una presentación en la Cumbre de Prevención del Hospital Universitario de Zúrich. El PD Dr. med. Urs Schwarz, del Hospital Universitario de Zúrich, ofreció una visión general de esta afección compleja y poco homogénea. También se habló de una posible conexión entre la demencia y la presión arterial. Los estudios aún no han llegado a una conclusión concluyente en este sentido, pero parece muy poco probable en este momento que bajar la tensión arterial pueda prevenir la demencia.
(ag) PD El Dr. med. Urs Schwarz, del Hospital Universitario de Zúrich, habló sobre el tema de la hipertensión y la demencia en la Cumbre de la Prevención. “La anamnesis es el todo y el fin”, dijo. “Un inicio repentino es típico. La demencia vascular suele diagnosticarse tras un ictus. Lo que hay que recordar aquí es que el ictus en sí no conduce a la demencia vascular, normalmente sólo se hace evidente entonces”. En vista de la compleja etiología, la “demencia vascular” no es más que un término genérico y no un cuadro clínico uniformemente descriptible. El Dr. Schwarz calificó la demencia vascular de “afección no homogénea que no comprendemos realmente desde el punto de vista fisiopatológico y neuropatológico”. “La prevalencia no está clara, el espectro es amplio”.
Básicamente, los trastornos cognitivos vasculares pueden dividirse en diferentes categorías:
- DCV (“deterioro cognitivo vascular”): Equivale al término CI-ND (“deterioro cognitivo sin demencia”) y DCL vascular (“deterioro cognitivo leve vascular”).
- VaD (“demencia vascular”): La demencia se define como un déficit en la función ejecutiva que conduce a la pérdida de las habilidades funcionales de la vida diaria (“actividades de la vida diaria”, AVD).
- Demencia de Alzheimer (EA) mixta y enfermedad cardiovascular: La EA preexistente empeora debido a un ictus.
La progresión de la demencia vascular es gradual y de velocidad variable (incluso se detiene), a diferencia de la EA. No obstante, los síntomas son similares a los de otras formas de demencia. La disminución de la memoria, la velocidad de pensamiento, la concentración y la comunicación (ralentización y mirada apagada) puede ir acompañada de depresión y ansiedad, pero también de estados delirantes. Además, el comportamiento puede cambiar, puede producirse incontinencia y observarse cierta inquietud. En el caso de una alteración adicional de la marcha, se habla del típico parkinsonismo “de la parte inferior del cuerpo”. La tabla 1 compara las características de la demencia vascular con las de la EA.
¿La epidemiología no es definible en absoluto?
La epidemiología de la demencia vascular es controvertida debido a las grandes dificultades para su diagnóstico. La incidencia varía mucho según el país y el sistema sanitario (a diferencia de la incidencia de la EA). Según los datos clínicos, la prevalencia es de alrededor del 0,3% (AD 0,6%) en personas de 65-69 años y del 5,2% (AD 22,2%) en mayores de 90 años. La demencia vascular representa alrededor del 15,8% de todas las demencias, la EA el 53,7%. “Las cifras reales de prevalencia son casi con toda seguridad mucho más elevadas, probablemente no tanto como las de la EA, pero tenga en cuenta que los datos de prevalencia de la demencia vascular varían según el documento hasta en un 70% (en los países asiáticos)”, advirtió el ponente.
Hipertensión y demencia
¿Cómo se relaciona la hipertensión con la demencia en general, o qué ocurre en el cerebro cuando a los pacientes hipertensos se les reduce la tensión arterial? Tanto la materia gris como la blanca se discuten como factores potencialmente influenciables. El cambio en las dos sustancias se asocia a su vez con el deterioro de las funciones cognitivas [1], pero esto también es muy controvertido, al menos en el caso de las “lesiones de la sustancia blanca”. Según el ponente, muchas personas mayores presentan este tipo de lesiones (que también dependen en parte de la tensión arterial), pero esto no es en absoluto un indicio seguro, ni siquiera suficiente, de demencia vascular. Existe una asociación, pero no causalidad.
La situación del estudio no está clara
En un estudio [2] de 2012, se asumió que la reducción del volumen de materia gris en el cerebro podría estar asociada a la hipertensión. ¿Puede así influir en el proceso una nueva terapia antihipertensiva? Se estudió a 41 pacientes (sin demencia pero con hipertensión) a lo largo de un año de tratamiento. Los resultados fueron decepcionantes: a pesar del éxito en la reducción de la presión arterial, la reducción de volumen continuó. Una revisión recientemente publicada de 155 artículos que examinaban los posibles beneficios y perjuicios del tratamiento antihipertensivo en pacientes (ya) dementes llegó a la aleccionadora conclusión de que no existen pruebas sólidas en ninguno de los dos ámbitos [3]. No se pudieron demostrar ventajas ni desventajas claras del tratamiento antihipertensivo en pacientes con demencia.
“Una revisión de la literatura lleva a una conclusión negativa. Los estudios longitudinales que examinaron el beneficio del tratamiento antihipertensivo sobre los parámetros cognitivos no son uniformes: tres tienden a mostrar resultados positivos (SYST-EUR, PROGRESS, HOPE), cuatro tienden a mostrar resultados negativos (MRC, SHEP, SCOPE, HYVET-COG). En conclusión, el papel de la terapia antihipertensiva para detener o incluso prevenir el deterioro cognitivo parece ser más bien insignificante o, al menos, no puede evaluarse de forma concluyente hasta el momento. Con el estado actual de los conocimientos, podemos decir: por supuesto, hay que tratar la hipertensión, pero esto no protege contra la demencia”, afirma el experto.
¿Qué dicen las directrices?
Las directrices de la ESH/ESC para el tratamiento de la hipertensión de 2013 afirman que se conoce una conexión entre las lesiones de la sustancia blanca y un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia, pero hay poca información de que el tratamiento antihipertensivo pueda influir en este desarrollo.
Fuente: “Hipertensión y demencia”, conferencia en la Cumbre de la Prevención, 11 de septiembre de 2014, Zúrich.
Literatura:
- Longstreth WT, et al: Correlatos clínicos de los hallazgos de sustancia blanca en la resonancia magnética craneal de 3301 ancianos. El Estudio de Salud Cardiovascular. Ictus 1996 Ago; 27(8): 1274-1282.
- Jennings JR, et al: La materia gris regional se encoge en los hipertensos a pesar de la reducción satisfactoria de la presión arterial. J Hum Hypertens 2012 mayo; 26(5): 295-305.
- Van der Wardt V, et al: Tratamiento antihipertensivo en personas con demencia. J Am Med Dir Assoc 2014 Sep; 15(9): 620-629.
PRÁCTICA GP 2014; 9(10): 35-36