En su presentación en el Congreso de la KHM en Lucerna, el Dr. med. Jürg B. Zühlke, antiguo médico jefe del Servicio de Psiquiatría de Emmental, se refirió a los numerosos signos y riesgos estadísticos que deben tenerse en cuenta al evaluar a una persona suicida para poder realizar un diagnóstico claro. Además, presentó posibilidades de terapia farmacológica y de interacción social con el propio paciente y con los familiares.
La definición lingüística de suicidio es, en principio, sencilla: “Se entiende por suicidio todo comportamiento que busca y encuentra la solución a un problema existencial en un atentado contra la vida del sujeto” (Bächler 1975). Sin embargo, la evaluación del riesgo de un paciente suicida puede resultar difícil para el médico general en casos individuales. “Y sin embargo, si hay ciertos signos, hay que tener en cuenta que existe ese peligro”, subraya el Dr. med. Jürg B. Zühlke, antiguo médico jefe del Servicio de Psiquiatría de Emmental. Las cifras del recuadro lo confirman claramente.
Si además del abatimiento mental se dan las siguientes indicaciones clínicas, estadísticamente se requiere precaución:
- El paciente es varón, tiene más de 45 años y carece de red social (separado, divorciado, viudo).
- Ya ha habido intentos de suicidio/suicidios en su familia o informa de muertes recientes, deudas, desempleo.
- Aparece una enfermedad física. En particular, el dolor crónico, el sufrimiento terminal y el insomnio persistente aumentan el riesgo de suicidio.
Los síntomas psicopatológicos incluyen un control alterado de los impulsos (por ejemplo, agresividad, velocidad excesiva al conducir), un sentido desviado de la realidad, abuso de drogas o alcohol, depresión y trastornos de la personalidad.
Tratamiento de la suicidalidad
En primer lugar, hay que distinguir entre suicidalidad crónica constante y aguda. La gran mayoría de los suicidios se producen en el calor del momento. Como medida terapéutica, esta forma requiere sobre todo una cosa: el deseo agudo de suicidarse debe posponerse. De este modo, se pueden tratar las constelaciones psicológicas subyacentes, redefinir los problemas que conducen al suicidio y crear redes sociales protectoras. La farmacoterapia con tranquilizantes o neurolépticos reduce la impulsividad y conduce de forma óptima a un alivio subjetivo del estrés. La protección contra el suicidio de los preparados de litio se ha demostrado empíricamente. En caso de insomnio, el sueño debe regularse con medicación. Los antidepresivos conllevan el riesgo de disociación entre el estado de ánimo y la conducción. En general, cuando se administran medicamentos, es importante recordar que podrían ser acaparados y mal utilizados con fines suicidas.
Si se percibe un deseo de compromiso, el médico de cabecera debe intentar satisfacerlo en la medida de lo posible. Esto significa que debe estar abierto y dispuesto a aventurarse en sus propias áreas tabú (como el suicidio personal). Además, es imprescindible que se comprometa con la realidad subjetiva del paciente, muestre comprensión, simpatía y seriedad. “El mero hecho de que el paciente nos confíe sus deseos de morir sugiere la necesidad de comunicarse y de dejarse llevar”, afirma el Dr. Zühlke. “Y, sin embargo, nadie puede evitar que un paciente se suicide a largo plazo. El médico tiene que aceptar el hecho de que no puede preservar la vida a cualquier precio”.
El entorno afectado
Si se produce un suicidio a pesar de todos los esfuerzos: ¿Cómo se debe tratar a las familias en duelo? Estadísticamente, un acto así deja tras de sí de cinco a seis familiares directos, que a su vez corren un mayor riesgo de suicidio como consecuencia de ello. Dado que el cuidado de los afectados suele tener lugar en la atención primaria, el médico debe estar bien informado sobre los posibles servicios de apoyo psiquiátrico. No todos los afligidos consiguen exculparse con intentos racionales de explicación. A algunos les atormentan los remordimientos o la culpa, otros vuelcan su impotencia y su rabia hacia el exterior (exteriorización). En cualquier caso, deben desarrollarse estrategias de afrontamiento para emociones tan abrumadoras. Por ello, el Dr. Zühlke considera sensato mantener una conversación abierta con toda la familia siete días después del fallecimiento del familiar.
Frecuencia de suicidios en Suiza
- En el 1-2% de todas las muertes se da el suicidio como causa.
- En 2000 se suicidaron 1378 personas (979 hombres, 399 mujeres):
– Tasa de suicidios: 19,1/100000 habitantes
– aproximadamente 4 muertes diarias relacionadas con el suicidio - El suicidio es la causa de muerte más frecuente entre los varones de 15 a 44 años.
Fuente: “El suicidio, un tema tabú”, taller de la 15ª Conferencia de Formación Continuada del Colegio de Médicos Generales (KHM), 20-21 de junio de 2013, Lucerna.