El riesgo de que los pacientes con fibrilación auricular desarrollen demencia es mayor. La anticoagulación oral precoz puede ser beneficiosa, según los resultados de un estudio reciente.
El riesgo de desarrollar fibrilación auricular a lo largo de la vida es del 25%. Los estudios han demostrado que la enfermedad está asociada a un mayor riesgo de deterioro cognitivo prematuro y demencia. Otro factor de riesgo de demencia es el ictus. Los anticoagulantes orales (ACO) permiten obtener buenos resultados: el riesgo puede reducirse en un 60%, como explicó el Prof. Dr. med. Mischa Kühne, de Basilea. La cuestión era si el OAK también podía influir en el riesgo de demencia. Si los ACO protegen contra las grandes embolias que causan accidentes cerebrovasculares, también podrían proteger contra las pequeñas embolias. Estos causan microinfartos,
que en última instancia conducen a daños cognitivos.
Para ello, se incluyeron 2415 pacientes en un estudio de cohortes prospectivo y multicéntrico realizado en Suiza entre abril de 2014 y agosto de 2017. Se recoge información exhaustiva sobre el patrón de la enfermedad y su tratamiento. Durante un periodo de cuatro años, se comprueba anualmente la función cardiaca mediante un ECG y se realizan pruebas de las funciones cognitivas. El objetivo principal de la cohorte Swiss-AF es la generación de una base de datos única a escala suiza para futuras investigaciones y el registro de las consecuencias clínicas de la fibrilación auricular en el curso a largo plazo.
La asociación entre fibrilación auricular y demencia ya se ha demostrado en un estudio de registro retrospectivo sueco. Los pacientes con tratamiento de OAK al inicio del estudio se asociaron con un 29% menos de riesgo de demencia que los pacientes sin OAK (HR 0,71; 95% Cl 0,68-0,74) y tuvieron un 48% menos de riesgo en tratamiento (HR 0,52; 95% CI 0,50-055).
Los resultados pueden indicar que el inicio precoz del tratamiento anticoagulante oral puede ser beneficioso para preservar la función cognitiva. “Sin embargo, aún no está claro cómo será concretamente la gestión en el futuro”, concluyó Kühne.
Fuente: Zurich Review Course in Clinical Cardiology
CARDIOVASC 2019; 18(3): 38