A la esclerosis múltiple también se la llama la enfermedad de las mil caras, porque no hay dos cursos iguales. Es necesaria una intervención precoz para preservar el tejido cerebral y de la médula espinal. Esto se debe a que, incluso en las primeras fases, el bienestar mental, la calidad de vida y la capacidad de trabajo, entre otras cosas, pueden verse significativamente perjudicados. El objetivo es una medicina personalizada que se centre en las preocupaciones individuales.
Hipócrates ya sabía que es mucho más importante qué paciente tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene el paciente. Sin embargo, durante años se aplicó el principio de “talla única” y la esclerosis múltiple (EM) se consideró un objetivo, como señaló el Prof. Dr med. Tjalf Ziemssen, de Dresde (D). El fundamento de la medicina basada en la evidencia tampoco deja mucho margen a las decisiones individuales. Esto se debe a que un enfoque estadístico necesita grandes números para lograr resultados representativos. Sin embargo, la EM es una enfermedad individualmente muy variable con cursos diferentes. Por lo tanto, la terapia debe adaptarse realmente a esta variabilidad, es decir, personalizarse, afirma el experto. Sin embargo, la enfermedad es difícil de controlar y predecir. Esto hace que en la práctica diaria sea aún más importante tener en cuenta las características de cada paciente y fenotiparlos mediante mediciones (Fig. 1).
Fenotipos en el punto de mira
El fenotipado de la EM de Lublin ha dado un primer paso en la dirección correcta al diferenciar la enfermedad en pacientes activos y no activos. Sin embargo, frente a las numerosas opciones terapéuticas disponibles hoy en día, esto ya no es suficiente. Se necesita un sistema mucho más sensible para detectar los marcadores subclínicos además de los signos clínicos evidentes, como la progresión de la discapacidad y las recaídas, entre otros. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, la patología de la resonancia magnética, la atrofia cerebral o los niveles de neurofilamentos. “Tenemos que intentar recopilar datos en la realidad clínica”, afirmó Ziemssen.
Mantenimiento de la reserva neurológica
La máxima prioridad es mantener la “salud cerebral” (Fig. 2). Cualquier retraso en el diagnóstico y la terapia óptima aumenta el riesgo de pérdida innecesaria de las funciones físicas y cognitivas de cada paciente. En general, existen tres recomendaciones principales para mantener la reserva neurológica o la salud cerebral:
- Deben evitarse los retrasos en el diagnóstico y en el inicio u optimización de la terapia,
- La actividad de la enfermedad debe controlarse de forma detallada y minuciosa con el fin de aplicar el denominado concepto de terapia “de tratamiento a objetivo”,
- Se generarán pruebas científicas sólidas a partir de datos del mundo real que podrán utilizarse para optimizar el tratamiento de cada paciente con EM.
En estas condiciones, es posible personalizar la terapia de la EM, está seguro el experto. En este contexto, la recopilación de grandes cantidades de datos para permitir un tratamiento individualizado no es un contrasentido. Ésta es la única forma de observar cómo reaccionan los distintos pacientes a las diferentes terapias y, a continuación, generar el tratamiento adecuado con la ayuda de métodos estadísticos. “Estoy seguro de que la terapia personalizada es lo que podremos ofrecer de serie a nuestros pacientes dentro de unos años”, concluyó Ziemssen.
Fuente: Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2020
Literatura:
- Giovannoni G, et al: Salud cerebral. No hay tiempo que perder en la esclerosis múltiple. www.msbrainhealth.org
InFo NEUROLOGY & PSYCHIATRY 2020; 18(5): 18 (publicado el 1.9.20, antes de impresión).