Desde hace unas semanas, nuestros pacientes vuelven a toser y sonarse la nariz en la sala de espera. Las infecciones víricas están “de moda”. Los pacientes típicos de la gripe están por todas partes. “Desde hace tres o cuatro días tengo dolor en las extremidades y dolor de cabeza y padezco una tos insoportable. Hoy ya me siento un poco mejor”, informa la paciente. Puedo confirmar fácilmente el diagnóstico de una infección similar a la gripe. Así que debe seguir tomando sus remedios caseros y le doy el alta de mi tratamiento con el consejo de que vuelva a ponerse en contacto conmigo si persisten las molestias o si el estado empeora. Desde hace unas semanas, nuestros pacientes vuelven a toser y a sonarse la nariz en la sala de espera. Las infecciones víricas están “de moda”. Los pacientes típicos de la gripe están por todas partes. “Desde hace tres o cuatro días tengo dolor en las extremidades y dolor de cabeza y padezco una tos insoportable. Hoy ya me siento un poco mejor”, informa la paciente. Puedo confirmar fácilmente el diagnóstico de una infección similar a la gripe. Así que debe seguir tomando sus remedios caseros y le doy el alta de mi tratamiento con el consejo de que vuelva a ponerse en contacto conmigo si persisten las molestias o si el estado empeora.
Al final de la consulta, el paciente solicita un certificado de incapacidad laboral, ya que lleva ausente del trabajo desde el viernes por enfermedad. Dice que seguramente tampoco podrá trabajar esta semana. Así que hoy, lunes, quiere un boletín de notas mío para el final de la semana. Sin embargo, si el miércoles vuelve a estar apto para el trabajo, no necesita un certificado, porque por regla general el empresario sólo lo exige después de tres días laborables. Entonces, ¿debo dar al paciente un certificado hasta el final de la semana, sabiendo que probablemente volverá a ser apto para el trabajo al cabo de dos días y que se ausentará del trabajo durante dos o tres días sin estar enfermo? Si no le doy el certificado que quiere, llamará el viernes o vendrá de urgencia al horario de oficina para pedirme de nuevo un certificado. Me explicará que seguía muy enfermo y que por eso no podía trabajar.
Tengo dos opciones: O le creo y se lo expido, o no le creo y me niego a darle el certificado. Probablemente lo apague.
¿Y si sólo hubiera aparecido al cabo de cinco días y yo ya no hubiera podido detectar los síntomas virales? Emitiría el certificado con la nota “según las especificaciones del paciente”. Muchos pacientes sólo acuden a nosotros para que les confirmemos su incapacidad laboral. Por regla general, no requieren ni diagnóstico ni terapia. Sólo quieren que les confirmemos que no están mintiendo a su empleador. Muy a menudo damos un certificado que carece de valor, porque nunca hemos visto al paciente enfermo. Por diez francos tenemos que certificar la enfermedad “según la información del paciente”, como si los médicos de cabecera fuéramos detectores de mentiras.
¿Siempre tiene buenos sentimientos al respecto? ¡Yo no!
Cordialmente, suyo