Cuanto mayores son mis pacientes, más a menudo les prescribo varios medicamentos. Las interacciones me las recuerda el programa almacenado en el PC para cada prescripción. Normalmente soporto una o dos interacciones y efectos secundarios. Por eso también estoy planeando uno o dos controles de seguimiento. Por lo tanto, las interacciones y los efectos secundarios son más o menos previsibles. Imprimo una tarjeta de dosis actualizada para los pacientes y espero que la lleven siempre consigo.
Muchos de mis pacientes ancianos son atendidos por Spitex. Su personal suele rellenar los medicamentos para toda una semana en las cajas de medicamentos claramente dispuestas. De este modo, se puede aumentar el cumplimiento de forma sostenible. La medicación suele dispensarse a partir de una lista elaborada por Spitex, que me envían por fax para que la vise. Comparo la lista de medicación de Spitex con la lista actual almacenada en el PC y no la visualizo. Sí, no visualizo la lista, sino que imprimo de nuevo una lista de dosis actualizada, que vuelvo a enviar por fax visualizada, lo que en ocasiones provoca irritación. Mi intento de asegurarme de que mi paciente sólo sea tratado según mi tarjeta de dosis fracasa, por desgracia, con relativa frecuencia y hay al menos dos listas en circulación. Por tanto, existe el riesgo de que las dos listas no coincidan. Por lo tanto, cada cambio en la terapia debe inscribirse en dos listas. Esto significa que hay que dar al paciente una copia impresa de la tabla de dosificación actualizada e informar al Spitex para que pueda ajustar su formulario. Según la organización o el miembro del personal, recibo este formulario por fax para su comprobación y visado. ¿De acuerdo?
Ahora, cuando mi paciente es dada de alta a casa tras una hospitalización o una estancia de rehabilitación, se lleva consigo un informe preliminar de alta y una receta. El informe, que en realidad sería para mí, se perfora ordenadamente y se archiva en la documentación de Spitex y la medicación se introduce en una nueva tarjeta de dosificación, que luego se suele enviar por fax a mi consulta para el visado. Posteriormente, mi AMP intenta organizar un informe de salida. No es infrecuente que la medicación antes y después de la hospitalización sea idéntica. Sin embargo, uno u otro medicamento genérico fue sustituido por un original en la receta del asistente. De todos los medicamentos que figuran en el informe de alta, se prescribe un OP. La receta suele surtirse sin demora, a pesar de que ya hay grandes envases de la mayoría de los medicamentos de larga duración en la mesa de la cocina del paciente. Si el paciente es atendido por Spitex, la ensalada de medicamentos suele poder solucionarse a tiempo. Si la paciente se procura ella misma sus medicamentos, puede ocurrir -como sucedió hace unas semanas- que se tome tres medicamentos, tanto originales como genéricos.
“¡Muchos cocineros y recetas estropean el caldo!” o “¡La seguridad formalizada puede ser peligrosa!”.
PRÁCTICA GP 2014; 9(4): 2