Los síntomas clásicos de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) van desde un dolor abdominal leve hasta síntomas de cólicos y diarrea persistente. Las fases con baja actividad de la enfermedad pueden ir seguidas de episodios graves. En cuanto a la etiopatogenia, se supone que existe una estructura multifactorial en la que interviene una combinación de factores endógenos y exógenos en la desregulación del sistema inmunitario, que se manifiesta en una inflamación crónica en el intestino.