La iniciativa de crear un fondo único de seguro de enfermedad es rechazada por muchos médicos, pero actualmente cuenta con no poca aprobación entre la población. A este último le molesta la publicidad de las compañías de seguros de enfermedad y los supuestos altos ingresos de los gestores de estos seguros, argumentos que atraen a primera vista.
Sin embargo, esto no resuelve en absoluto el problema de las primas elevadas y crecientes, ya que 95 céntimos de cada franco de prima se destinan a diagnósticos y terapias. Sólo el 5 % de las primas cuesta a los asalariados y a la administración de las cajas del seguro de enfermedad – esto sigue siendo así incluso en una caja del seguro de enfermedad única.
Como explicó Urs Stoffel, presidente de la Asociación Médica de Zúrich, el aumento de las primas se debe, entre otras muchas razones, a la demografía -todos envejecemos y enfermamos más en la vejez-, a la pluripatología y a los avances médicos, como procedimientos de diagnóstico más precisos, equipos y medicamentos más novedosos. Todos desarrollos que ni los pacientes ni sus familiares querrían perderse. Después de todo, la sabiduría convencional es que pagamos primas de por vida y tenemos derecho al mejor tratamiento posible en caso de enfermedad.
Por invitación de los “Puure-Huus”, un grupo de médicos comprometidos con la política profesional(www.puure-huus.ch), la consejera nacional Jacqueline Fehr, defensora convencida de un sistema unificado de seguro de enfermedad, y Walter Grete, ex presidente del Colegio de Médicos de Zúrich, opositor, cruzaron espadas el 22 de octubre ante un auditorio repleto en la sala del Doktorhaus de Wallisellen, de forma muy civilizada y sin heridos, bajo el interrogatorio crítico y provocador del economista sanitario Willy Oggier. El público se mostró claramente contrario a un fondo único de seguro de enfermedad. Cuesta más en lugar de menos, corre el riesgo de dañar el mejor de los sistemas sanitarios, corre el riesgo de dar aún más influencia a los burócratas. Y que los servicios de las cajas de enfermedad y una gestión financiera eficaz están en peligro porque la competencia ya no funciona.
El hecho de que la Sra. Fehr, en la boca del lobo, por así decirlo, haya defendido su posición combativamente, con ingenio, encanto y el mejor conocimiento del expediente, es mérito suyo.
La profesión médica y las cajas del seguro de enfermedad -según una de las conclusiones- aún tienen mucho que convencer para que la espada de Damocles de la caja única del seguro de enfermedad no caiga sobre una población insuficientemente informada.
Cordialmente, suyo