En términos deportivos, el envejecimiento puede describirse como la suma de todos los cambios biológicos, psicológicos y sociales que conducen a una disminución gradual de la capacidad psicofísica del individuo para adaptarse y rendir tras alcanzar la edad adulta y superar la edad de máximo rendimiento.
Los procesos de envejecimiento en el sistema musculoesquelético, pero también en los órganos internos como el corazón, los pulmones, el sistema circulatorio y el cerebro comienzan ya a partir de los 30 años, por lo que no son sólo un problema de la generación de más edad. A medida que la mortalidad se desplaza hacia arriba, es decir, a medida que las personas alcanzan una edad más avanzada, mantener la movilidad, la forma física y la frescura mental es por tanto importante. Sobre todo porque se sabe que el “pico de masa ósea”, es decir, el máximo de masa muscular y ósea, se alcanza cuando una persona llega a los 30 años, es decir, a la edad de máximo rendimiento atlético.
Mantener este tamaño máximo y conservarlo el mayor tiempo posible hasta la vejez es un componente cada vez más importante de la planificación de la vida, tanto más cuanto que los descubrimientos actuales han demostrado que incluso a una edad avanzada es posible mantener e incluso aumentar la masa muscular mediante un entrenamiento regular adecuado, y que las personas mayores reaccionan a los estímulos físicos del mismo modo que los jóvenes sanos (estímulos cuantitativos).
Es cierto que el margen de adaptación de las personas mayores disminuye y que el límite de esfuerzo se reduce claramente en la vejez. No obstante, nunca es demasiado tarde para iniciar una formación específica. No sólo la masa muscular, sino también, según estudios recientes, la aptitud mental y las funciones cerebrales pueden mejorarse y mantenerse durante años con un entrenamiento adecuado, sobre todo de actividad física.
Los dos artículos siguientes pretenden apoyar estas tesis y demostrarlas basándose en los estudios correspondientes y en hallazgos más recientes. Se necesitan más estudios para investigar y probar el mantenimiento de la forma física y la salud en la vejez y para apoyar los esfuerzos adecuados.
Dra. Gerda Hajnos-Baumgartner
PRÁCTICA GP 2013; 8 (10): 12