La neurooncología está especializada en el diagnóstico y tratamiento de los cánceres del sistema nervioso central. Se centra en tumores cerebrales primarios como gliomas o meningiomas, pero también en metástasis en el sistema nervioso central o periférico. La investigación científica trabaja incansablemente en los campos de la inmunología tumoral y la inmunoterapia.
El glioblastoma multiforme (GBM) es el tumor más frecuente del sistema nervioso central con un mal pronóstico. La cuproptosis es una nueva vía de muerte celular programada que se dirige a las proteínas lipoiladas del ciclo del ácido tricarboxílico. Estudios anteriores han demostrado que interviene en la progresión tumoral, pero su papel en el GBM aún no está claro. Un estudio pretendía desarrollar una puntuación de riesgo para las firmas genéticas de la cuproptosis utilizando análisis bioinformáticos y aprendizaje automático [1]. Para ello, se tomaron datos transcriptómicos e información clínica de pacientes con GBM de The Cancer Genome Atlas (TCGA). Se extrajo un total de 2283 genes expresados diferencialmente (DEG) de la base de datos GEPIA2. Se tomaron de la literatura 26 genes relacionados con la cuproptosis (CRG). Se realizó un análisis de correlación entre los 26 CRG y los DEG para identificar los DEG asociados a la cuproptosis. Posteriormente, se realizó un análisis de Cox univariante para determinar los DEG relevantes desde el punto de vista pronóstico para la supervivencia global (SG). En total, 731 DEG regulados a la baja se correlacionaron con los CRG, mientras que 68 DEG regulados al alza se correlacionaron con los CRG y se evaluó además su valor pronóstico mediante un análisis de Cox univariante. A partir de ahí, se identificaron 70 CRG relevantes desde el punto de vista pronóstico, que se investigaron más a fondo mediante el análisis LASSO-Cox. Según el análisis multivariante de Cox, un total de siete genes se asociaron significativamente con la supervivencia. Los análisis univariantes y multivariantes de regresión de Cox mostraron que la firma pronóstica basada en los CRG actúa como factor de riesgo para la supervivencia de los pacientes con GBM. Además, los resultados proporcionaron una comprensión prometedora de la cuproptosis en el GBM y una herramienta de pronóstico adaptada para el pronóstico y la respuesta a las inmunoterapias en los pacientes.
La planificación de la atención temprana a la vista
La planificación estructurada de los cuidados tempranos (SEACP) se utiliza muy poco en el cáncer, pero es crucial en el glioma maligno (MG) debido al pronóstico, el deterioro cognitivo progresivo y la autonomía del paciente. Así lo demuestran los resultados de un análisis retrospectivo realizado durante un periodo de dos años [2]. En ella se revisó la documentación del SEACP y se evaluó el impacto en el cumplimiento de las Medidas de calidad al final de la vida (EOLQM) y la documentación de la Planificación de cuidados avanzados (ACP). Todas las visitas SEACP fueron realizadas por médicos especialistas o enfermeras. El 54% eran televisiones. Los temas debatidos incluyeron: preocupaciones existenciales (85%), documentos ACP (81%), preocupaciones clínicas (77%) y valores del paciente (74%). Los pacientes que habían completado el programa SEACP tenían más probabilidades que los pacientes de la cohorte anterior al SEACP de haber documentado documentos de PAA (85% frente a 44%), de haber completado ellos mismos los documentos de PAA en lugar de hacerlo a través de un apoderado (81% frente a 55,0%), y más probabilidades de haber ingresado en un centro de cuidados paliativos >7 días antes del fallecimiento (89% frente a 70,0%). La evaluación de los datos cualitativos mostró que el 100% de los pacientes consideraron que el SEACP era útil para la toma de decisiones.
La dosis hace el veneno
Se sabe que la dosis de radiación (RT) en el hipocampo aumenta la pérdida de memoria en pacientes con tumores cerebrales. En consecuencia, evitar la irradiación del hipocampo reduce el riesgo de pérdida cognitiva. Dado que los adultos mayores pueden ser más susceptibles a la toxicidad de la RT, se compararon los efectos de las restricciones de dosis estándar en el hipocampo en pacientes mayores y jóvenes para determinar los efectos diferenciales sobre la función cognitiva [3]. Se inscribieron prospectivamente 43 pacientes con tumores cerebrales a los que se realizó un TAC cerebral parcial. La HVLTR se realizó antes de la RT y tres meses después de la RT. Se calculó la dosis máxima y media de RT para el hipocampo bilateral. Se clasificó como “alta” una dosis media en el hipocampo superior a 9 Gy o una dosis máxima superior a 16 Gy. Se observó un empeoramiento de la HVLTR en el 27% de los pacientes menores de 65 años y en el 50% de los pacientes de 65 años o más. Tanto la edad (>65 años) como las dosis de hipocampo superiores a la dosis estándar fueron predictoras del deterioro. Mientras que la superación de la dosis estándar para el hipocampo era predictiva de toxicidad cognitiva en los adultos jóvenes, no ocurría lo mismo en los adultos mayores. Casi el doble de adultos mayores que de jóvenes desarrollaron toxicidad cognitiva tras la RT, a pesar de las menores dosis de RT en el hipocampo.
Profilaxis anticonvulsiva para tumores cerebrales
Muchos médicos siguen recetando medicamentos anticonvulsivos profilácticos (MCA) a pacientes con tumores cerebrales que no sufren convulsiones, a pesar de que las directrices de tratamiento lo desaconsejan. En un estudio observacional retrospectivo, se utilizaron historiales médicos electrónicos para identificar a los pacientes con diagnóstico de tumor cerebral y sin evidencia de diagnóstico de convulsiones [4]. Los pacientes a los que se prescribió ASM profiláctico se compararon 1:1 por edad, sexo, raza, etnia, tipos de tumor, comorbilidades, medicación prescrita y procedimientos con los que no recibieron ASM. El uso profiláctico de ASM se definió como la prescripción de ≥1 ASM desde 30 días antes del primer diagnóstico de tumor cerebral y hasta 30 días después. Los cocientes de riesgo para la aparición de convulsiones y la mortalidad se evaluaron mediante modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox. La fecha del primer diagnóstico de tumor cerebral se consideró la fecha índice y se realizó un seguimiento de los pacientes hasta 5 años después de su primera prescripción o fallecimiento. De los 117.834 pacientes sin crisis recién diagnosticados de un tumor cerebral, al 16,1% se les prescribió ASM profiláctico. De los 14 238 pacientes de cada cohorte, 778 de los pacientes con profilaxis (5,5%) y 452 de los pacientes sin profilaxis (3,0%) desarrollaron una crisis durante el periodo de seguimiento. El riesgo de muerte se multiplicó por 1,1 en los que recibieron ASM profiláctico.
Gestión del diagnóstico de apoyo
Los pacientes con un tumor cerebral maligno primario (TMCM) recién diagnosticado luchan no sólo con el impacto físico y emocional de su cáncer, sino también con la tarea de absorber y procesar una cantidad abrumadora de información sobre su diagnóstico y tratamiento, a menudo a pesar de importantes déficits cognitivos y de comunicación. Dado que existen pocos recursos que aborden estos retos particulares, se ha intentado desarrollar una intervención que aborde las necesidades educativas y de apoyo específicas de los pacientes con PMBT [5]. Para ello, se entrevistó a pacientes con PMBT diagnosticado recientemente y a sus cuidadores para explorar sus experiencias y necesidades relacionadas con el cáncer. Entre los temas comunes se incluían las dificultades para procesar la información, comunicarse con los familiares y los médicos, hacer frente a la incertidumbre y sobrellevar la vida con un tumor cerebral. Basándose en estos temas y en un marco previo para proporcionar información y apoyo en el cáncer, se desarrolló la intervención NeuroPathways para pacientes recién diagnosticados de PMBT. Consiste en una guía informativa exhaustiva pero accesible que proporciona detalles sobre el diagnóstico, las modalidades de tratamiento, los aspectos prácticos de vivir con un PMBT, estrategias y técnicas de afrontamiento para superar los retos cognitivos y de comunicación, y cuatro sesiones de coaching individual con un clínico de salud conductual diseñadas para ayudar a cada paciente a desarrollar un plan individual de aprendizaje y afrontamiento. La viabilidad y aceptación de NeuroPathways se investigará en un próximo estudio piloto y en un posterior ensayo controlado aleatorio.
Factores de riesgo de ictus tras la radioterapia
Los derrames cerebrales pueden complicar el tratamiento de los pacientes con tumores cerebrales primarios debido a varios mecanismos posibles, entre ellos la toxicidad inducida por la quimioterapia y la radiación, así como las etiologías específicas de la enfermedad. Se sabe poco sobre la prevalencia y los factores de riesgo del ictus en esta población. Un estudio es una cohorte retrospectiva de pacientes con tumores cerebrales primarios que también recibieron radioterapia, de un único centro académico terciario de tumores cerebrales [6]. En él se examinaron más de cerca la prevalencia y los tipos de ictus tras el diagnóstico de un tumor cerebral y se compararon los factores de riesgo en pacientes con y sin ictus.
Se identificaron 443 pacientes con tumores cerebrales primarios que habían recibido radioterapia. 63 pacientes (14,2%) sufrieron un ictus durante el tratamiento, de los cuales 40 fueron isquémicos (63,5%) y 23 hemorrágicos (36,5%). Los pacientes que sufrieron un ictus tenían más probabilidades de padecer hiperlipidemia (66,7% frente a 30,6%), diabetes mellitus (17,5% frente a 8,4%), hipertensión (57,6% frente a 49,6%) y apnea obstructiva del sueño (9,5% frente a 4,7%). De los pacientes con ictus, el 65,1% tomaba bevacizumab en el momento del ictus. De los 62 pacientes con derrames cerebrales, el 82% tuvo derrames cerebrales en el mismo lado que la radiación y el 53% tuvo derrames cerebrales en el mismo lugar que la radiación.
Fumar perjudica la salud
Fumar cigarrillos puede contribuir a la inestabilidad genómica relacionada con el cáncer, con un aumento de la carga de mutaciones tumorales y de la frecuencia de KRAS, TP53 y otras mutaciones. Pocos estudios han investigado la inestabilidad genómica asociada al tabaquismo en pacientes con gliomas primarios. Por ello, se realizó un análisis retrospectivo en pacientes adultos diagnosticados de glioma maligno (es decir, astrocitoma, oligodendroglioma, glioblastoma; grados 2-4 de la OMS) [7]. Los datos se solicitaron por características demográficas, clínicas, moleculares y de tratamiento. El estatus de fumador se definió como activo/antiguo fumador o nunca fumador. Se identificaron 291 pacientes; edad media 59+15 años; 54% varones; 158 GBM, 64 astrocitomas (28 LGA, 36 AA), 48 oligodendrogliomas (39 LGO, 10 AO), 20 otros gliomas. De ellos, el 58% nunca habían fumado y el 42% eran fumadores actuales/antiguos fumadores con una duración media del tabaquismo de 7,1+12 años. Los genes alterados con mayor frecuencia fueron pTERT (69%), CDKN2A (41%), TP53 (45%), CDKN2B (38%), EGFR (33%), IDH (31,0%); los perfiles de mutación no difirieron según el hábito de fumar en todos los gliomas. En los pacientes con astrocitoma, el 73% de los fumadores y el 42% de los no fumadores tenían una mutación TP53; el 7% de los fumadores y el 42% de los no fumadores tenían una amplificación EGFR. La mediana de supervivencia fue más corta en los fumadores (46 frente a 141 meses) y el riesgo de muerte fue un 42% mayor.
Congreso: 75ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología (AAN)
Literatura:
- Al Majali G, Ahmed Y, Kjalefa Z, et al.: Identification of the cuproptosis-related gene signature associated with the tumor environment and prognosis of patients with glioblastoma multiforme (GBM). Poster S17.003.
- Pescatello M, Mohile N, Serventi J, et al.: Structured Early Advanced Care Planning Outcomes for Patients with High Grade Glioma. Poster S17.006.
- Hardy S, Holley K, Hemminger L, et al.: The impact of hippocampal radiation dose on cognitive outcomes in older vs younger adults with brain tumors. Poster S17.007.
- Jang SR, Peters K, Ngo S, et al.: Prophylactic Anti-Seizure Medication Use in Newly Diagnosed Brain Tumor Patients. Poster P3.002.
- Strander S, Podgurski A, Psenka R, et al.: NeuroPathways: A Novel, Population-Specific Information and Support Intervention for Patients with Newly Diagnosed Primary Malignant Brain Tumors. Poster P3.003.
- Ryan D, Sugita M, Lipp E, et al.: Strokes in Patients with Primary Brain Tumors After Radiation Therapy: A Retrospective Cohort Study. Poster P3.006.
- Bognet G, Ahr S, Ramkissoon S, et al.: Investigating the Molecular Epidemiology and Prognosis of Smoking and Gliomas. Poster P7.005.
InFo NEUROLOGIE & PSYCHIATRIE 2023; 21(3): 34–35
InFo ONKOLOGIE & HÄMATOLOGIE 2023; 11(3): 34–35