El prurito del cuero cabelludo es un síntoma frecuente en la práctica dermatológica diaria. El espectro de posibles causas es muy amplio. Vázquez-Herrera et al. han identificado las seis causas más comunes basándose en un análisis secundario, que resumen bajo el acrónimo “SCALLP”. Si no se aplica ninguno de estos diagnósticos, debe abrirse el ventilador. Puede estar causada por una o más de una variedad de enfermedades dermatológicas o sistémicas.
Al igual que el prurito en general, el picor en el cuero cabelludo puede deberse tanto a dermatosis como a enfermedades no dermatológicas. Para sistematizar la búsqueda de causas, Vázquez-Herrera et al. realizó una búsqueda en Pubmed que incluyó estudios clínicos, revisiones, series de casos e informes de casos del periodo 1975-2017 [1]. Por ello, éstas son las causas más comunes del picor del cuero cabelludo (acrónimo “SCALLP”):
- Dermatitisseborreica(dermatitisseborreica)
- Dermatitis de contacto (Dermatitis decontacto)
- Trastornos de ansiedad (Ansiedad)
- Liquen planopilar (Liquenplanopilar)
- Piojos (Piojos)
- Psoriasis (psoriasis).
La dermatoscopia/tricoscopia, la biopsia y las pruebas de frotis han demostrado su eficacia para el esclarecimiento diagnóstico. La histopatología es especialmente informativa en caso de duda.
Dermatitis seborreica: La tricoscopia muestra vasos ramificados en la dermatitis seborreica y la dermatitis de contacto, mientras que en la psoriasis pueden verse puntos rojos a bajo aumento y asas capilares retorcidas a gran aumento [2].
Dermatitis de contacto: En la tricoscopia se observan con frecuencia vasos arboriformes. La dermatitis de contacto suele ser una complicación de otras enfermedades del cuero cabelludo, ya que una barrera cutánea alterada conduce a la sensibilización.
Infestación microbiana: En algunos pacientes con picor en el cuero cabelludo, los desencadenantes son los piojos, la sarna u otros microbios. Aunque la sarna no suele aparecer en el cuero cabelludo en adultos inmunocompetentes, sí se da en pacientes inmunocomprometidos y en niños [3].
Psoriasis: En la tricoscopia pueden reconocerse puntos rojos y terrones en hasta el 87% de los pacientes a una ampliación de diez veces [4]. A mayor aumento, son características las asas retorcidas; también puede haber vasos glomerulares [5].
Además de éstos, los autores también tratan con más detalle los siguientes diagnósticos diferenciales dermatológicos [1]:
- Tiña capitis
- Lesiones urticariales
- dermatitis atópica
- Dermatomiositis
- Rosácea extrafacial (“síndrome del cuero cabelludo rojo”)
- Alopecia cicatricial
Otras lesiones cutáneas (queratosis seborreica, cicatrices queloides, quemaduras, erupciones eosinofílicas, polimorfas y pruriginosas asociadas a la radioterapia)
En cuanto a las enfermedades sistémicas que pueden manifestarse en forma de picor en el cuero cabelludo, según Vázquez-Herrera et al. Se debe dar prioridad a las siguientes [1]: enfermedades metabólicas, causas hepatobiliares, enfermedades paraneoplásicas, tumores sólidos, causas hematológicas, enfermedades infecciosas, causas iatrogénicas, embarazo.
El tratamiento del picor del cuero cabelludo se basa en los síntomas y la enfermedad subyacente y lo ideal es llevarlo a cabo como parte de un enfoque individualizado [6].
Literatura:
- Vázquez-Herrera NE, et al: Prurito del cuero cabelludo: una revisión sistemática. Skin Appendage Disord 2018; 4(3): 187-199.
- Tosti A. ed 2. Boca Ratón: CRC Press; 2015. Dermatoscopia del cabello y las uñas.
- Lewis EJ, et al: Sarna costrosa localizada del cuero cabelludo y los pies. Cutis 1998; 61: 87-88.
- Haliasos EC, et al: Dermatoscopia para el dermatólogo pediátrico, parte I: dermatoscopia de lesiones cutáneas infecciosas e inflamatorias pediátricas y trastornos capilares. Pediatr Dermatol 2013; 30: 163-171.
- Miteva M, Tosti A: Dermatoscopia del cabello y el cuero cabelludo. J Am Acad Dermatol 2012; 67: 1040-1048.
- Rattanakaemakorn P, Suchonwanit P: Prurito del cuero cabelludo: revisión de la patogenia, el diagnóstico y el tratamiento. Biomed Res Int 2019 Jan 15; 2019: 1268430.
PRÁCTICA DERMATOLÓGICA 2024; 34(2): 23