Para la gestión práctica de la obesidad, las directrices internacionales proponen el modelo “5A”, un marco basado en pruebas para las intervenciones conductuales que se desarrolló originalmente para dejar de fumar. Esta breve intervención (de unos 20 minutos de duración) puede llevarse a cabo como parte de una cita médica.
La organización profesional Obesity Canada, una red de investigadores, profesionales sanitarios y defensores públicos, publicó en 2020 una directriz de práctica clínica para la obesidad en adultos basada en pruebas y centrada en el paciente [1]. Un mensaje importante de la directriz es que la obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial, por lo que requiere un enfoque holístico. En consonancia con el modelo biopsicosocial de la salud, el objetivo del tratamiento no es exclusivamente la reducción de peso, sino más bien una mejora del estado general de salud y de la calidad de vida de los pacientes afectados.
Las directrices canadienses e irlandesas recomiendan la estrategia “5A
La idea básica de la directriz canadiense fue retomada por un colectivo interdisciplinar y multiprofesional de 70 expertos en Irlanda en 2022 y adaptaron la directriz para su uso en el contexto del sistema sanitario europeo e irlandés. La directriz irlandesa adaptada se publicó con el título “Obesity in Adults: A 2022 Adapted Clinical Practice Guideline for Ireland” en la revista Obesity Facts [2].
[3,4]Los pasos englobados bajo el acrónimo “5A” han demostrado ser eficaces para los fumadores a la hora de implementar un cambio de comportamiento en la vida cotidiana . En un documento de consenso sobre los principios de tratamiento de la obesidad publicado en 2023, los componentes individuales de la intervención breve se describen del siguiente modo [3]:“Preguntar” – abordar la cuestión: El primer paso consiste en aclarar si los pacientes están dispuestos a abordar su propia situación ponderal. Esto no es en absoluto una obviedad, ya que debido a la discriminación, la frustración, los sentimientos de culpa o las experiencias negativas en el entorno personal o médico, los afectados reaccionan a veces con desinterés o rechazo cuando se les plantea la necesidad de perder peso. Para que la intervención breve tenga éxito, es importante que la persona afectada esté dispuesta a cambiar su comportamiento. Los pacientes que aún no estén dispuestos o no sean capaces de iniciar una terapia para perder peso deben ser informados de los servicios de asesoramiento y apoyo; si es necesario, puede ser útil concertar otra cita de asesoramiento. También debe proporcionarse material informativo sobre los beneficios de la reducción de peso, la alimentación sana y la actividad física. Un factor importante es que la persona afectada y su entorno deben ser tratados con respeto, empatía y sin críticas ni prejuicios.
“Evaluar – Determinar: Esta etapa incluye una exhaustiva historia clínica general y específica, el diagnóstico de la situación metabólica y los riesgos para la salud asociados, así como la documentación de los antecedentes de obesidad del paciente, incluidos los intentos de perder peso. Se sugiere evaluar paralelamente la percepción subjetiva del paciente sobre su salud y sus objetivos al respecto. Por último, se trata de identificar las causas de la obesidad y los factores que han obstaculizado los esfuerzos anteriores por cambiar el estilo de vida.
“Aconsejar: En este paso, se educa a las personas con sobrepeso u obesidad sobre su riesgo personal para la salud y se les informa de que incluso una pérdida de peso moderada puede mejorar notablemente su estado de salud, centrándose en los valores individuales del paciente. También se debe informar a los pacientes sobre las distintas opciones de tratamiento. Deben quedar claras las ventajas, desventajas y riesgos asociados, así como la contribución que los pacientes deben hacer para el éxito del tratamiento.
“Estar de acuerdo En el sentido de un proceso de “toma de decisiones compartida”, los pacientes deben participar en el establecimiento de los objetivos del tratamiento y en la planificación de las medidas para alcanzarlos. Deben discutirse las intervenciones previstas y obtenerse el consentimiento de la persona afectada. En este punto es importante que los objetivos acordados sean también realistas, y los pacientes deben ser asesorados en consecuencia.
“Asistir” – apoyar: Superar los patrones de comportamiento establecidos e integrar los nuevos hábitos alimentarios y de ejercicio en la vida cotidiana es un reto interdisciplinar que requiere el apoyo de todos los profesionales implicados. También debe asesorarse a los pacientes sobre los obstáculos que se interponen en el cambio de estilo de vida y cómo pueden superarse. En la medida de lo posible, las parejas y los cuidadores deben participar en la prestación de cuidados de apoyo.
Literatura:
- Wharton S, et al.: Obesity in adults: a clinical practice guideline. CMAJ 2020 Aug 4; 192(31): E875–E891.
- Breen C, et al.: Obesity in Adults: A 2022 Adapted Clinical Practice Guideline for Ireland. Obes Facts 2022; 15(6): 736–752.
- Brix JM, et al.: Übergewicht und Adipositas bei Erwachsenen: allgemeine Behandlungsgrundsätze und konservatives Management [Overweight and obesity in adults: general principles of treatment and conservative management]. Wien Klin Wochenschr 2023; 135(Suppl 6): 706–720.
- Plourde G, Prud’homme D: Managing obesity in adults in primary care. CMAJ 2012; 184(9): 1039–1044.
HAUSARZT PRAXIS 2024; 19(7): 28 (publicado el 22.7.24, antes de impresión)
CARDIOVASC 2024; 23(2): 21