Si el organismo recibe muy poca hormona tiroidea, puede producirse una reducción de la tasa metabólica basal con múltiples consecuencias clínicas. El hipotiroidismo suele adquirirse debido a una génesis autoinmune, aparece en la edad adulta y requiere una sustitución de por vida con L-tiroxina.
Síntomas como la fatiga, el letargo, la intolerancia al frío y el aumento de peso pueden indicar hipotiroidismo (Tab. 1). Esta deficiencia de hormona tiroidea está presente en alrededor del 5% de la población europea, siendo las mujeres y las personas mayores las más frecuentemente afectadas. La enfermedad se divide en hipotiroidismo primario (de génesis autoinmune), secundario (deficiencia de TSH) y terciario (deficiencia de TRH). Por regla general, existe una forma primaria, que a su vez se subdivide en hipotiroidismo manifiesto y latente. La desregulación del sistema inmunológico conduce a la formación de anticuerpos medibles en la sangre, que perjudican la función de la glándula tiroides y, a largo plazo, provocan una gran pérdida de la función del órgano o la destrucción de la glándula. El hipotiroidismo se diagnostica por un nivel excesivamente alto de la hormona reguladora TSH (hormona estimulante del tiroides) con una disminución simultánea de uno o ambos valores de las hormonas tiroideas T3 libre (triyodotironina) y T4 libre (levotiroxina). Una manifestación latente es cuando sólo el valor de TSH está elevado, pero los demás valores siguen dentro del rango normal.
Existe mucha controversia sobre cuándo deben realizarse las pruebas y no hay consenso internacional sobre las indicaciones y la frecuencia del diagnóstico o el cribado de la disfunción tiroidea. Se recomiendan las pruebas orientadas a los síntomas, aunque esto deja mucho margen de maniobra. Esto se debe a que los síntomas atribuidos al hipotiroidismo suelen ser comunes en la población. Además, los niveles de TSH suelen estar algo elevados en la obesidad, por ejemplo. Se observa entonces una disminución de la TSH con la reducción de peso. Se supone que la leptina, entre otras cosas, tiene un efecto sobre los niveles de TSH. Por otro lado, las observaciones actuales no demuestran que el hipotiroidismo latente provoque siempre un aumento de peso y que una terapia adecuada vuelva a reducirlo.
Investigación causal
La causa más frecuente de hipotiroidismo es la tiroiditis de Hashimoto (Tab. 2). Por lo tanto, los anticuerpos contra la tiroperoxidasa (TPO-AK) y los anticuerpos contra la tiroglobulina (Tg-AK) deben determinarse siempre además de la TSH. Las TPO-AK son positivas en un 90-95%, las Tg-AK en un 60-80%. Un valor de AK especialmente elevado parece correlacionarse con la actividad de la enfermedad. Una cuarta parte de los pacientes padece también otra enfermedad autoinmune, por lo que parece útil el cribado de la enfermedad de Addison, la diabetes mellitus, la anemia perniciosa o la enfermedad celíaca. Otras causas de hipotiroidismo pueden ser causas iatrogénicas tras cirugía tiroidea o terapia con radioyodo, además del mal control en el hipertiroidismo.
Calidad de vida severamente restringida
A diferencia de los pacientes con hipotiroidismo latente, la calidad de vida de los afectados con hipotiroidismo manifiesto está significativamente limitada. Además de los síntomas conocidos, los datos de los estudios parecen sugerir que el aumento de la gravedad de la enfermedad con una TSH muy elevada se asocia a un mayor riesgo cardiovascular. Además, el hipotiroidismo afecta al metabolismo de los lípidos, que se caracteriza, entre otras cosas, por un aumento del colesterol LDL y de los triglicéridos. Por lo tanto, está indicada una gestión terapéutica adecuada.
Si se diagnostica hipotiroidismo por primera vez, inicialmente no debe administrarse ningún tratamiento. Sólo cuando se confirma el diagnóstico tras un control de laboratorio 2-3 meses después puede iniciarse una terapia con L-tiroxina en función de la edad así como de los síntomas. La dosis recomendada para el hipotiroidismo latente es de aproximadamente 1,5 µg/kg/día, lo que corresponde a unos 75-100 µg en las mujeres y a unos 100-125 µg en los hombres. La TSH sérica debe estar después de unos dos meses, buscando un rango objetivo de 0,4-2,5 mU/L.
Para saber más:
- www.endokrinologie.net/krankheiten-schilddruese-unterfunktion.php
- www.medix.ch/wissen/guidelines/stoffwechselkrankheiten/schilddruesenerkrankungen
- Pilz S, Theiler-Schwetz V, Malle O, et al: Hipotiroidismo: directrices, nuevas pruebas y práctica clínica. Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo 2020; 13: 88-95.
CARDIOVASC 2021; 20(1): 20