Contra las infecciones, los tumores y las inflamaciones, las células inmunitarias locales están disponibles en los órganos del cuerpo como tropas de reacción rápida. Sobre el terreno, se especializan y asumen diferentes tareas.
Cuando los agentes patógenos invaden el cuerpo humano, se requiere una respuesta rápida. Las células inmunitarias especiales están al frente de la respuesta inmunitaria. Residen en diversos tejidos como los pulmones, el hígado, la piel y los intestinos, donde emprenden la lucha contra los invasores en una fase temprana. Su nombre: células linfoides innatas, o ILC por sus siglas en inglés.
Una propiedad especial de estas células: No tienen que ser alertadas primero, como muchas otras células inmunitarias, para migrar después a su lugar de acción en el organismo. En cambio, se instalan en los tejidos y órganos poco después del nacimiento y permanecen allí de forma permanente.
Atlas de ARNm de ILC1 creado a nivel unicelular
Las CIL pueden surgir en los tejidos a partir de células progenitoras inmaduras y madurar hasta convertirse en células inmunitarias operativas. Así lo han demostrado recientemente científicos del Grupo de Investigación Max Planck del Instituto de Inmunología de Sistemas de la Universidad Julius Maximilians de Würzburg (JMU). Hasta ahora, no estaba claro cómo se produce esta maduración en detalle. “Queríamos entender cómo las CIL inmaduras se convierten en células efectoras que pueden, por ejemplo, eliminar células tumorales o combatir infecciones con la ayuda de citocinas”, explica el profesor Georg Gasteiger, presidente y jefe del Grupo de Investigación Max Planck del Instituto de Inmunología de Sistemas de la JMU. Para ello, el equipo de investigación de Würzburg estudió el grupo de las ILC1 que desempeñan un papel en las infecciones víricas y en la defensa contra los tumores. El equipo registró todas las moléculas de ARNm de cada ILC1 en el hígado y creó un atlas celular virtual a partir de estos análisis.
División de tareas: suministro, células auxiliares y asesinas
Basándose en estas “huellas moleculares”, los investigadores reconocieron que existen células especializadas dentro de las ILC1 que comparten sus tareas: “Encontramos células que pueden multiplicarse muy rápidamente y asegurar así un suministro de ILC. En el proceso, se especializan en las llamadas CIL auxiliares o asesinas”. El equipo de Gasteiger descubrió que las células auxiliares producen una amplia gama de sustancias mensajeras que intervienen, por ejemplo, en la fase inicial de las infecciones. Las células asesinas, por su parte, están armadas con moléculas que les permiten reconocer y eliminar las células tumorales. “Hasta ahora se pensaba que estas células eran tipos diferentes de CIL”, explica Christin Friedrich. El postdoctorado del equipo de Gasteiger es el primer autor de la publicación, aparecida en la prestigiosa revista Nature Immunology. “Pero nuestros datos muestran que se trata de distintos niveles de especialización que pueden surgir en cada institución a partir de las mismas fuerzas de oferta”.
¿Se puede hacer que las CIL asesinas sean terapéuticamente útiles?
“Curiosamente, sin embargo, las CIL sólo se convierten en células asesinas en algunos tejidos, aunque nuestros datos demuestran que tienen potencial para hacerlo en todos los tejidos”, explica Gasteiger. “Tenemos pruebas iniciales de que este desarrollo se suprime activamente en algunos tejidos, posiblemente para evitar el daño tisular o la inflamación. Ahora queremos entender cómo podemos activar terapéuticamente las células asesinas, por ejemplo para mejorar el control inmunológico de los tumores en desarrollo y las metástasis. También queremos investigar qué moléculas pueden utilizar las ILC para reconocer tumores y cómo se comportan en los distintos tejidos durante las infecciones”.
El factor de transcripción Hobit impulsa la especialización
Christin Friedrich añade: “Nuestro trabajo muestra cómo el factor de transcripción Hobit impulsa la especialización en células efectoras maduras. Es emocionante que Hobit también se exprese en otras células asesinas del sistema inmunitario humano. Basándonos en nuestros resultados, ahora se puede explorar la función de Hobit en estas células de defensa, cómo maduran y cómo pueden ser impulsadas para luchar contra los tumores en diferentes tejidos”.
Fuente:
La diferenciación efectora corriente abajo del compromiso de linaje en ILC1 está impulsada por Hobit a través de los tejidos. Christin Friedrich, Renske L. R. E. Taggenbrock, Rémi Doucet-Ladevèze, Gosia Golda, Rebekka Moenius, Panagiota Arampatzi, Natasja A. M. Kragten, Katharina Kreymborg, Mercedes Gómez de Agüero, Wolfgang Kastenmueller, Antoine-Emmanuel Saliba, Dominic Grün, Klaas P. J. M. van Gisbergen, Georg Gasteiger. Nature Immunology, 30 de agosto de 2021, DOI: 10.1038/s41590-021-01013-0.