La lucha del paciente consigo mismo y con su adicción a la nicotina plantea una y otra vez desafíos tanto a los enfermos como a los proveedores de tratamiento. ¿Qué opciones son eficaces para mantenerse “limpio” a largo plazo? Científicos estadounidenses han abordado esta cuestión y han desarrollado una directriz.
Tradicionalmente, el consumo de tabaco se ha considerado principalmente como un precursor tóxico de enfermedades crónicas. Por ello, los médicos se han centrado a menudo en métodos terapéuticos que deberían aumentar la motivación del paciente para dejar de fumar. Este enfoque parece anticuado hoy en día en que el consumo de tabaco se considera ahora una manifestación cardinal de una alteración en los mecanismos moleculares de aprendizaje del cerebro, escriben el Dr. Frank T. Leone, del Programa Integral de Tratamiento del Tabaquismo de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, Filadelfia, y sus colegas. Desde esta perspectiva, la responsabilidad del equipo de tratamiento va más allá de facilitar el abandono para incluir la maximización del control a largo plazo sobre el impulso de fumar.
Los autores se centraron en la farmacoterapia inicial para la dependencia del tabaco que causa un deterioro o sufrimiento clínicamente significativo en pacientes adultos (excluidas las mujeres embarazadas y los adolescentes). El objetivo era mejorar la atención centrada en el paciente para la dependencia del tabaco mediante la identificación de una vía basada en la evidencia que alinee los resultados clave, incluida la abstinencia del tabaco a corto y largo plazo y los acontecimientos adversos graves, teniendo en cuenta al mismo tiempo las variaciones clínicas importantes. Sin embargo, algunos aspectos como los métodos de comunicación y asesoramiento, el diseño del sistema sanitario, las directrices de control de la enfermedad y la terapia de segunda línea tuvieron que quedar fuera de la evaluación de los investigadores porque, según ellos, cada uno de estos temas es “lo suficientemente sólido como para justificar su propia directriz” [1]. La directriz se redactó partiendo del supuesto de que los principios aceptados del tratamiento de la dependencia del tabaco ya están en práctica (recuadro).
La vareniclina supera a las tiritas
El grupo de expertos de las directrices hizo un total de siete recomendaciones, que representan cambios sencillos en la práctica pero que probablemente aumentarán la eficacia de la farmacoterapia para la dependencia del tabaco. Los investigadores formularon cinco recomendaciones firmes y dos condicionales sobre la elección de la farmacoterapia.
Se recomienda a los adultos dependientes del tabaco que inicien el tratamiento:
- Vareniclina frente a un parche de nicotina (recomendación fuerte, certeza moderada en los efectos estimados).
- Vareniclina frente a bupropión (recomendación fuerte, certeza moderada en los efectos estimados).
- Vareniclina más parche de nicotina frente a vareniclina sola (recomendación condicional, baja certeza en los efectos estimados).
Para los adultos dependientes del tabaco en los que se inicie el tratamiento, se recomienda:
- Vareniclina frente a cigarrillos electrónicos (recomendación condicional, certeza muy baja en los efectos estimados). Los autores señalan que ahora han surgido nuevas pruebas sobre los graves efectos adversos de los cigarrillos electrónicos. Si se siguen notificando, deberá reevaluarse la solidez de la recomendación.
Se recomienda a los adultos dependientes del tabaco que no estén preparados para dejarlo:
- Iniciar el tratamiento con vareniclina en lugar de esperar a que los pacientes estén preparados para dejar el tabaco (recomendación fuerte, certeza moderada en los efectos estimados).
Se recomienda a los adultos dependientes del tabaco con afecciones psiquiátricas comórbidas, incluidos el trastorno por consumo de sustancias, la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y/o el trastorno bipolar, para los que se inicie el tratamiento:
- Vareniclina sobre un parche de nicotina (recomendación fuerte, certeza moderada en los efectos estimados).
Para los adultos dependientes del tabaco se recomienda iniciar el tratamiento con un controlador:
- Uso de terapia a largo plazo (>12 semanas) frente a terapia estándar (6-12 semanas) (recomendación fuerte, certeza moderada en los efectos estimados).
La principal limitación de la directriz fue el limitado número de recomendaciones incluidas, como reconocen los propios autores. Dado que el objetivo era encontrar una vía funcional y basada en pruebas para la farmacoterapia, habrían iniciado el proceso identificando un fármaco de control óptimo sobre el que construir recomendaciones clínicas adicionales. Por lo tanto, su estudio no pudo considerar todas las opciones farmacoterapéuticas posibles. Las futuras directrices deberán considerar las estrategias de control óptimas para los pacientes a los que les haya fallado la vareniclina o que hayan rechazado previamente este tratamiento, escriben el Dr. Leone et al.
Literatura:
- Leone FT, et al: Am J Respir Crit Care Med 2020; 202(2): e5-e31; doi: 10.1164/rccm.202005-1982ST.
InFo NEUMOLOGÍA Y ALERGOLOGÍA 2020; 2(3): 38