Según las nuevas directrices de la EAN, el trastorno paroxístico causado por una compresión neurovascular debe diagnosticarse mediante resonancia magnética. El contacto neurovascular (CNV) sólo debe utilizarse de cara a una posible operación, pero no para confirmar el diagnóstico. La carbamazepina y la oxcarbazepina se recomiendan como tratamiento profiláctico de primera línea.
La neuralgia del trigémino (NT) se define como un dolor fulgurante, extremadamente agudo, electrizante y punzante en la zona irrigada por una o varias ramas del nervio trigémino. Los ataques suelen durar unos segundos, pero en raras ocasiones pueden durar hasta dos minutos. A menudo se desencadenan al hablar, al realizar otros movimientos con la boca o al tocar la zona irrigada por el nervio trigémino, pero también pueden producirse espontáneamente. Se distingue entre neuralgia del trigémino idiopática y sintomática. Mientras que los pacientes con una forma idiopática suelen estar libres de dolor entre los ataques, los que presentan una forma sintomática no lo están y a menudo, aunque no regularmente, hay un déficit sensorial en la rama del trigémino afectada.
La nueva directriz de la EAN responde a las diez preguntas más importantes a las que se enfrentan los pacientes y los especialistas en dolor a la hora de tratar la NT. La nueva clasificación incluye tres categorías: NT idiopática (sin NVC o NVC sin cambios morfológicos en la raíz del trigémino), NT clásica (como resultado de una compresión neurovascular con cambios morfológicos en la raíz del trigémino) y NT secundaria (como resultado de una enfermedad neurológica grave como la esclerosis múltiple). Los pacientes con NT secundaria parecen ser en general más jóvenes y tienen más probabilidades de presentar déficits sensoriales del trigémino y dolor bilateral.
La resonancia magnética apoya el diagnóstico clínico
Un diagnóstico correcto es esencial y debe basarse en las características clínicas descritas en el último sistema de clasificación. La resonancia magnética es necesaria para descartar causas secundarias de la NT, como tumores y esclerosis múltiple. Se han desarrollado protocolos específicos de diagnóstico por imagen para determinar si la raíz del nervio trigémino está comprimida por uno o varios vasos sanguíneos. La evidencia de contacto neurovascular no debe utilizarse para confirmar el diagnóstico de NT, sino como herramienta de decisión para una posible intervención quirúrgica.
Tratamiento a largo plazo con antiepilépticos
El tratamiento de primera línea de la NT es farmacológico. El uso de opiáceos no suele ser eficaz para los episodios de dolor agudo en pacientes con NT. Los episodios agudos de dolor pueden requerir ingreso hospitalario para rehidratación e infusión intravenosa y titulación de fármacos antiepilépticos. El tratamiento a largo plazo se basa en fármacos antiepilépticos, siendo la carbamazepina y la oxcarbazepina los medicamentos de primera línea. Es importante que los pacientes estén acompañados por especialistas en dolor que puedan aconsejarles sobre cómo titular la dosis de medicación según el efecto y los efectos secundarios. Debe ofrecerse a los pacientes la cirugía si su dolor no está adecuadamente controlado médicamente o si el tratamiento médico se tolera mal. Las opciones quirúrgicas incluyen la descompresión microvascular, en la que se desplaza el vaso sanguíneo, y diversos procedimientos en los que se destruye parcialmente el nervio trigémino. La descompresión microvascular se recomienda como cirugía de primera línea cuando el nervio está comprimido por un vaso sanguíneo.
Fuente: 5º Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN)
InFo NEUROLOGY & PSYCHIATRY 2019; 17(6): 31 (publicado el 24.11.19, antes de impresión).